El Escáner

El Córdoba CF y las Copas: estímulo y peaje

  • Tras dos meses frenéticos con seis partidos extra, los blanquiverdes pueden centrar sus miras en liga

  • Los torneos coperos han sido un revulsivo para el grupo, pero también han generado un gran desgaste

Germán Crespo se dirige a sus jugadores antes de la prórroga ante el Sevilla.

Germán Crespo se dirige a sus jugadores antes de la prórroga ante el Sevilla. / Miguel Ángel Salas

El Córdoba CF cerró este pasado miércoles un duro e inolvidable primer tercio de la temporada. Los blanquiverdes cayeron apeados de la Copa del Rey, la tercera competición que afrontaban en la presente campaña, dando así carpetazo a dos meses frenéticos que han dejado muchísimos aspectos positivos tanto al club como al equipo, pero también un gran desgaste físico. Contra ese factor tendrá que luchar ahora el equipo de Germán Crespo para que el buen rumbo en liga no se desvíe hasta asegurar el objetivo prioritario, que no es otro que jugar la temporada en Primera RFEF.

Y es que, echando la vista atrás, es evidente que el ascenso directo era el único e ineludible reto al que se enfrentaba el Córdoba en una temporada crítica, con el equipo en Segunda RFEF y una realidad incierta en lo social, por el poco nombre de los rivales de una liga poco estimulante más allá de los fieles que el club cuenta por miles y que acuden al estadio a cada partido sin importar la entidad del equipo visite El Arcángel.

La fuerte apuesta que Germán Crespo hizo por la Copa RFEF, una competición poco atractiva de salida y que planteaba un camino demasiado largo hacia la Copa del Rey, cambió el rumbo de la temporada de una forma decisiva. El Córdoba empezó muy pronto, a principios de octubre, a enfrentarse a partidos cada tres días. Un ritmo que no ha parado hasta ahora y que ha deparado dos alegrías que quedarán en el recuerdo de la afición y en la historia del club.

Por un lado, el Córdoba ha levantado un título oficial de Copa por primera vez en su historia. Esa Copa RFEF ganada en El Arcángel ante el Guijuelo supone un hito, más allá de ser un torneo menor, y llegó en un contexto inmejorable, propiciando una fiesta en el feudo blanquiverde que quedará para el recuerdo. Como añadido a ese premio, llegó el honor de jugar ante un rival de Champions como el Sevilla, que además sufrió de lo lindo en El Arcángel, para sacar adelante un partido que volvió a colocar al Córdoba en el primer plano mediático después de dos años y medio alejado del fútbol profesional.

La acumulación de partidos en los dos últimos meses permitió además que Germán Crespo repartiese los minutos entre toda su plantilla, manteniendo una competitividad que se ha traducido en un alto rendimiento de la inmensa mayoría de los jugadores, con notables aportaciones incluso desde el filial.

Y en ese contexto, además, el club ha conseguido un vínculo con su afición espectacular, propiciando dos grandes entradas en El Arcángel y recuperando a muchos aficionados que han vuelto a disfrutar con el espectáculo que su equipo les brinda.

El ineludible coste

Tan evidente es el incalculable valor de todos esos factores como el coste que han supuesto para la plantilla y el cuerpo técnico. En un espacio de nueves semanas, el Córdoba ha tenido que jugar seis partidos más que la mayoría de sus rivales en liga, cinco de la Copa RFEF y una cita de excepción ante el Sevilla en la Copa del Rey. Para colmo, ese partido se fue a la prórroga. El resultado de ese titánico esfuerzo es un parte de bajas interminable desde octubre y un cansancio acumulado que en el corto plazo puede ser problemático para la plantilla.

Acostumbrados a ese ritmo infernal, los jugadores y el cuerpo técnico han ido sorteando escollos, pero por el camino se quedaron en forma de lesión varios futbolistas. Sin ir más lejos, al duelo ante Las Palmas Atlético el Córdoba viajará con siete ausencias y la necesidad de buscar auxilio en su filial. Un aspecto que ya empezaba a pesar en el grupo, como reconocieron los propios protagonistas tras hincar la rodilla ante el Sevilla.

Por fortuna, todo el desgaste acumulado no se ha traducido en una pérdida de ritmo en liga. El Córdoba mantiene un dominio insultante en el Grupo IV de Segunda RFEF después de 12 partidos disputados. Pero en el camino quedan todavía 24 encuentros para sellar ese primer puesto que le dé a los blanquiverdes el ascenso a Primera RFEF. A partir de ahora, con una semana completa para preparar cada uno de esos duelos, cabe esperar que poco a poco el Córdoba suelte ese cansancio acumulado y recupere su versión más brillante.

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