Miguel Ángel Tamarit: "Córdoba tiene muchos empresarios comprometidos con el territorio"

Entrevista al nuevo presidente de Asfaco

El recién nombrado presidente de Asfaco reivindica la figura del empresariado y su implicación con la sociedad

Reclama que en las contrataciones de la Base Logística se tenga en cuenta el retorno local de las distintas propuestas

Miguel Ángel Tamarit, nuevo presidente de Asfaco

El primer gran contrato de la Base Logística de Córdoba ya tiene dueño

Miguel Ángel Tamarit, presidente de Asfaco.
Miguel Ángel Tamarit, presidente de Asfaco, posa para la entrevista en el hotel Eurostars Palace de Córdoba. / Juan Ayala

Nacido en una saga empresarial que se ha desarrollado en Córdoba, Miguel Ángel Tamarit ha crecido en el mundo de la empresa hasta llegar a ser vicepresidente de Pegasus Aero Group y responsable de la División de Negocio y Desarrollo Internacional en un momento clave. Pero como empresario inquieto, en paralelo ha ido creciendo en el ámbito asociativo y de representación empresarial y hace unas semanas daba un paso más en esta área al ser nombrado presidente de Asfaco, la patronal de las grandes empresas, que representa a más de 40 empresas con 4.000 millones de facturación.

Es el nuevo presidente de una de las grandes patronales de Córdoba. ¿Qué siente al representar empresas de tanto peso?

Se siente, sobre todo, muchísima responsabilidad y compromiso. Y también la necesidad de que seamos capaces de transmitir los mensajes y de trabajar en aquellas cuestiones que son importantes para nuestras empresas, para su sostenimiento y para su desarrollo futuro.

Llega ahora a la presidencia de la asociación, pero trabaja desde hace años en ella. ¿Qué nuevos proyectos tiene para esta etapa de Asfaco?

Hay tres cuestiones muy importantes. Uno de los proyectos es buscar la consolidación del nicho que tiene Asfaco. Me refiero a ser no solamente parte de las grandes empresas de Córdoba, sino también de otras empresas que ven que la convivencia entre empresarios les hace un gran aporte a su desarrollo profesional. Por otra parte, es muy importante trabajar la colaboración entre las empresas con el objetivo de que sumemos entre todos, de que podamos desarrollar proyectos conjuntos. Y hay una tercera cuestión: Asfaco creo que la definiría como una visión, pero sobre todo es una cultura, es una cultura asociativa empresarial, en la que unos pocos visionarios pensaron que había que crear un foro donde los empresarios tenían que hablar entre ellos para tener una sola voz junto con otras organizaciones empresariales. Creo que el primer objetivo es mantener esa filosofía y esa cultura que Asfaco ha tenido durante estos años. Y por supuesto, trabajar en que se reconozca al empresario como una parte importante de la sociedad civil.

"Tenemos una carga fiscal alta ahora mismo, de las más altas de Europa. Eso hay que revisarlo. Estamos en índices de recaudación muy elevados"

¿Cómo definiría ahora mismo la situación del tejido empresarial cordobés?

Es amplio, creo que los datos rondan en torno a 56.000 entidades mercantiles, incluidos autónomos. Pero tenemos que trabajar en dos cosas. La primera, la consolidación de aquellas empresas que son pequeñas, para que puedan pegar un salto a medianas, porque estamos en un mercado global y eso te lleva a tener que ganar tamaño para poder crecer en otros mercados. Y también tenemos que tratar de buscar empresas punteras en los sectores que son tractores para Córdoba, porque así se generará un valor añadido muchísimo más importante y con un efecto multiplicador mucho mayor.

En el acto de su nombramiento deseaba que este fuera un mandato con poca incertidumbre. El penúltimo presidente de Asfaco tuvo que enfrentar una crisis financiera, el último tuvo que afrontar una pandemia. Yo iría poniendo las barbas a remojar.

Algo nos va a tocar. Hay que estar en una posición de unión, en una posición lo más sólida posible y preparado para lo que venga, porque indudablemente los negocios empresariales son sostenibles no por sí mismos, sino si el mercado lo permite. Nos puede venir una situación complicada, porque seguimos con una situación de costes de financiación muy altos, yo diría que incluso históricos en los últimos años. Eso repercute directamente en una menor capacidad de inversión, menor capacidad de generar empleo y un menor rendimiento de las empresas. Estaremos preparados para lo que venga. Pero, cuando sucedan cosas de este tipo, tenemos que ser capaces de trasladar que la empresa es parte de la solución y tenemos que trabajar por sostenerla en el tiempo, y que eso es una responsabilidad de todos. Porque una empresa no la conforma el empresario solo, la conforman los profesionales y los empleados que apuestan por esa empresa. Por tanto, si la situación es compleja, hay que ser consecuente y no solamente ponerse en el lugar de los empleados, sino también en el de los empresarios, para que la empresa pueda seguir funcionando. Y eso, al fin y al cabo, es aplicar racionalidad y sentido común.

