Ópera pícara

Lazarillo | Crítica de teatro

Una escena de 'Lazarillo', en el Teatro Góngora.
Una escena de 'Lazarillo', en el Teatro Góngora. / Rafa Alcaide / Efe
Máximo Ortega Capitán

01 de diciembre 2024 - 12:16

La ficha

** Lazarillo. Producción: Teatro Xtremo y Euroescena. Intérpretes: Ruth González, Blanca Valido, Enrique Sánchez y Francisco J. Sánchez. Libreto: Martín Llade. Música: David del Puerto. Dirección de escena: Ricardo Campelo Paravides. Fecha: sábado, 30 de noviembre. Lugar: Teatro Góngora. 1/4 de entrada.

Tarde aciaga para la ópera la que vivimos el pasado sábado en el Teatro Góngora, con una pobre entrada que apenas cubrió la cuarta parte de su aforo para ver la versión escénica de Teatro Xtremo sobre El Lazarillo de Tormes.

Lázaro de Tormes es el personaje literario universal que personifica la picaresca del siglo XVI y que ha trascendido hasta nuestros días. Siendo apenas un niño y huérfano de padre, su madre lo entrega a un ciego para que sea su guía por los caminos donde vende todo tipo de remedios. A partir de ahí, sólo conocerá adversidades que por instinto de supervivencia agudizarán su ingenio con cada señor al que irá sirviendo. Así, hasta llegar a la adultez y encontrar un oficio honrado que le procura sustento, más sin esquivar del todo el infortunio al estar casado con una mujer que le es infiel.

Teatro Xtremo asume el reto de transformar la novela en libreto y llevarlo a escena con música e interpretación contemporánea. Música en vivo y vocalistas representan la historia en un espacio comprometido a los nuevos lenguajes, de estética rompedora y trasgresora donde conviven plasticidad y estridencia. La puesta en escena minimalista se apoya con trabajo de vídeo en vivo que ocupa todo el panorama como telón de fondo. Una propuesta rompedora que valoramos por el riesgo y atrevimiento de quienes la interpretan.

La incógnita fundamental que surge es si todo este planteamiento llega al público. A partir de esa cuestión, surgen muchas otras: si la intención del montaje es hacer una crítica a la picaresca ¿por qué se utiliza teatro contemporáneo sin versionar el texto clásico? Si usan teleprompter para seguir los innumerables recitativos ¿por qué impiden su lectura con interminables planos de cámara (que emborronan hasta la interpretación del elenco) y rematan elevando una mesa que oculta el texto por completo? Podrían formularse otras más, pero dejo una última: espectáculos de este tipo llevan realizándose desde mediados del siglo XX (si nos vamos al Cabaret Voltaire y el Dadaísmo, desde mucho antes) ¿Hasta cuándo una propuesta contemporánea continúa siendo contemporánea?

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