El Córdoba CF, obligado a ganar al Betis Deportivo para creer hasta el final

Cuando la consecución de un objetivo no depende de uno mismo, pasa a convertirse en un ejercicio de fe. Y a esa suerte se ha visto abocado el Córdoba CF después de una mala primera fase, en la que estaba llamado a dominar el subgrupo IV-B, una competición en la que nunca impuso su supuesta condición de favorito, para verse ahora abocado a una última jornada frenética y que puede deparar una decepción enorme. Pese a ello, el destino ha querido que el conjunto blanquiverde llegue con vida a la última jornada, y dependiendo de nuevo de una de esas carambolas que parecían complicadas pero que ya le sonrieron otras veces.

El partido ante el Betis Deportivo supone ya de por sí una complejidad enorme para el equipo de Pablo Alfaro. El filial bético sí depende de sus propios méritos en esta última jornada y además se ha mostrado como uno de los equipos más sólidos en lo que va de temporada. Sus números fuera de casa no son brillantes, pero sí los de un equipo muy equilibrado y aguerrido que solo ha caído en una ocasión, y que ha arañado hasta cinco empates y dos victorias lejos de su feudo.

A la entidad del rival habrá que sumar la situación en la que llega el Córdoba a la última jornada. Los blanquiverdes tienen que ganar y esperar que no lo haga el Sevilla Atlético, que recibe a la misma hora al Yeclano. Si esa circunstancia se da, el Córdoba amarrará la tercera posición y podría incluso optar a la segunda, siempre y cuando el UCAM Murcia pierda en su visita al Recreativo Granada. ¿Difícil? Sin duda. ¿Posible? También. Y el Córdoba ya ha demostrado a lo largo de su historia que estos escenarios agónicos se le dan bien.

El partido ante el Betis Deportivo se jugará en el césped y en la grada, y los blanquiverdes, a los que en estas últimas semanas les han temblado las piernas en más de una ocasión, tendrán que recurrir a su versión de máxima fortaleza mental para superar a su rival sin mirar más allá, por muy tentador que resulte saber lo que está pasando en otros campos.

El simple hecho de doblegar al filial bético ya será un reto titánico para un Córdoba que no ha sido capaz de mostrarse sólido y clarividente con el balón en toda la temporada, salvando un par de pinceladas ante El Ejido en El Arcángel y en la visita al UCAM Murcia. Esperar una versión brillante del equipo de Pablo Alfaro con la pelota, dados los precedentes, sería pecar de exceso de optimismo. Por eso, el camino hacia la victoria pasa más que nunca por mantener la solidez defensiva que el equipo sí ha sido capaz de mostrar en bastantes ocasiones. De sus siete victorias, cinco llegaron con la portería a cero, lo que denota que el Córdoba suele encontrar soluciones en ataque cuando no se ve superado en el área propia.

Alfaro, que no ha repetido un once inicial en los 14 partidos que acumula ya con el Córdoba, tendrá que variar de su nuevo su equipo. La baja de Manu Farrando obligará a buscar una permuta en el lateral derecho, que salvo sorpresa será para Álex Robles. Al margen de esa variación, a buen seguro que el técnico dará alguna vuelta de tuerca más buscando la mejor versión de los suyos.

Sin dejar de lado lo importante que sería para el Córdoba acabar la primera fase entre los tres primeros, para asegurar la Primera RFEF y estar vivo en la lucha por el ascenso a Segunda División, los tres puntos tendrán un valor extraordinario pase lo que pase en la clasificación. Y es que aunque ahora cuesta pensar en ello, la competición no acaba este domingo. En el peor de los casos, el Córdoba tendrá por delante una segunda fase de únicamente seis partidos en la que debería pelear por dos plazas para la Primera RFEF. No estar el año que viene al menos en la tercera categoría del fútbol español sí que supondría un problema de enorme calado para el club. Y para lograrlo, el equipo tiene que ganar y creer hasta el final.