Miguel Ángel Tamarit, presidente de Asfaco.
Miguel Ángel Tamarit, presidente de Asfaco. / Juan Ayala

¿Los empresarios se han sentido abandonados durante la pandemia?

En alguna ocasión se ha reaccionado tarde. En otras, más o menos ha funcionado. En algunas circunstancias sí nos hemos sentido abandonados. Y luego también hay otra cuestión. Durante la pandemia evidentemente lo primero en ese momento era todo relacionado con la salud. Pero después de todo eso, con lo que ha venido, hay que volver a abrir líneas de crédito mucho más potentes, pero no sólo para dar créditos, sino para bonificar los costes financieros que estamos teniendo. Eso es algo que debe de ponerse en marcha de manera inmediata y no solamente por el ICO, sino también a través de la Junta de Andalucía, que tiene instrumentos para poder trabajar en la ayuda a las empresas en cuestiones que tienen que ver con bonificaciones de tipo de interés en este caso.

¿Considera que se ha denostado la figura del empresario en los últimos años?

Considero que no se le ha dado el sitio que merece. Y muchas veces se la ha visto como parte del problema para cumplir un objetivo, vamos a llamarle económico, de empleo o de producción. Yo creo que esa situación la hemos tenido y nos ha dejado en una posición bastante solitaria. Y hay otro componente. La figura del empresario pequeño está bien vista, pero cuando la empresa empieza a crecer ya se ve como una multinacional. Pero tenemos que buscar que los empresarios están no sólo comprometidos con su empresa, sino comprometidos con su territorio. Córdoba tiene muchos empresarios y el centro de decisiones de sus empresas están en Córdoba, su mayor afán es generar valor en el territorio. No pueden tacharlos de multinacionales.

¿Se están perdiendo posibles desarrollos empresariales por las carencias de financiación a las que aludía anteriormente?

Por ejemplo, las licitaciones de obras. Muchas de ellas están quedando desiertas fundamentalmente por el precio de las materias primas, que no se puede repercutir en una obra de gran ejecución. Cuando te metes en un proyecto empresarial hay tres factores que tienes que mirar: el riesgo, el tiempo y el retorno. Y la incertidumbre reduce la capacidad de inversión. Las inversiones de las empresas en el contexto actual están muy meditadas, los empresarios lo que no hacen ahora es asumir aventuras. Ahora mismo hay que trabajar para salvar los balances, para poder tener un proyecto del que tus empleados puedan seguir formando parte e ir trabajando para tiempos mejores. Que esperemos que lleguen en estos cuatro años, en algún momento.

"Las inversiones de las empresas en el contexto actual están muy meditadas, los empresarios lo que no hacen ahora asumir aventuras. Ahora mismo hay que trabajar para salvar los balances"

Hay un lamento, diría que ancestral, en el empresariado por la falta de agilidad de las administraciones. ¿Qué propone Asfaco al respecto?

Lo primero que tenemos que hablar es de simplificación administrativa, ver qué procesos son los que pueden ser evitados, y a partir de ahí darles muchísimo más agilidad. Ahí la digitalización tiene un camino fundamental, pero no podemos trabajar sobre el contexto del marco legislativo que tenemos ahora, porque tenemos tantas normas que hacen muy complicado el poder meterte en un proyecto. Y también está la responsabilidad del empresario, la famosa declaración responsable, que haya un marco normativo en el que la declaración responsable sea una parte de un proceso, lo que no significa que no haya controles.

Otra cuestión a la que aludía en su discurso era a la necesidad de reducir la presión fiscal. ¿En qué se concreta?

Hay dos maneras de hacerlo. Lo puedes hacer bajando tipos, que son costes ordinarios de una sociedad. Y la opción B es dar bonificaciones al mantenimiento del empleo, a la reinversión, al retorno de ciertos proyectos. Tenemos una carga fiscal alta ahora mismo, de las más altas de Europa. Eso hay que revisarlo; es verdad que en muchos impuestos ya se han tomado acciones para reducirlos, pero estamos en índices de recaudación muy altos. Y esos índices muy altos, evidentemente se deben a un sacrificio de todos, de todo el conjunto de la sociedad, pero también de los empresarios, repercutiendo en menos consumo para la sociedad en general y en menos inversión para los empresarios en particular.

