Alejandro Alfaro | Futbolista del Córdoba CF

"No permitiremos que el que no esté involucrado al 100% esté dentro"

  • El capitán blanquiverde pide conciencia de "lo importante que es para todos mantener la categoría"

  • "Nosotros nos estamos jugando más que nadie", defiende resistiéndose a renunciar a la salvación

Alejandro Alfaro posa con un balón sobre el césped de El Arcángel.

Alejandro Alfaro posa con un balón sobre el césped de El Arcángel. / Juan Ayala

Minutos después de concluir el entrenamiento, y sobre el verde de El Arcángel, el capitán blanquiverde se abre para analizar la situación del Córdoba CF. No está siendo una temporada fácil, ni en lo personal ni en lo colectivo, para Alejandro Alfaro (La Palma del Condado, Huelva, 1986), si bien el veterano futbolista apuesta por mantener viva la llama de la esperanza. Todo pasa por lograr la primera victoria, con el partido ante el Cádiz CF del domingo (Ramón de Carranza, 18:00) como primera opción, para "encender la mecha de la ilusión, de que se puede lograr otra vez" el milagro de la permanencia.

–Empecemos por el final. El presidente les pidió el miércoles un paso adelante.

–Somos conscientes del año que llevamos, de la situación que atravesamos y de la situación del club. Detrás tenemos mucha gente que depende de nosotros, un escudo y una afición que está sufriendo mucho este año, y por todos ellos y todos por nosotros debemos hacer un buen final y que luchar hasta última hora. Está claro que es difícil, que estamos a diez puntos, pero hay que lanzar un mensaje de optimismo, hay todavía opciones, hay números, y esto es fútbol y el año pasado lo vivimos aquí. Al final, una victoria en Cádiz lo cambia todo, porque el fútbol son puntos, son victorias, y ahora todo se ve negro porque hace mucho que no la conseguimos. Pero en Cádiz tenemos que hacer las cosas al cien por cien, porque si no nos vale; no podemos estar al 70 o al 80, porque el otro día ante el Sporting, sin estar realmente mal, en dos ocasiones a balón parado te pintan la cara y tú te vas con la de tonto.

–El discurso está claro, pero si no se traspasa al verde...

–Está claro. Estoy harto de hablarlo con los compañeros y la gente del club, y las palabras se las lleva el viento. Llevamos todo el año hablando, viendo qué ocurre y qué pasa, sabiendo cuáles son los problemas, pero el verde no engaña. Y ahí damos una de cal y otra de arena, unas veces estamos mejor y no nos da... Si queremos lograrlo y lograr una victoria debemos ser un buen bloque, competir al cien por cien y cometer los mínimos errores posibles, porque se está viendo que nos penalizan mucho... Eso es lo único que nos puede dar esperanza: conseguir una victoria.

"Quedan 11 partidos y la gente que quiera estar va a dar un paso al frente, y el que no esté, él mismo se bajará del barco"

–¿Qué preocupa más: caer con mala imagen o ver que hacer muchas cosas bien tampoco da?

–El día que das mala imagen, está claro, porque cuando termina el partido tienes que poder irte a tu casa con la cabeza bien alta. El día que no lo has dado todo, que no has trabajado, que no has luchado por el escudo, ese día no puedes levantar la cabeza porque no has hecho lo mínimo exigible. Ese día te vas jodido porque has perdido y encima porque no has hecho nada. El día, como Málaga, que te empatan a última hora, te quedas muy tocado, pero sabes que has hecho un trabajo ante un rival con seis o siete más presupuesto, que está hecho para subir, y hasta la última jugada has tenido la victoria. Prefiero morir de pie, con la cabeza bien alta, que es lo que la gente nos pide La gente no nos pide más; lo que quiere es que luchemos por el escudo y lo demos todo en el campo, y luego podremos perder o ganar, pero por lo menos que no demos la imagen de Extremadura.

El capitán blanquiverde, en un momento de la entrevista. El capitán blanquiverde, en un momento de la entrevista.

El capitán blanquiverde, en un momento de la entrevista. / Juan Ayala

–Rafa Navarro dijo que quien no crea, no jugará más. Jesús León os ha pedido compromiso. ¿Está el vestuario por la labor?

–La gente está comprometida, quiere dar un paso al frente y hacer las cosas bien, pero en estas situaciones de negatividad, de bloqueo, de falta de competitividad en acciones concretas, no nos llega. Pero nadie se quiere bajar del barco. Quedan once partidos de liga y, la gente que quiera estar, va a dar un paso al frente y se tiene que ver en el día a día; y el que no esté, por lo que sea, porque no crea o porque crea que ya no va a aportar, él mismo se bajará del barco y nosotros nos encargaremos de ayudarlo para que seamos los máximos posibles para tirar hasta el final, con orgullo, con sacrificio, con trabajo... lo que la gente pide.

