CARLOS MARÍN. Desesperado. Una semana más, el arquero almeriense encaja gol fruto de las desaplicaciones defensivas de su equipo. Al margen de eso, se le ve falto de concentración y fallón en jugadas que antes dominaba.

JORGE MORENO. Desubicado. Únicamente 45 minutos duró el invento de colocar al madrileño como lateral derecho. La tarjeta que le sacó Omar Perdomo y la desventaja de su equipo llevó a Mosquera a sustituirlo en el descanso.

JOSÉ ALONSO. Testimonial. Pasó desapercibido, sin destacar tanto para lo malo como para lo bueno. Arrancó como central y acabó más escorado a la derecha en la segunda parte, pero sin ser realmente importante en ningún momento.

ALBERTO JIMÉNEZ. Despistado. Al canario le cogió Koroma con la caraja a la media hora de juego en la jugada que resolvió el partido. Inaceptable que a un futbolista de su experiencia le suceda algo así en un duelo individual.

EKAITZ JIMÉNEZ. Frenado. La presencia de Calderón por delante frenó sus habitual acometidas ofensivas y limitó su aportación a las tareas defensivas, en las que cumplió sin más. No llegó a la hora de juego antes de ser sustituido.

CABALLERO. Incapaz. Con balón es un drama. No es capaz de salir del pase de seguridad a un máximo de dos metros y, casi siempre, hacia atrás o en horizontal. Si a ello le sumas que no se impuso en los duelos... partido para olvidar.

DIARRA. Alocado. Se hartó de correr detrás del balón y eso siempre es sinónimo de malas noticias para su equipo. Mucho esfuerzo físico para poco trabajo tangible, yendo a la presión forzado y sin encontrar el apoyo de los suyos.

MARCO CAMUS. Frío. Una vez más entró bien al partido, generando la primera ocasión clara de gol, y a partir de ahí fue desapareciendo del partido hasta pasar inadvertido. Antes de la hora de juego fue sustituido con poco bagaje en su haber.

KIKE MÁRQUEZ. Negado. Fue de los pocos que intentó acciones ofensivas más allá del juego directo. Tuvo un buen tiro en la primera parte que Varo le negó con una gran parada. Aún así, lejos de su nivel y desacertado hasta desesperar.

CALDERÓN. Arriba, tampoco. El sevillano actuó más adelantado que de costumbre y liberado de tareas defensivas, pero ni por esas mostró un atisbo del jugador que vimos en la primera vuelta. Ya nadie espera que este curso vuelve a brillar.

WILLY LEDESMA. En fuera de juego. Hizo trabajar al juez de línea cayendo constantemente en fuera de juego. El de Torremejía lleva demasiados partidos sin aparecer en ataque y lo único que se puede destacar de él es su disciplina a la hora de la presión.

JAVI FLORES. Muy poco. Entró en el segundo tiempo con la tarea de poner algo de sentido al juego de su equipo. Por momento lo logró y apareció entre líneas con inteligencia, pero acabó cayendo en la intrascendencia más absoluta.

CASAS. Pasado de vueltas. A punto de irse al vestuario antes de tiempo por un par de entradas fuera de lugar, que finalmente solo le costaron una amarilla. Un remate suyo lejano y despejado por Varo fue todo el bagaje en ataque del Córdoba en el segundo tiempo.

DE LAS CUEVAS. Escondido. Mosquera viene tirando de él para buscar más mordiente en ataque en las partes finales de los partidos, pero ante la Balona se escondió y no asumió ese rol de líder que en teoría, por veteranía, le toca.

SIMO. ¿Jugó?. Un futbolista desesperante, siempre y cuando el viento no sople de cara. En La Línea volvió a pasar sin pena ni gloria, incapaz de ganar un duelo individual y de aportar algo medianamente decente al ataque de su equipo.

CARRACEDO. Irrelevante. Probó el banquillo después de varias semanas dando una imagen bastante mala, aunque siempre vaciándose en el campo. Ni eso le sirvió para mejorar en los minutos de los que dispuso, en los que volvió a mostrarse irrelevante.