¿Cómo está afectando esa situación al número de empresas que hay en Córdoba?

El 2022 fue uno de los años con mayor destrucción de empresas, agravado por la situación de la pandemia. Eso es un palo en el proyecto de una persona. Muchas veces lo que ocurre en esas circunstancias es incapacidad para hacer ciertas cosas, te vienen tantas cosas sobrevenidas que no sabes cómo atenderlas. Habría que tener en cuenta la situación y, por ejemplo, mantener la bonificación del gasóleo generalizada. Y luego, por otro lado, no solamente bonificaciones a seis meses de la cuota social. Si se crea empleo en las situaciones actuales debemos ir a un escenario de un 50% de coste suprimido durante 12 meses, como hubo hace muchos años. Tenemos que permitir que la empresa no esté en una asfixia permanente para poder acometer su día a día y sus proyectos.

La derogación de la reforma laboral se ha convertido en uno de los debates de la contienda electoral. ¿Estaría de acuerdo?

Habría que trabajar con los sindicatos para que tenga una situación gradual en cuanto al comportamiento de la economía. Me explico. No se trata de trabajar en la derogación ahora mismo porque no vas a volver atrás, esos son derechos adquiridos, pero otra cosa es que no estemos todos los años en un incremento del 6 o 7%. En ahí dónde hay que trabajar. Los empresarios y los sindicatos deben trabajar para establecer calendarios de crecimiento de acuerdo a la realidad de cada sector, de cada economía y cada mercado. Yo creo que eso es más inteligente a la hora de negociar que trabajar en algo que ya está en pleno funcionamiento y no hay que dar marcha atrás.

Miguel Ángel Tamarit, presidente de Asfaco.
Miguel Ángel Tamarit, presidente de Asfaco. / Juan Ayala

Lamentan ustedes la falta de mano de obra cualificada. ¿Cómo se solventa?

Hay que determinar qué perfiles son los que se necesita la empresa para trabajar después en un marco formativo, en el que la empresa forme parte del diseño de ese programa y en el que, sobre todo, los alumnos vean que existe una certeza real de que haya un empleo.

¿Un modelo como la FP dual?

Un modelo como el de la FP dual, en el que las prácticas de empresas sean como en otros países del entorno de la Unión Europea, donde desarrollas un aprendizaje potente, donde te implicas en proyectos con gente junior y con gente senior, donde tienes aportes, desarrollo profesional e incentivos.

¿Se está haciendo lo necesario para obtener el máximo aprovechamiento de ese gran proyecto que es la Base Logística?

Es una tremenda oportunidad para Córdoba, para sus empresas y la transformación de la economía. Eso sin duda. El reto está en ser parte de manera activa en un grado mayor o en un grado menor. Y ahí hay dos patas que unir. La primera es que se necesita tamaño, posición y consolidación y cuando eso no sucede lo normal es tener alianzas empresariales para acometer los proyectos y me consta que en eso se está trabajando. Por otra parte, las licitaciones tienen que tener en cuenta también el retorno local que puede existir tras un proyecto. No solamente hay que mirar indicadores económicos o de precio, sino también hay qué generación de empleo local o valor añadido local tienen las propuestas.

Las organizaciones empresariales han evolucionado mucho en los últimos años. ¿Hacia dónde van y hacia dónde tienen que ir?

Las asociaciones empresariales tienen primero que ampliar su catálogo de servicios, trabajar y colaborar en la formación de sus directivos en los perfiles adecuados, recuperar esa imagen de las empresas y de los empresarios, que muestren que los empresarios somos actores comprometidos y que queremos hacer grandes cosas, como se ha demostrado con los años. Y también tienen que trabajar como antes y ser parte de los grandes proyectos que se pongan en marcha en una ciudad o en un territorio.

¿Córdoba tiene tradición de asociacionismo empresarial?

¿Existe la vocación asociativa de las empresas cordobesa? Sí existe. Sobre todo porque entienden que es el mecanismo que tienen para ser representados y defender sus intereses.

Sé que acaba de llegar, pero el anterior presidente de Asfaco ha salido de la asociación para ocupar un puesto de responsabilidad pública. ¿Se ve dentro de unos años en la misma tesitura?

La decisión de Jesús fue valiente. Soy un convencido de que los gestores privados también pueden jugar un gran papel en la gestión de lo público. Mi proyecto ahora es la gestión y defensa de las empresas, donde hay mucha labor. Es donde estoy con muchas ganas e ilusión, y con un gran respaldo. Muy agradecido. Por supuesto desde dónde estamos, Asfaco y las confederaciones también podemos contribuir a que existan políticas públicas razonables.

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