–¿Ha detectado a alguien que no se vea con fuerzas?

–No, nadie. Al final esto nos lleva a una situación límite, a que haya tensión, y eso es bueno en un equipo muy sano, muy light, al que en el campo le falta muchas veces ese carácter, ese oficio. La semana está siendo buena, la gente está metida y trabajando con intensidad, pero al final todo eso se tiene que transmitir donde de verdad manda, que es en el terreno de juego.

–Habla en una línea similar a la de Flaño, señalando esa falta de competitidad en fases concretas, fallos impropios de Segunda.

–Está claro, porque nos lleva penalizando desde el inicio. Hacemos partidos buenos al 80 o al 90 por ciento, pero llega un error y nos cuesta un gol. Por ejemplo los tres últimos partidos no han sido malos, pero errores individuales nos han costado los puntos. Esto es fútbol profesional, la Segunda no te perdona, se pagan muy caros los errores y no nos vale eso, sino dar el cien por cien porque cualquier mínimo error nos deja sin puntos.

–Sin dejar la puerta a cero es difícil, sobre todo porque el equipo se derrumba tras cada golpe.

–Los acusamos mucho. En otra situación nos preocuparíamos si el equipo no generara o no hiciera goles, pero estamos haciendo lo más difícil que es adelantarnos en muchos partidos. Luego como bloque nos está faltando saber jugar esos diez, quince o veinte minutos después de un gol del rival, nos vamos de los partidos, sufrimos mucho, nos meten normalmente otro... Es también la inercia, la situación negativa y el bloqueo que nos está penalizando; igual que los errores, los goles en contra, pero es trabajo de todo el equipo. Nos falta mejorar todos en el aspecto defensivo en general para recibir menos goles y estar más juntitos.

"A los futbolistas esto nos duele mucho; la gente se piensa que no somos personas, pero no se lo deseo a nadie"

–Tras probarlo todo, sin resultado, hay quien piensa que es hora de tirar de los que más comprometidos, de los que sufren más.

–Es tarea del míster detectar la gente que está involucrada al cien por cien, que sabe que se lo va a dar todo, que está capacitada para jugar estos momentos... Pero como capitán te digo que no vamos a permitir que ningún jugador que no esté involucrado al cien por cien o no crea en esto, esté dentro. Nosotros mismos seremos los que lo bajemos del barco. Ahora mismo es momento de estar involucrado, de estar al cien por cien, de luchar por este escudo, por esta afición, acabar de la mejor manera posible y llegar con opciones al final de liga, que creo que podemos hacerlo si conseguimos ganar un par de partidos. Si pasa, creo que podemos lograrlo, porque aquí se nos escapan pocos puntos, tienen que venir rivales directos y todo pasa por lograr una victoria y cambiar la mentalidad del equipo.

–Parece que el problema es más mental que de fútbol.

–En Segunda hay buenos jugadores en todos los equipos y lo más importante son los estados de ánimo. El año pasado lo vivimos; estuvimos casi todo el año en descenso y cuando cogimos nuestra racha, nuestro estado de ánimo cambió y todo nos salía, ganamos una barbaridad de partidos, hasta el día que no nos tocaba. Cuando la inercia es positiva, todo es bueno, la gente cree en ello y va, y al final todo sale bien; y ahora mismo estamos en todo lo contrario. Es por eso que esta semana creo que nos tenemos que liberar de todo, olvidarnos de la clasificación, de la tensión por todo lo que nos estamos jugando y salir al campo a darlo todo, a disfrutar de los partidos que nos quedan, recuperar la confianza en nosotros mismos, en el equipo... Pero todo pasa por conseguir una victoria, pues de nada vale jugar bien y luego perder.

Alfaro, sobre el terreno de juego. Alfaro, sobre el terreno de juego.

Alfaro, sobre el terreno de juego. / Juan Ayala

–¿Al futbolista le duele esto?

–Mucho. La gente se piensa que no somos personas pero desde la pretemporada llevamos un año muy jodido; llegas a casa y no tienes ganas de nada y lo pagas con la familia, vienes a entrenar cada lunes y es jodido... Eso no se lo deseo a nadie, porque te desgastas mucho, sufres mucho, y se te quitan las ganas de todo. Es jodido para el futbolista. Yo entiendo a la gente, que es de Córdoba y del Córdoba, y siente el escudo, pero los futbolistas somos los que estamos en el verde, los que sufrimos cada día y nos lo llevamos a casa, unos más y otros menos, lógicamente. El año está siendo muy muy duro.

