La joyería como una opción de futuro

Un taller del Consorcio Escuela d eJoyería da la oportunidad a 15 discapacitados de iniciarse en el diseño y elaboración de joyas y poder abrirse un hueco en el mercado laboral

Dos de los alumnos colocan sobre una mesa algunas de sus creaciones.
Dos de los alumnos colocan sobre una mesa algunas de sus creaciones.

Cada mañana, desde hace mes y medio, quince usuarios de la Asociación de Allegados y personas con Enfermedad Mental (Asaenec) suben al autobús que les lleva hasta las instalaciones del Consorcio Escuela de Joyería, situadas en el Parque Joyero. Una vez allí, se colocan su bata blanca y entran en el aula para comenzar a diseñar sus propias creaciones de joyas.

En sus miradas se refleja la ilusión y las ganas por aprender un oficio que les abra camino en el cada vez más complicado mercado laboral. Esta oportunidad es posible gracias al proyecto Joya Solidaria, puesto en marcha por el Consorcio de Joyería, con el apoyo de la Asociación de Joyeros y de colectivos como Asaenec. Su presidenta, María Victoria Díaz, asegura que esta experiencia piloto supone el "punto de partida" para abrir oportunidades reales de trabajo a personas sobre las que, debido a su discapacidad, la "crisis recae aún con más virulencia". "Este taller es un motivo de ilusión para los usuarios de nuestra asociación, ya que ven cómo son capaces de hacer con sus propias manos auténticas joyas", asegura.

El taller se puso en marcha el pasado 11 de marzo y concluirá el próximo lunes con la entrega de unos diplomas en la Subdelegación del Gobierno a todos los alumnos. Desde un primer momento todos los participantes han ejecutado, desarrollado y puesto en práctica los conocimientos y destrezas que han ido adquiriendo en el aula. Las materias primas empleadas para el diseño de las joyas las han cedido las empresas del sector joyero a través de la Gaveta solidaria que se dispuso en el hall de entrada del edificio de servicios generales del Parque Joyero. Numerosas firmas depositaron parte de su stock residual de materiales no preciosos, con el que los alumnos han realizado sus creaciones, como collares, pendientes o pulseras. Ayer José Molina retocaba los últimos detalles de la que será la última joya que realice en el taller. "Yo hace muchos años me dediqué a la joyería, aunque lo dejé por otro oficio, el de conductor. Por eso, que ahora me den esta oportunidad para retomar lo que fueron mis raíces, es todo un motivo de alegría", dice sin dejar de mirar sus joyas. Gracias a su experiencia, José ha conseguido destacar entre el grupo, pero para él lo más importante es haber compartido con sus compañeros una oportunidad única. "Estoy muy contento de haber aprovechado el tiempo. Espero que a partir de ahora sean muchas más las personas que puedan formar parte de este proyecto solidario".

Unas bancas más atrás Jesús García coloca con paciencia una anilla para elaborar una pulsera. "Es complicado, pero con empeño todo se consigue", asegura mientras va dándole forma a su creación. Sobre el mostrador están colocadas todas las joyas que ha ido haciendo en este último mes, la más impactante un collar hecho con material gemológico. "Éste es muy bonito. Cuando termine el curso quiero regalárselo a mi madre o a mi hermana", dice con una gran sonrisa en la cara. Pero, lo que más le alegra es saber que gracias a todo el esfuerzo y dedicación se pueden abrir nuevas oportunidades para su futuro laboral.

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