Córdoba CF - Celta de Vigo B | El Otro Partido

El Córdoba CF desquicia a El Arcángel con la cúpula de Infinity en el palco

Al-Nusuf, Al-Zain y Bin Jamil acompañan a Javier González Calvo camino del palco de El Arcángel.

Al-Nusuf, Al-Zain y Bin Jamil acompañan a Javier González Calvo camino del palco de El Arcángel. / Juan Ayala

El Córdoba CF se tambalea seriamente después de encadenar su segunda derrota en tres partidos, en un arranque de la segunda vuelta nefasto para los hombres de Germán Crespo, quienes ante el Celta de Vigo desquiciaron a su afición en El Arcángel ante los ojos de la cúpula directiva del club. El presidente de la entidad, Abdulla Al-Zain, así como el vicepresidente Mohammed Al-Nusuf, presenciaron una nueva decepción del equipo ante su parroquia, que acabó desesperada y con claras señas de divorcio con el equipo.

Junto a los dos principales representantes del fondo de inversión Infinity Sports Venture asistió al encuentro Faisal Bin Jamil, el enlace entre el club y los propietarios en Bahréin, más habitual por El Arcángel. Era un día señalado por la entidad para dar una alegría a sus dueños en primera persona y, de nuevo, volvió a salir mal. Porque lo cierto es que la casualidad ha querido que hasta ahora, en estos tres años de Infinity al mando, el CCF no sea capaz de ganar más que un partido cuando algunos de sus máximos dirigentes bahreiníes han estado en el palco del estadio.

A buen seguro que Al-Nusuf y Al-Zain no salieron nada contentos de lo visto en el terreno de juego, porque el Córdoba mostró ante el filial del Celta de Vigo su cara más apática. La descomposición del juego que el equipo ha venido enseñando en las últimas semanas se completó ante el conjunto gallego con una bajada de brazos imperdonable, que además deja la sensación de que algo sucede en un vestuario que era una piña y que ahora está más en entredicho que nunca.

El primer tanto de los gallegos no hacía presagiar nada bueno y el segundo mazazo confirmó los peores augurios. Pero lo que desesperó a la grada de El Arcángel fue la indolencia con la que el equipo actuó desde ese momento, como si nada se jugara en el partido, impotente e inoperante ante la superioridad del rival. Tanto fue así que al descanso ya se escucharon los primeros pitos de la temporada en el coliseo blanquiverde.

Pero como toda situación es susceptible de empeorar, la segunda parte del equipo entrenado por Germán Crespo desató ya el enfado generalizado en la grada. Los pitos se transformaron primero en bronca y luego en improperios hacia los jugadores, pero también hacia el técnico, que no se libró de las críticas de una afición hastiada por las tres derrotas seguidas en casa que han hundido la moral del grupo.

A la hora de juego, el fondo de animación de El Arcángel dijo basta y desistió de sus intentos por levantar al equipo, dejando vacía la grada en señal de protesta y helando aún más un ambiente que ya de por sí era frío en el estadio. La incomodidad era ya palpable y los intentos finales del equipo, desacertados y sin poder ni siquiera finalizar en disparos a puerta, terminaron por encender a la grada hasta el punto de que, mientras los jugadores enfilaban el túnel de vestuarios, alguno se volvió hacia la Tribuna al recibir improperios directos.

Para entonces, eran menos de la mitad de los 13.510 espectadores que arrojaron los tornos los que seguían en El Arcángel, para despedir con pitada al equipo cuando los jugadores agradecieron su presencia con palmas en el centro del campo. Desde el Fondo Sur no se escuchaba un alma. Nadie reclamó a un protagonista para el habitual cántico. Y en el palco, el enfado del presidente y vicepresidente era notorio. Un mal trago más para un equipo que necesita reaccionar ya y que mucho tiempo después, por primera vez en la etapa de Germán Crespo como entrenador, parece distanciarse de su afición. Mal presagio para lo que viene.

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