El Córdoba CF ha visto como la fortaleza en la que había convertido El Arcángel se ha derrumbado con la facilidad de un castillo de naipes. Los blanquiverdes, que arrancaron el curso arrolladores en su estadio, han perdido los tres últimos encuentros ante su afición, recuperando datos negativos que hacía siete años que no sufrían. De repente, y cuando menos se esperaba, el coliseo blanquiverde ha pasado de ser un fortín al auténtico lastre de un equipo cuya trayectoria descendente en el último mes y medio de competición no encuentra de momento freno.

Y es que el Córdoba de los récords en positivo, el que el año pasado arrasó en Segunda RFEF y en este curso arrancó como un cohete en Primera Federación, empieza a acercarse a registros también significativos en la historia de la entidad, pero por el lado negativo.

El revés que el Celta de Vigo B infligió a los de Germán Crespo supuso el tercer tropiezo seguido en El Arcángel, algo que no sucedía desde 2016. Hay que remontarse siete años atrás para encontrar una racha tan negativa de los blanquiverdes ante su afición. Y todo ello pese a que en estos años el club ha vivido épocas muy complicadas, aunque en su feudo el equipo logró mantener cierta consistencia.

Con su caída a plomo, los hombres de Germán Crespo se aproximan ya a un registro negro en la historia de la entidad, que tuvo al Córdoba seis partidos hincando la rodilla ante su público. Fue en el curso 2015-2016, con el equipo en Segunda División. En aquel entonces, se llevaron la victoria de El Arcángel de manera encadenada Leganés, Zaragoza, Osasuna, Lugo, Alavés y Albacete.

Nadie en la entidad blanquiverde quiere pensar que el equipo pueda aproximarse a esas seis derrotas consecutivas en El Arcángel, pero lo cierto es que el calendario señala que los dos próximos visitantes del feudo cordobesista son dos aspirantes al ascenso como el Real Madrid Castilla y la Cultural y Deportiva Leonesa.

El ataque, romo y seco

Al margen de la caída general del equipo en cuanto a juego, una de las principales explicaciones de esa mala dinámica de resultados del Córdoba CF está en la decadente producción ofensiva del equipo. Curiosamente, los blanquiverdes siguen siendo el equipo más goleador de entre los 40 que componen la Primera Federación, con 35 dianas. Por eso, es más sangrante el hecho de que son ya más de tres partidos sin ver portería.

Desde que Willy Ledesma abrochara la victoria en San Fernando con el 1-3 en el minuto 67, el Córdoba no ha sido capaz de hacer gol. Son ya 293 minutos sin batir al meta rival los que encadena el equipo de Germán Crespo, cuya producción ofensiva ha caído en picado no por falta de acierto, más bien por una desesperante incapacidad para atacar a los rivales.

Esas sensaciones pobres en cuanto al juego, y la contundencia de los fríos datos, explican la línea claramente descendente que marca un equipo al que, cuando menos se esperaba, se le desmoronó el fortín que tenía construido en El Arcángel, para pasar de ser su principal fortaleza a un talón de Aquiles que los rivales ya conocen. Visto lo visto, los de Germán Crespo tendrán que empezar a buscar la reacción lejos de su feudo. Y el domingo, la visita a Unionistas de Salamanca se presenta como una oportunidad para empezar a revertir esta mala dinámica.