Memoria Histórica

“Hemos vivido con la esperanza de que llegara este momento”

  • Familiares de víctimas de la represión franquista relatan la historia de sus seres queridos y esperan hallar sus cuerpos para darles un entierro digno

“Hemos vivido con la esperanza de que llegara este momento”.

Con rabia, con pena y con esperanza. Así han agarrado algunos familiares de víctimas franquistas las herramientas que sirven ya para abrir algunas de las fosas del Cementerio de la Salud donde, si todo sale bien, podrán exhumarse los cuerpos y darles un entierro digno. Hasta 4.000 personas se calcula que fueron víctimas de la represión franquista en la provincia de Córdoba.

El Cementerio de la Salud es sólo uno más de esos lugares de la memoria donde, gracias a la Ley de Memoria Histórica de Andalucía, ya se han iniciado unos trabajos que arrancan con catas previas a posibles exhumaciones.

El inicio de esas labores viene sólo un día después de la materialización de un convulso cambio en el gobierno de Andalucía que podría dejar sin efectividad la citada ley. Sin embargo, los familiares de esas víctimas, que llevan más de 80 años esperando este momento, no parecen tener palabras de rabia para esta situación, tan solo esperanza.

Antonio Cabello es una de esas personas. Su padre fue teniente alcalde de Aguilar de la Frontera y trabajó en la Diputación de Córdoba. Cuando tenía unos 36 años, "lo cogieron por ser socialista" y lo fusilaron. Antonio tiene 86 años, y además de a sus padres, también ha perdido a dos de sus tres hermanos. "El día de hoy es un día grande", reconoce este cordobés que, tras el asesinato de su padre, se fue a vivir con sus abuelos. "No lo hemos pasado malamente, había otros que lo pasaron peor", reconoce y recuerda cómo su madre insistía siempre en que ni él ni sus hermanos se metieran en política. "Hemos vivido con la esperanza de que llegara este momento", insiste y recomienda a aquellos que quieren eliminar estas políticas que "se pongan en mi lugar".

Francisco Sánchez también perdió a su padre y a cuatro de sus tíos y aún continúa en la búsqueda de sus restos. Nadie de su familia se dedicaba a la política, "no se metían con nadie". "Para mí este día es grande por ver lo que vamos a ver, pero el sufrimiento es más grande todavía", se lamenta Francisco quien recuerda que se quedó sin padre y sin madre a los tres años.

El presidente de la asociación Dejadnos llorar, Antonio Deza, también perdió a su padre por la represión franquista. "Es un momento que no tengo palabras para describir, un momento sublime, un sueño de muchísimos años", apunta Deza, quien también recuerda la dura infancia que tuvieron "los que nacimos en el 36". "Un estado moderno, del siglo XXI, no puede permitirse tener tantos miles de personas en fosas comunes y en cunetas", critica, y añade que "quienes presumen de concordia" no pueden "dejar olvidadas a miles de personas. La concordia la marca la ley y hay que cerrar una página tan trágica".

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