–Pero el futbolista se irá...

–Mentira, eso es mentira (interrumpe). Nosotros nos estamos jugando más que nadie. Muchos tienen contrato y, si nos vamos a Segunda B, los contratos bajan a la mitad. Pasas a ser un jugador de Segunda B porque has descendido y nadie te quiere. Te estás jugando tu prestigio, tu caché, todo. Pero si logras la salvación, que no se logra todos los días, el nivel individual sube; si desciendes después del año que llevamos... Es complicado. Todo influye en tu carrera, y nos estamos jugando mucho a nivel individual y sobre todo de club.

–La Segunda B es un pozo infernal, peor que hace unos años.

–Claro que sí, es un pozo y no quiero ni nombrarlo, que yo he jugado cuatro liguillas para subir a Segunda con el Sevilla Atlético, y durante la temporada barríamos. Es jodido salir de ahí, y aquí se ha vivido. Por tanto, hay que ser conscientes de lo que nos estamos jugando y de lo importante que es para todos mantener la categoría. La Segunda B no es fútbol profesional y la Segunda española ahora está entre las mejores ligas del mundo. No somos conscientes muchas veces de dónde estamos y de lo que nos estamos jugando.

–¿Afecta en el vestuario todo el ruido en torno al club?

–Intentamos aislarnos porque ya bastante tenemos con lo nuestro, lo deportivo, que no estamos bien, que si encima a la mochila le añadimos todo el tema institucional y los problemas externos, al final no vives. Intentamos centrarnos en lo que podemos controlar, que es entrenar, dar el cien por cien, estar preparados para cuando el míster lo crea oportuno, cuidarnos al cien por cien, y estar mentalizados en lo que nos estamos jugando. Y estar centrados en lo nuestro, porque cada uno tiene su parcela, y la nuestra es muy importante, la más importante del club, porque al final la supervivencia depende de que los jugadores mantengamos la categoría. La afición nos ayuda y nos apoya, pero ni ellos, ni el presidente ni el entrenador van a saltar al campo; somos los jugadores los que tenemos que defender este escudo y sacar todo lo que llevamos dentro en este final, que es lo que la gente está esperando.

"Si nos ponemos a mirar los números o la dinámica, no jugamos más, acabamos ya y nos metemos en la cueva"

–Hemos hablado de prestigio y caché, pero también tiene un premio por la permanencia.

–Lo hablamos hace tiempo, pero con la situación que tenemos no hay que hablar de primas ni de tías. La mayor prima que puede tener cada jugador individualmente es mantener este club en esta categoría; creo que no hay mayor satisfacción que esa a nivel personal, más que hacer cuatro o 20 goles, o el dinero que puedas ganar, por el prestigio y el orgullo que puede suponer. Después del año que llevamos, de todo este sufrimiento, lo mayor que podemos lograr es la salvación. Pero todo pasa por regalarnos la primera victoria y, a partir de ahí, ir ilusionándonos, ir acortando puntos y manteniéndonos vivos para llegar al final.

–Más que una victoria, la clave es enlazar alguna, ser regular.

–Sí, pero vamos a empezar con la primera, porque con lo que nos está costando... Tenemos este domingo otro partido, que ya es una final porque cada vez quedan menos puntos, para conseguirla y que nos cambie la mentalidad, el optimismo y la ilusión de todos. Y más siendo fuera de casa, porque si consigues ponerte a siete puntos, la semana que viene sabes que te estás volviendo a jugar otra vez las papas en casa, donde sabemos que pasan cosas y la gente nos apoya. Pero primero tenemos que demostrarles que podemos, para que puedan creer en nosotros.

El futbolista onubense posa tras la charla con 'el Día'. El futbolista onubense posa tras la charla con 'el Día'.

El futbolista onubense posa tras la charla con 'el Día'. / Juan Ayala

–Encender la mecha, vamos.

–Al final no valen las palabras. Hay que encender la mecha de la ilusión, de que se puede lograr otra vez, y de que juntos podemos conseguir algo bonito, algo difícil.

–Hay que ganar siete u ocho partidos, y llevamos sólo cuatro...

–Si nos ponemos a mirar los números o la dinámica, no jugamos más, acabamos ya y nos metemos en la cueva. Pero este equipo no es así. Yo vengo todas las semanas con la ilusión de que podemos ganar el domingo, cambiar la mentalidad y que todos creamos, porque no queda otra cosa. El domingo tenemos otra final en Cádiz y no vale otra cosa que no sea sumar los tres puntos para que la gente pueda volver a creer en nosotros y en que se puede lograr.

