Turismo y patrimonio

Un estudio insta a trabajar para sacar a Medina Azahara de su “aislamiento” patrimonial

  • Profesores de la UCO elaboran un informe donde, a través de encuestas a visitantes del yacimiento, concluyen que el uso turístico del monumento no está consolidado con respecto a otros atractivos culturales de la ciudad

Una turista frente a una de las partes del Edificio Basilical Superior del yacimiento arqueológico.

Una turista frente a una de las partes del Edificio Basilical Superior del yacimiento arqueológico. / Jordi Vidal

Las visitas al yacimiento arqueológico de Medina Azahara han crecido de manera exponencial desde que el monumento fuera declarado Patrimonio Mundial por parte de la Unesco en el verano del año pasado. Pero a la joya desconocida del patrimonio cordobés, a pesar de esa declaración, aún le falta mucho para situarse al mismo nivel turístico que el monumento por excelencia de la ciudad, la Mezquita-Catedral. Las cualidades del yacimiento son, a día de hoy, inabarcables, lo que hace posible seguir trabajando para sacar todo el potencial posible, dentro, eso sí, de una lógica turística de no explotación.

Así lo pone de relieve un estudio (Las motivaciones y satisfacciones del turista en el conjunto arqueológico Madinat Al-Zahra) realizado por la vicedecana de la Facultad de Derecho y Ciencias Empresariales de la Universidad de Córdoba (UCO), Amalia Hidalgo, y los profesores de la misma facultad Juan Antonio Jimber, Ricardo Hernández y José Carlos Casas. El informe abarca numerosos aspectos desde el punto de vista turístico y elabora una serie de conclusiones extraídas a través de encuestas realizadas a cerca de 400 turistas que visitaron Medina Azahara. Una cosa queda clara: el yacimiento no se percibe como una parte incluida en la oferta monumental de Córdoba, sino que se entiende como algo aislado que debe incluirse, de ahí el estudio, en todo un conjunto patrimonial de la ciudad.

El informe de estos expertos explica que, si bien Medina Azahara genera una “alta satisfacción” en el turista que lo visita, el monumento “no está integrado con el resto de los atractivos de la ciudad”. Esto puede parecer lógico teniendo en cuenta que la oferta patrimonial de Córdoba tiene como estandarte a una Mezquita-Catedral inmersa en un Casco Histórico que contiene la mayoría de monumentos visitables de toda la ciudad. Sin embargo, las labores de acercar Medina Azahara a ese resto de patrimonio no se han llevado a cabo de la mejor manera. Por esto mismo, el informe explica que existen servicios que deben ser mejorados, en especial, el transporte. Pero no sólo eso, sino también el sistema de comunicación y difusión de un yacimiento de valor incalculable.

La evolución que supone un buen transporte para un monumento alejado de la ciudad ya se vio cuando se introdujeron las primeras mejoras en este sentido. El mismo estudio recoge la evolución de la venta de entradas para la ciudad palatina y se percibe una subida destacada en el año 2006, cuando se puso en marcha el servicio de autobús diario hacia el yacimiento. Alrededor de 17.000 turistas usan al año este autobús para ir hasta Medina Azahara. Obviamente, no solo ese servicio generó un aumento de visitantes, ya que también intervinieron otros factores como el sistema de venta online, la apertura del museo del yacimiento o hechos complementarios como el inicio o consolidación de otros proyectos tales como El alma de Córdoba (visita nocturna a la Mezquita), Pasión y duende del caballo andaluz o la Ruta de los Patios de Córdoba.

El yacimiento fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en el verano de 2018

Precisamente en esto último reside una de las claves: los turistas no eligen visitar Córdoba por Medina Azahara, sino que visitan Medina Azahara porque previamente han elegido Córdoba. Es decir, en palabras literales del estudio, “los visitantes del monumento [Medina Azahara] vienen realmente motivados por el resto de monumentos de la ciudad, y no tanto por el yacimiento, que es visitado como una actividad adicional”. No existe en el mundo un yacimiento como Medina Azahara, del que sólo se ha excavado una décima parte, y aún así, la administración competente (la Junta de Andalucía) y el resto de factores que entran en juego (también la inversión privada) todavía no han dado con la tecla.

El informe de los profesores de la UCO sí reconoce el indudable cuidado arqueológico que se ha tenido con Medina Azahara, pero echan en falta la óptica turística. El documento manifiesta que los datos aportados por los turistas encuestados “muestran que el yacimiento, si bien ha sido cuidado y gestionado desde la óptica arqueológica, su uso turístico y puesta en valor es un hecho que aún no está consolidado con respecto a otros monumentos de la ciudad”.

El transporte es una de claves a mejorar para que crezca una buena percepción del lugar

Por esto mismo, la perspectiva turística defiende que “el objetivo debe ser que los turistas de este monumento alcancen niveles de valoración y satisfacción similares a los más altos de la ciudad”, que, en este caso, ostentan la Mezquita y la gastronomía.

En esas encuestas realizadas para el estudio en cuestión se preguntó a visitantes del yacimiento que además también habían pasado por otros puntos turísticos como la Mezquita, la Sinagoga, el Alcázar de los Reyes Cristianos o Los Patios (las consultas se hicieron en primavera). Haciendo una media de las valoraciones, se extrae que la valoración dada a Medina Azahara es inferior a la de la ciudad en general. Los turistas entienden que es “especialmente mejorable” el tiempo de espera de los autobuses de acceso al monumento (donde otorgan una puntación de 7,04 puntos), mientras que lo mejor valorado, con 8,5 puntos, son el centro de recepción de visitantes y el museo.

Los turistas valoran mejor el conjunto de la ciudad que Medina Azahara en concreto

También destaca el interés y la satisfacción que muestran los turistas por la ciudad de Córdoba. No obstante, la satisfacción mostrada por Medina Azahara es significativamente inferior a la de la ciudad de destino, y también a su valor, lo que significa que el valor percibido es inferior al valor esperado. Este desfase, aunque poco pronunciado, puede indicar la existencia de expectativas no cubiertas por parte de los visitantes al yacimiento.

Aquí entra en juego la acción de la administración. El informe deja claro que si se mejora ese valor percibido en el monumento, esto conllevaría una mejora de las expectativas del turista que, a su vez, podría hacer crecer los servicios turísticos anexos, como la hostelería o el hospedaje. “Un turista contento con la visita realizada es un éxito del destino. Éstos inician el viaje con una fotografía previa y, unas ilusiones hacia su destino, el resultado final puede modificar esa ilusión tanto en positivo como en negativo. En consecuencia, los organismos gestores, ya sean públicos o privados, deben mejorar la información sobre la calidad y la imagen de los destinos turísticos”, añaden los encargados del estudio.

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