El Córdoba CF aparca su crisis y asalta Zaragoza (0-1)

A falta de sensaciones, buenos son los puntos. El Córdoba CF arañó un triunfo importantísimo en su visita al Real Zaragoza, en un partido feo, bronco y trabado del que los blanquiverdes salieron indemnes gracias al balón parado y a esa pizca de fortuna que otras veces fue esquiva y que esta vez sonrió a los hombres de Iván Ania. Un gol en propia puerta de los maños, la única manera de desequilibrar un partido muy plano, bastó al CCF para sumar la primera victoria a domicilio de la temporada y salir de Zaragoza con la moral rearmada.

Y es que, aunque el juego del equipo sigue sin convencer y las dudas defensivas permanecen, el hecho de no encajar ya es una magnífica noticia para un equipo que, por poco que sea capaz de generar en ataque, va encontrando situaciones para hacer goles con cierta regularidad. Esa debe ser la enseñanza positiva de un partido que, con todo, también habrá que analizar al margen del resultado, no sea que los tres puntos nublen la mente a más de uno y en apenas una semana el equipo blanquiverde vuelva a las andadas.

Consciente de que debía cambiar cosas en busca de una versión convincente de su equipo, Iván Ania introdujo hasta cuatro cambios en el once inicial. Requena en la medular, Dalisson en la banda izquierda, Jacobo como enganche y Adri Fuentes en la punta de ataque fueron las apuestas del técnico asturiano, que anda lejos de asentar un equipo titular en este Córdoba CF tan irregular.

El plan de Ania parecía claro, al acumular talento en la mediapunta para intentar asociarse con Adri Fuentes, un ariete capacitado para ganar el duelo a los poderosos centrales del Zaragoza. Pero de la teoría a la práctica suele distar un mundo cuando la actitud no es la correcta. Y el Córdoba CF volvió a sufrir en la primera parte por ello. Incapaz de hacerse fuerte en los duelos, los blanquiverdes estuvieron a merced del Zaragoza, que se bastó de envíos en largos para que Dani Gómez ganase todos los duelos y permitiera a su equipo generar desde la segunda jugada, ya instalado en campo de los blanquiverdes.

Así, después de un tímido disparo de Jacobo a balón parado, el Zaragoza estuvo mucho más cerca del gol en el primer acto. Los aragoneses tuvieron una ocasión muy clara a los diez minutos, cuando el balón quedó muerto después de un saque de banda y Cuenca no acertó a colocarlo entre los tres palos pese a tener una posición muy clara. Poco después, Iker Álvarez tuvo que poner el pecho para desviar un cabezazo de Dani Gómez tras una falta lateral botada por Tasende.

Como ya sucediera en San Sebastián la pasada semana, el Córdoba CF sufría en exceso en el balón parado, pagando su acuciante falta de contundencia en el área propia. La puesta en escena no pudo ser más decepcionante para Iván Ania, que vio a su equipo sometido ante un rival que no destaca precisamente por su capacidad de amasar el balón.

Salvando una transición de Adri Fuentes que finalizó Jacobo con un disparo al cuerpo de Insúa, el Córdoba CF no tuvo ocasión en toda la primera parte de aparecer en ataque mediante una jugada elaborada. La incapacidad de batir líneas con el pase de Isma Ruiz y Requena restó profundidad a un equipo en el que los mediapuntas eran islotes apartados del colectivo y el ariete un mero espectador.

En defensa, el sufrimiento se multiplicaba en cada balón largo del Zaragoza. En una de esas acciones, Raúl Guti encontró a Dani Gómez con facilidad a la espalda de los zagueros del conjunto blanquiverde y el punta del Zaragoza pecó de generoso al pasar a Cuenca, que desaprovechó una ocasión de oro. Incapaz de tener el balón y someter al rival, al menos el Córdoba CF fue igualando la pugna física con el paso de los minutos, lo que llevó el partido a una sucesión de faltas de un lado y otro que mató el ritmo y apagó las ocasiones en ambas áreas.

Con todo, siempre dio más sensación de peligro el cuadro local, que lo intentó con más voluntad que clarividencia y que antes del descanso volvió a tener en las botas de Marcos Cuenca otra oportunidad que se marchó al limbo, después de un despeje fallido de Fomeyem que habilitó la enésima segunda jugada para los maños. Al descanso, el marcador de 0-0 era la única buena noticia para un Córdoba decepcionante, una vez más.

Problemas en el costado izquierdo

Las dudas del primer tiempo se vieron acrecentadas en el inicio del segundo, cuando a los dos minutos Vilarrasa falló en un despeje y permitió a Cuenca poner un centro que Sebas Moyano no agarró de milagro. El lateral zurdo volvería a ser protagonista poco después, cuando el árbitro le perdonó una clara mano que habría sido su segunda amarilla. Ania no quiso esperar más y dio entrada a Marcelo Timorán, aunque el boliviano también se cargó pronto con una tarjeta, por lo que la amenaza de una inferioridad numérica seguía vigente.

Aunque el Córdoba CF había dado un leve paso adelante con el balón, beneficiado también por una leve bajada de intensidad en el Zaragoza, el duelo seguía muy trabado y con la sensación de que solo un balón parado podía desatascarlo. Y así fue, dicho y hecho. Un córner botado por Dalisson lo peleó Fomeyem en el primer palo, forzado a Francho a despejar hacia su portería y provocando que Saidu hiciera gol en su meta.

El gol fue un mazazo para el Zaragoza y Gabi buscó la reacción rápida pasando a jugar con dos puntas. A ese movimiento respondió Iván Ania dando entrada a Sergi Guardiola y Diego Bri para refrescar el ataque y poder mantener la tensión en el trabajo de contención desde la primera línea. El duelo se trabó por el cansancio y la falta de idea de los maños y ese factor favoreció al CCF, que ganaba una pequeña batalla dentro de la guerra a cada minuto que pasaba.

Con su equipo incapaz de generar nada en ataque, Gabi quemó las naves dando entrada a Soberón y retirando a Tasende, en un intento a la desesperada que de poco sirvió a los maños. Ania colocó a Alberto del Moral en sustitución de Dalisson para fortalecer esa zona central de su defensa ante la previsible carga final del Zaragoza, pero lo cierto es que los aragoneses solo amagaron con ello. Para colmo, la expulsión de Paul por doble amarilla terminó de matar a un Zaragoza que solo tuvo una ocasión, malgastada por Bazdar, cuando el partido caminaba hacia su final. El Córdoba CF resistió hasta el final y, aunque sin brillo alguno, suma tres puntos que le deben dar aire para ir creciendo hacia el equipo que quiere ser y del que aún está muy lejos.