El Córdoba ha conseguido a última hora poner un broche esperanzador a un 2018 de pesadilla, que ha cerrado ocupando posiciones de descenso en 18 de las 19 jornadas disputadas en la presente temporada. El cuadro blanquiverde, con su victoria ante Las Palmas, se ha colocado a sólo dos puntos de la permanencia y ya puede soñar con abandonar la zona roja de la clasificación gracias a la primera victoria de la era Curro Torres, que ha servido para refrendar el trabajo con el nuevo técnico, hasta ahora sostenido por sensaciones positivas que no encontraban el reflejo en los números.

Una victoria ha bastado para que en el club blanquiverde se vea todo de manera más optimista. Para empezar, los números ya empiezan a respaldar el trabajo de Curro Torres. Hasta la fecha, al equipo se le venían observando mejorías, pero a la hora de sumar todavía le faltaba un pequeño paso adelante que ante Las Palmas sí completó.

Sin ser todavía suficientes, los números del técnico cordobesista empiezan a mejorar. Para empezar, en cinco partidos ha conseguido seis puntos, reduciendo además los goles encajados a uno de media por partido. Aunque maquillados por los cuatro goles conseguidos ante Las Palmas, los guarismos en ataque son también aceptables, con siete dianas anotadas en los últimos cinco envites.

Ese balance positivo ha derivado en un mes de competición sin caer derrotado. Tres empates y una victoria es el bagaje del Córdoba en las últimas cuatro jornadas. Números que no asombran, pero que son los mejores de la temporada, pues hasta la fecha el conjunto blanquiverde no había evitado la derrota más de dos semanas seguidas.

El equipo encadena por primera vez cuatro semanas sin perder

Además, la categoría ha vuelto a demostrar que el no caer se premia mucho, pues a poco que ha conseguido una victoria, el Córdoba vuelve a estar en la pelea de lleno por la permanencia, sólo con dos puntos de desventaja y teniendo que medirse al colista, el Nàstic de Tarragona, en la próxima jornada. Y es que aunque la igualdad siempre es grande, a los equipos de la zona baja les cuesta un mundo sacar sus partidos adelante. Para muestra, la última jornada, en la que sólo el CCF y el Zaragoza ganaron entre los diez últimos clasificados.

Detalles para el optimismo

El refuerzo de las cifras se traduce en el campo en un equipo más competitivo, con muchos detalles por pulir pero otros esperanzadores, como la mejoría de Jaime Romero, el orden cada vez mayor en la medular, o la puntería que los delanteros exhibieron ante Las Palmas. De momento son detalles, quizás insuficientes para pensar que la permanencia será un objetivo sencillo, pero de sobra sólidos para confiar en que a la vuelta de las vacaciones el Córdoba pueda seguir su progresión de las últimas semanas.