Cultura

Medina Azahara aumenta en un 48% el número de visitantes durante 2018

  • Las personas que acuden hasta la ciudad palatina para conocer el conjunto arqueológico ascienden a las 275.726 el pasado ejercicio

Un grupo de visitas durante una visita a la ciudad palatina

Un grupo de visitas durante una visita a la ciudad palatina / Juan Ayala

El año 2018 pasará a la historia de la ciudad de Córdoba por ser aquel en el que, por fin, el conjunto arqueológico de Medina Azahara consiguió la ansiada denominación de Patrimonio Mundial por parte de la Unesco, sumándose así a la Mezquita-Catedral, el Casco Histórico y la Fiesta de Los Patios.

Debido al nombramiento, producido el 2 de julio de 2018, la ciudad palatina ha visto aumentado su número de visitas, llegando a incrementarse un 48% con respecto a 2017, según ha informado el delegado de Cultura, Francisco Alcaide.

También ha expuesto que durante el mes de diciembre han visitado Medina Azahara 29.876 personas, lo que supone un incremento del 50,88% con respecto al mismo mes de 2017, en el que fueron 19.801 personas. Durante todo 2018, las visitas registradas han sido 275.726, un incremento de 89.690 visitantes, mientras que en 2017 que se registró un total de 186.036.

Alcalde ha mostrado su "satisfacción" por estas cifras, "derivadas de la consecución del título de Patrimonio Mundial de la Unesco para Medina Azahara, fruto del apoyo recibido de todas las administraciones, entidades, instituciones y personas que se volcaron decididamente para en alcanzar esta meta".

Al respecto, el delegado ha defendido "el trabajo continuado para superar estas cifras, lo que redundará positivamente en el incremento y la excelencia del turismo cultural, factor económico de primera magnitud para Córdoba".

Historia y universalidad

El yacimiento corresponde a una ciudad de nueva fundación erigida a mediados del siglo X como sede del Califato de Córdoba por la dinastía Omeya de occidente bajo el mandato de Abderramán III. La ciudad fue destruida tras un corto periodo de vida, permaneciendo desde entonces expoliada e ignorada hasta su recuperación a principios del siglo XX.

El enclave histórico presenta el valor de constituir un conjunto urbano completo que incluye sus infraestructuras, edificios, decoración y objetos de uso cotidiano, lo que permite obtener un conocimiento exhaustivo de la cultura material de una civilización desaparecida en el momento de su máximo esplendor. Además, la excepcional preservación del entorno posibilita la recuperación de los valores paisajísticos que apoyaron la elección del lugar, así como las huellas de su impacto territorial.

La universalidad de valor cultural de Medina Azahara se ve acrecentada por su excepcionalidad al tratarse del único ejemplo conservado actualmente de una ciudad de esas características dentro del ámbito europeo, y aún de ese periodo histórico en el conjunto de la cultura islámica.

El proceso de recuperación a través de su excavación y protección se ha continuado a lo largo de un siglo, promovido por las instituciones públicas. La promoción oficial, primero estatal y luego autonómica, ha garantizado la propiedad del conjunto arqueológico, otorgando las máximas figuras de protección.

A su vez, ha impulsado la constitución de una institución específica para su gestión, el conjunto arqueológico, dotándolo de las instalaciones y personal adecuado y preparado para el trabajo de mantenimiento y difusión que requiere, uno de los motivos que han avalado su nombramiento.

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