Córdoba CF - Atlético Baleares | La Crónica

El Córdoba CF es un ciclón (2-0)

Álex Sala celebra su gol en el Córdoba CF - Atlético Baleares. Álex Sala celebra su gol en el Córdoba CF - Atlético Baleares.

Álex Sala celebra su gol en el Córdoba CF - Atlético Baleares. / Miguel Ángel Salas

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Como si se la tormenta de lluvia y viento que en la madrugada del pasado sábado azotó la ciudad, el Córdoba CF doblegó al Atlético Baleares con pasmosa solvencia y la sensación de que, a nada que apretó el acelerador, desarboló a un rival muy temeroso que tenía armas para más pero que buscó el cerrojazo en El Arcángel, obteniendo el castigo de la derrota clara en el feudo cordobesista.

Los blanquiverdes fueron dueños y señores de un partido que se asemejó por momentos a un choque de balonmano, con el Atlético Baleares totalmente replegado sobre su portería y el Córdoba CF moviendo el balón de lado a lado en busca del momento perfecto para profanar la portería defendida por Ramón Vilà, el mejor de los suyos en El Arcángel.

Con todo, el conjunto cordobesista debió quizás haber sentenciado antes y no dar pie ni siquiera a los leves intentos con los que el Baleares buscó el empate tras el descanso, sin mayores consecuencias para la meta de Carlos Marín, que fue por momentos un espectador más.

Ya desde los primeros minutos se vio que el partido se iba a jugar en una sola dirección, algo a lo que el Córdoba está muy acostumbrado esta temporada, sobre todo cuando actúa como local. Los balearicos replegaron líneas delante de su portería y trataron de ralentizar el juego desde los primeros compases. El CCF buscó todo lo contrario y con Carracedo enchufado llegó la primera ocasión, gracias a una internada en la que el balón le quedó franco a Albarrán, que no supo resolver bien ante Ramón Vilà tras llegar en carrera.

Los de Iván Ania tuvieron que armarse de paciencia y buscar la precisión y rapidez en los pases para desarbolar a una zaga de cinco efectivos y un centro del campo también replegado, protagonistas de la temerosa propuesta del Atlético Baleares. En esa labor ayudó mucho el trabajo de Casas para recibir de espaldas y, o bien jugar de cara hacia la segunda línea, o girarse y buscar la portería con decisión.

Fue esa línea de mediapunta la que más peligro generó, con las constantes rupturas hacia el área de Vilà. En una de ellas, Kuki Zalazar soltó un derechazo que el meta visitante sacó de manera espectacular. La jugada continuó por el costado derecho, donde Lapeña sacó un balón medido al área que Diarra cazó entrando desde atrás para cabecear a gol.

Diarra intenta robar el balón a Azeez en el Córdoba CF - Atlético Baleares. Diarra intenta robar el balón a Azeez en el Córdoba CF - Atlético Baleares.

Diarra intenta robar el balón a Azeez en el Córdoba CF - Atlético Baleares. / Miguel Ángel Salas

Era el minuto 21 y el Córdoba tenía el partido donde quería, con el marcador de su lado y ante un rival replegado al que ya no le valía su planteamiento inicial. Por eso, el equipo de Juanma Barrero trató de estirar líneas, apoyándose un un Nuha Marong que no salió de inicio pero que tuvo que coger el relevo del lesionado Pablo Muñoz en los primeros minutos de la contienda. El ariete africano sirvió a los visitantes como referencia al que buscar con envíos largos, pero tanto Carlos García como Lapeña lo mantuvieron a raya por alto, imponiéndose siempre en los duelos.

Con todo, el delantero tuvo una buena ocasión en un despiste defensivo de Carlos García, que se dejó coger la espalda tras un saque de banda y rápida prolongación del Atlético Baleares. Nuha se plantó ante Carlos Marín pero, ante su indecisión a la hora de disparar, Carlos García fue capaz de rehacerse y cerrarle el hueco por atrás.

Más allá de ese percance, el choque nunca se salió del cauce de dominio de los blanquiverdes, con Álex Sala como hombre encargado de poner el ritmo del encuentro y las ocasiones sucediéndose una tras otra camino del descanso. En esos minutos finales del primer acto debió quedar abrochado el triunfo, pero Simo en un par de ocasiones no atinó con la portería, destino que tampoco encontró Casas con un cabezazo picado tras centro de Albarrán que escupió el poste. El lateral también tuvo la suya, en una de sus largas cabalgadas, finalizando una jugada con un trallazo que se estampó en la cruceta de la meta de Vilà.

Pese a su superioridad, el Córdoba debía guardar las lógicas reservas de un marcador todavía corto. Sobre todo porque el Atlético Baleares amagó con estirar líneas en el inicio del segundo acto, lo que coincidió con los minutos de menos tensión y ritmo en el desempeño de los blanquiverdes.

Fue entonces cuando Nuha y Rochina ganaron algo de peso en el partido, para intranquilidad de un Iván Ania que veía el partido con cierto nerviosismo. Y eso que el segundo acto empezó con un intento infructuoso de Kuki Zalazar, pero a la hora de juego Rochina dejó atrás a tres jugadores del Córdoba y sacó un centro-chut al que Campabadal no llegó de milagro, con todo a favor para hacer el empate.

Calderón se marcha de Campabadal en el tramo final del Córdoba CF - Atlético Baleares. Calderón se marcha de Campabadal en el tramo final del Córdoba CF - Atlético Baleares.

Calderón se marcha de Campabadal en el tramo final del Córdoba CF - Atlético Baleares. / Miguel Ángel Salas

El aviso hizo a Ania reaccionar y meter a Isma Ruiz en la medular en busca de más consistencia. Y el granadino aportó a su equipo justo eso. El Córdoba recuperó el mando por completo y dejó de pasar apuros, sostenido por la maestría de Álex Sala y la seguridad que desprendía la zaga. Así, el segundo tanto parecía cuestión de tiempo, y llegó poco después de ese primer cambio de los blanquiverdes. Álex Sala recibió un balón en la medular y se vio tan solo que no dudó en avanzar metros para perfilarse el balón a su pierna derecha, donde tiene un guante que le permite poner la bola donde él quiere. Así lo hizo para delirio de la afición local en un golazo que pone de manifiesto una vez más el talento del futbolista barcelonés, que apunta a un verano de altos vuelos en el mercado de fichajes.

Con ese gol se acabó el partido, pues el Atlético Baleares ya acusó en demasía el mazazo y bajó los brazos, mientras que el Córdoba supo contemporizar para no quemar demasiados recursos en vista de lo que viene por delante, con la visita a Castalia del próximo sábado ya en la mente. Iván Ania agotó los cambios para oxigenar a su equipo y el partido caminó a su fin sin sobresaltos, confirmando la dinámica firme de un Córdoba que golpea con la fuerza de un ciclón y ya está a tiro de esa segunda plaza que el Ibiza se ha empeñado en sacar a subasta.

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