Francisco bernal. CEO de SP Group

"El problema no es quitar los plásticos, sino saber qué hacemos luego con ellos"

  • La empresa cordobesa es una de las fabricantes de envasado de alimentos más importante de Europa

Francisco Bernal posa frente a un logo de la empresa SP Group.

Francisco Bernal posa frente a un logo de la empresa SP Group. / juan ayala

-¿cuál es la situación actual de SP Group?

-Cerramos el año 2017 con 134 millones de euros en ventas entre todas las plantas del grupo -tenemos dos en Córdoba, una en el norte de Francia y otra en Polonia-. Y este año esperamos superar los 140 millones. Ahora mismo somos algo más de 700 empleados. Estamos creciendo mucho. Lo que vendemos va principalmente para el sector de la alimentación y cuando hay crecimiento económico la gente come más. Ahora vamos saliendo de la crisis y estamos notando bastante un tirón de ventas.

-¿Se mantiene el origen familiar de la empresa?

-Queda todo. Mi abuelo, mi padre y mi tío crearon la empresa al mismo tiempo. Ahora mismo queda mi padre, jubilado y presidente del consejo, mi tío, en activo, que es director técnico, y yo llevo cuatro años en la gerencia administrativa. Ya están empezando a entrar el resto de primos. Mi hermano está aprendiendo las funciones de mi tío, también es ingeniero, tengo otros dos primos trabajando aquí y dos primas que están estudiando la carrera, que aún no tienen claro a qué se dedicarán.

-¿Cómo nace la idea de crear una empresa de este tipo?

-A finales de los años 70, mi abuelo tenía una imprenta que se dedicaba a hacer folletos. Cuando mi padre y mi tío acabaron los estudios vinieron a Córdoba y en el sótano del edificio donde vivían mis abuelos había una pequeña máquina de impresión y vieron que eso tenía más potencial que la imprenta. Ahí empezaron a desarrollarlo y arriesgarse mucho. Era un negocio nuevo. España no tenía nada de tecnología en aquellos momentos. Fueron modificando la máquina, haciéndola crecer, empezaron a vender bolsas para el pan, luego crecieron a los frutos secos y poco a poco fueron aumentado el negocio.

-¿Cuándo se decide internacionalizar la empresa?

-Fue en 2009. Antes de ese año, los comerciales que teníamos en Cataluña ya pasaban la frontera a Francia y había algunas ventas. Veíamos que en el mercado francés nos desenvolvíamos bien. Y fue en 2009 cuando la multinacional más grande del sector desapareció y vendió sus fábricas. Una de ellas estaba al norte de Francia y nos la ofrecieron. Geográficamente está en el centro de Europa, tenía una cartera de clientes muy importantes, de la talla de Nestlé, fue la decisión más arriesgada que hicimos hasta ese momento. Desde el norte de Francia seguimos a Bélgica, Reino Unido, Alemania... rompimos las barreras y los miedos.

-¿Qué cabida tiene la sostenibilidad, un tema en boga?

-Ahora es tarea obligatoria. Ya no sólo porque el público lo demanda, sino porque es verdad que el plástico no se gestiona todo lo bien que se debiera, aunque no estoy de acuerdo en que todo lo que se dice ahora sea real, hay mucho tremendismo en Twitter. El plástico hay que saber gestionarlo, primero, por el bien de la naturaleza, segundo, porque es un bien con valor, se puede reutilizar casi al 90%. Tenemos muchas políticas en este aspecto.

-¿Qué le parece que se venda fruta pelada, individualizada y envasada?

-Luchamos por la reducción del plástico y las necesidades del consumidor. Hay mucha gente que come fuera, en el metro, en el bus y no todo el mundo puede pelarse una manzana o una mandarina. El consumidor pide comida para comer directamente. Si le quitas la piel a una fruta se pudre en cinco minutos y estos envases ayudan a mantenerla. El problema no es quitar los plásticos, sino saber qué hacemos luego con ese plástico. Si hay contenedores dedicados al plásticos y un buen sistema de gestión es beneficioso para todo el mundo, ni contaminamos y podemos comer en el autobús.

-¿Cuántos clientes tienen en la actualidad?

-Tenemos más de 2.000 clientes activos.

-¿Alguno destacado?

-El 80% de nuestros clientes son de alimentación. Trabajamos con las mayores empresas, Campofrío, Nestlé, Lactalis, Elva (Arroz Brillante) o Casa Tarradellas.

-Ha señalado en más de una ocasión la importancia de la innovación.

-La sociedad cambia y cada vez tiene necesidades distintas. Es como los móviles, dentro de seis meses, los actuales ya serán antiguos, con los plásticos pasa lo mismo. Dedicamos mucho dinero a inventar cosas nuevas. Desde el plástico que se abre y cuando le pasas la mano se vuelve a quedar pegado, otro para la carne fresca que hace que no salga vaho y puedas ver bien el producto, unas lacas para pastillas de detergente que huele mal cuando abres la bolsa para que huela a pino o bolsas que se quedan de pie con braille.

-¿Cuáles son los proyectos futuros más importantes?

-El proyecto que tenemos a corto plazo es, la fábrica de Polonia, ponerla totalmente en funcionamiento y activar todo el mercado de Europa del Este. En Europa Occidental somos un grupo de bastante presencia y en Europa del Este, por la diferencia cultural y de precio, tuvimos que implantarnos y el proyecto es crecer allí.

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