Una obra artesanal con solera

Las tiendas tradicionales, con historia y solera se hacen también presentes en Córdoba, aunque se encuentren en peligro de extinción, aún las podemos encontrar por algunos de los rincones de la ciudad. Es el caso de los típicos comercios de mimbre y madera que rodean la plaza de la Corredera, un espacio con una larga tradición en intercambios comerciales. Algunas de estas tiendas llevan más de dos generaciones ofreciendo productos artesanales y decorando la plaza con sus enormes cestos de colores.

A pesar de sufrir una época de crisis, son varios los comercios que logran sobrevivir, aunque eso sí, con mucho esfuerzo y trabajo. Las ventas de los productos han bajado desde hace unos años.

Manuel Torronteras es el encargado de unas de las tiendas de artesanía. El comercio extiende por la plaza alguno de sus productos más llamativos. "Este es un negocio que he heredado; mi padre lleva aquí en la plaza desde siempre, más de 35 años", afirmó Manuel. Aparte del mimbre, se venden productos realizados con otros materiales, materias primas que se llevan usando varias generaciones. "Vendemos artículos de mimbre, esparto, forja, muebles auxiliares como sillas o mesas, de todo un poco", comentó Manuel mostrando orgulloso algunas de sus obras. Los productos los realizan a mano y por encargo del cliente, salvo los que están expuestos.

En el otro extremo de la Corredera se encuentra el negocio de Manuela Palomo, conocida por todos los vecinos por llevar más de 40 años con la tienda, primero fue su abuelo, luego su padre y ahora es ella. Sus manos son señal del trabajo que lleva a sus espaldas, incontables cestos y bolsos labrados a mano. "A la tienda le ha perjudicado que quitaran el mercado que antes ponían en la plaza", afirmó Manuela. "Me gusta seguir la tradición de mi padre, que era espartero, no quiero que se pierda lo artesano". Desde su tienda, Manuela ha visto pasar a ilustres personajes como Ava Gardner o El Cordobés.

En cuanto a las ventas, los encargados de ambas tiendas coinciden en señalar que han bajado de forma notable. " Las ventas van mal por la crisis, la gente que no tiene trabajo, no puede comprar", señaló Manuel. "Aguantamos como podemos en estos tiempos difíciles en los que una mayor promoción de la plaza haría que las ventas fueran a mejor". En otras ocasiones, el turismo en agosto les ha salvado las ventas, pero no es el caso de este verano en el que tienen que luchar para sobrevivir.