El Córdoba CF se despide de Bahréin con un empate ante el campeón local, el Al Riffa, después de un amistoso jugado con poca tensión y en el que los bahreiníes se excedieron demasiado en el juego bronco, provocando alguna entrada peligrosa que afeó el final del partido al poner en riesgo la integridad física de los blanquiverdes. Sin muchas conclusiones que sacar del segundo y último bolo de los cordobesistas en el país del Golfo Pérsico, el choque quedará marcado por la anécdota de que dos futbolistas locales, pertenecientes a la plantilla del Al Khalidiya -rival del CCF el pasado viernes- vistieron la blanquiverde durante los últimos minutos del encuentro.

A pesar de terminar con un ritmo bajo y los de Germán Crespo prácticamente renunciando a meter la pierna al ver la excesiva motivación del Al Riffa, el partido empezó con ocasiones y el Córdoba trató de tomarse en la prueba el campeón de Bahréin. El cuadro local arriesgó muchísimo desde los primeros compases, tirando muy alta la línea defensiva y sin hacer una adecuada presión al poseedor del balón, lo que posibilitó que el Córdoba CF jugara a placer buscando la espalda de sus rivales con pases desde la medular.

Así llegaron las primeras ocasiones para los blanquiverdes. Un gran pase de Toni Arranz dejó a Simo solo ante el meta, pero el extremo se entretuvo y su pase a Casas lo remató el rambleño muy blandito. Acto seguido, el hispano-marroquí ya no perdonó. Un robo en tres cuartos de campo de Omar Perdomo lo convirtió Julio Iglesias en un gran pase a Simo, que desde el perfil izquierdo se acomodó el balón a su pierna derecha y batió por bajo a Aliefrih.

Las constantes pérdidas de balón del Al Riffa en su campo, fruto de un empeño excesivo en sacar la pelota jugada desde atrás, fue el surtidor del que el Córdoba sacó sus mejores ocasiones. Pasado el primer cuarto de hora, Casas robó un balón muy arriba y a punto estuvo de hacer el segundo para su equipo. Poco después, un gran pase de Ekaitz Jiménez a Omar Perdomo terminó en un buen centro del canario que Casas remató hasta por dos veces, obligando a lucirse al arquero local.

Omar Perdomo saca un disparo en el partido ante el Al Riffa.

El Córdoba fluía en ataque y el Al Riffa sufría, tratando de tener el balón y protegiéndose poco en defensa, pese al dominio de los blanquiverdes. A la media hora de juego, Omar Perdomo ganó de nuevo la espalda a su par y colocó un centro medido a Casas que el rambleño estampó en el larguero al rematar de primeras. Antes del descanso, de nuevo Casas tuvo el segundo, pero la ocasión más clara fue para Omar Perdomo, que recibió el balón precisamente de Casas y se plantó alte Aliefrih, topándose con el poste en su disparo raso.

El guion del partido fue muy similar en el arranque de la segunda parte y de nuevo Omar Perdomo trató de castigar una pérdida del rival en campo propio con un disparo potente que se le marchó muy alto. Poco tardaron los cambios en desdibujar el partido, hasta el punto de convertirlo en una pachanga después de una primera parte bastante aceptable por ambos bandos.

La cercanía de la competición y los problemas físicos que arrastran varios jugadores llevaron además a Germán Crespo a alinear en la media hora final a dos jugadores del Al Khalidiya, Hani Taha y Ahmed Merza, que podrán guardar el recuerdo de haber vestido la blanquiverde. Para el técnico cordobesista, desde luego, fue un alivio el poder dar descanso a Ekaitz Jiménez y Simo en esos minutos finales.

Hani Taha y Ahmed Merza, los jugadores del Al Khalidiya que jugaron con el Córdoba CF.

Sobre todo porque el choque se ensució en el segundo tiempo. El campeón de Bahréin apeló a su orgullo para tratar de no salir derrotado y abusó del juego duro. Lo sufrió Tala y también Julio Iglesias, en un par de acciones que incluso estuvieron a punto de provocar alguna riña por la evidente impertinencia de entrar tan a destiempo en un amistoso. Para colmo, en plena hemorragia de cambios y con el CCF desdibujado, Hassad Saed empató para el Al Riffa.

A partir de ahí, fueron los locales los que más ocasiones tuvieron para haberse llevado el triunfo, pero Carlos Marín se mantuvo firme y permitió al Córdoba marcharse de Bahréin con ese empate con el que concluye una concentración histórica para el club, pero que visto lo visto en el último amistoso, terminó haciéndose larga para los jugadores.