–Lo importante es el colectivo, pero su año está siendo duro.

–Está siendo complicado para mí, porque me gustaría poder ayudar mucho más en el campo, pero al final la decisión es del entrenador. Yo me encuentro bastante bien, con ganas, pero al final lo que prevalece es lo colectivo. Está claro que individualmente no está siendo mi mejor año, el peor de los tres que llevo, y por eso no me quiero quedar con esa sensación, después de no haber podido participar mucho y que el equipo no logre el objetivo. Pero ojalá podamos conseguirlo y yo poder ayudar más dentro del campo.

–Firmó hace tres campañas con la idea de subir y las tres ha estado el equipo en el fango.

–Venía a un proyecto para subir a Primera, el equipo venía de jugar un play off, de estar dos años antes ahí, e iba a estar hecho para estar arriba, pero no se ha vivido ni un año tranquilo, cada año está siendo más duro. El año pasado se logró algo muy difícil y este año se ha puesto otra vez complicado. Al final uno viene para una cosa, pero se tiene que adaptar a las circunstancias. Es una pena, porque este club y esta ciudad son de Primera División, y se merece estar lo más arriba posible. Y es una pena el año que estamos viviendo, la situación, y sólo por todos los que sufren tenemos que sacar el orgullo y darlo todo de aquí hasta final de temporada.

–Usted vivió el anterior cambio de propiedad. La situación era límite. ¿Le recuerda a la actual?

–Son totalmente diferentes. El año pasado estábamos en el mercado de invierno y ahora estamos en una situación límite a nivel deportivo, en el que los que jugamos somos nosotros y, con independencia de los problemas institucionales, el año está siendo muy malo y eso no sólo lo podemos arreglar nosotros. Somos los que vamos a jugar estos once partidos y los que podemos salvar al club y la categoría, y los que podemos hacer todo.

–Tras tres entrenadores, el foco ya está puesto en la plantilla.

–Está claro. El verde es el que manda. En el campo no estamos dando el nivel, y eso es la realidad. Ahí está la clasificación, porque el equipo no es tan malo como la clasificación dice. Somos un equipo para competir en la categoría como otros seis o siete, pero la inercia, la competitividad, el nivel en ciertos momentos... Muchos factores que no nos han ayudado y nos están condenando todo el año.

"La mayor prima que puede tener cada jugador individualmente es mantener este club en esta categoría"

–Si lo del curso pasado fue un milagro, este sería doble.

–Sí, porque ahora mismo lo vemos muy difícil por la inercia que lleva el equipo. Pero yo creo en los milagros y el año pasado lo logramos. Apenas consigamos esa victoria que tanto necesitamos esta semana... Pero el primer paso lo tenemos que dar nosotros, los jugadores tenemos que lograr esos primeros tres puntos con trabajo, sacrificio y actitud y todo lo que hay que poner en el campo.

–Como me dijo antes, es lo mínimo que pide la gente.

–Nos estamos jugando mucho y tenemos que ser conscientes de eso. Somos unos privilegiados por poder ser profesionales del fútbol, y esto tenemos que valorarlo, darnos cuenta y no regalar ni un minuto del trabajo porque luego te acordarás del año que no diste todo lo que tenías que dar... Es así, es corto esto, y no sabes el tiempo que vas a estar a nivel profesional. Y lo mismo que ahora estás en Segunda, y yo se lo digo a muchos en el vestuario, el año que viene estás en Segunda B y no vuelves a tocar la categoría. Hay que saber que lo mismo es tu último partido este domingo, y no sabes cuándo vas a volver a jugar con este equipo o en esta categoría. Hay que darlo todo y vaciarse cada partido, yéndote a casa con la conciencia tranquila.

–Si ese mensaje ha calado en el vestuario, a mí me ha hecho recuperar parte de optimismo.

–Es lo que quiero, pero al final podemos hablar en positivo, pero si el domingo no damos la imagen que queremos dar, las palabras no valen para nada. Me gustaría poder hablar el lunes otra vez y decir que el equipo ha hecho lo que tenía que hacer, lo que venimos pidiendo, un partido al cien por cien, trabajando, estando concentrado, compitiendo... y nos ha dado para ganar o no. Pero al menos lo que la gente quiere, lo hemos dado. Ojalá el lunes podamos venir felices, con optimismo, mirando al futuro de otra manera y generando esa ilusión que todo el mundo está deseando.

–Ojalá. Se lo compro.

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