Córdoba CF

El Córdoba CF propicia otra fiesta de su afición lejos de El Arcángel

Toril celebra el segundo gol del Córdoba CF en Linares con la afición blanquiverde.

Toril celebra el segundo gol del Córdoba CF en Linares con la afición blanquiverde. / LOF

El Córdoba CF recuperó la sonrisa con una victoria después de dos empates consecutivos y lo hizo, como no, a domicilio. Los blanquiverdes se llevaron los tres puntos de Linarejos para tumbar esa estadística negra que les perseguía en el feudo azulillo y, de paso, alargar una semana más el ritmo de puntuación que los de Iván Ania han cogido cuando actúan lejos de su estadio. Algo que en anteriores temporadas era una carga es ahora una fortaleza para un equipo que, además, en Linares desató la fiesta de sus seguidores y pudo disfrutar con los más de 1.000 cordobesistas presentes en este desplazamiento.

Y es que pocos partidos hay más atractivos para la afición del Córdoba CF que el de Linarejos. Pese a tratarse de un estadio vetusto y en el que el fútbol no se ve de la mejor manera -ni tampoco de la más cómoda- el ambiente que suele respirar el feudo azulillo en estos partidos bien merece la pena. La cercanía entre ambas ciudades y la atractiva oferta gastronómica que presenta la ciudad linarense hacen el resto para que cada vez que el CCF tiene que visitar a los azulillos lo haga acompañado por un notable números de seguidores blanquiverdes.

En esta ocasión, además, el buen rendimiento deportivo del equipo ayudó a que la afición del Córdoba CF se animase a desplazarse en masa. Todo ello pese a esa maldición que pesaba y mucho, pues el equipo blanquiverde llevaba 36 años sin ganar en Linarejos. Los dos últimos revolcones ante el conjunto azulillo los recuerdan bien Juan Sabas y Germán Crespo, pues ambos entrenadores perdieron allí su puesto en el banquillo del CCF.

Pero este Córdoba de Iván Ania es muy distinto a esos dos equipos mencionados. Hasta en los partidos a domicilio, una rémora histórica en el club, está logrando resultados que ni el más optimista de los aficionados podía imaginar. De hecho, este triunfo en Linarejos supone la séptima salida consecutiva para el Córdoba CF consiguiendo sumar. Una racha imponente que da buena muestra de la regularidad que ha sido capaz de alcanzar el equipo, para alegría de su afición.

Y es que si en El Arcángel se viven los partidos con intensidad, cuando se viaja con el equipo y además es un destino cercano y amigo como Linares, todo cobra mayor emoción. Así se explica la explosión de júbilo que provocó Alberto Toril con su gol en la portería más cercana a ese fondo poblado de manera exclusiva por los seguidores blanquiverdes. El delantero balear, ansioso por hacer un gol y reivindicarse, soltó toda su rabia a la par que enloquecía a los aficionados.

Y es que hasta ese segundo tanto el Córdoba tuvo que apretar los dientes sobre el terreno de juego y su afición contener el aliento en más de una ocasión, especialmente en ese inicio de la segunda parte en el que el Linares amagó un par de veces con poner el empate.

No lo hizo y el Córdoba CF aprovechó su momento para sentenciar y poner la fiesta en la grada, con el millar de cordobesista celebrando con su equipo un triunfo que supone tres puntos importantes para refrendar la labor hecha hasta ahora. Después de las tristes últimas visitas a Linarejos, la afición blanquiverde pudo por fin vivir una fiesta en un feudo cercano y amigo. Con esta, ya van siete salidas sin volverse de vacío para el CCF. Que siga la racha.

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