Herminio Trigo, exalcalde de Córdoba: "Hoy en día no me metería en política ni de broma"

Literatura

Trigo presenta en la Feria del Libro 'Hicimos Córdoba', una recopilación de artículos de opinión y escritos

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Herminio Trigo, durante la presentación de su obra en la Feria del Libro. / Luis Navarro

El exalcalde de Córdoba Herminio Trigo (Córdoba, 1943) ha presentado en la Feria del Libro Hicimos Córdoba (Utopía Libros), un compendio de artículos publicados en prensa entre los años 2003 y 2025 en los que trata temas como la inmatriculación de la Mezquita-Catedral, el cambio de propiedad de Cajasur, las actuaciones de las fuerzas políticas, la situación económica, la justicia, la vivienda, la memoria democrática y el genocidio de Palestina. Además, en estos escritos expone sus inquietudes y discrepancias con algunas decisiones tomadas por las autoridades del momento durante su etapa en el Ayuntamiento. Trigo fue teniente de alcalde entre 1979 y 1986 y alcalde de 1986 a 1995.

Pregunta.¿Qué va a encontrar el lector en este libro?

Respuesta.Es una selección de lo que he publicado en prensa, en radio y en mi blog personal. He tenido que dejar fuera mucho de lo que he escrito. Eso quizá sea lo más duro de publicar un libro como este, que hay que dejar fuera a algunos, y como todos son hijos tuyos...

P.¿Nunca se ha cortado a la hora de escribir sobre algunos temas o se ponía límites?

R.Yo con límites no sé trabajar ni pensar. Me permito la total libertad de expresar lo que pienso sobre un tema, siempre, sin cortapisas. ¿Esto qué efectos produce? El más importante para mí es la sinceridad. Lo que vuelco en el libro es la sinceridad de lo que pienso sobre los temas que trato. Por ejemplo, no me he cortado con el tema de la Mezquita-Catedral o de Cajasur, que podían despertar ampollas en una parte de la sociedad. Incluso algunas veces he sido bastante atrevido o claro en mis artículos de opinión.

P.¿Se ha ganado enemistades por sus escritos?

R.Que yo sepa, no. Las únicas discusiones que he tenido han sido en las tertulias en televisión que tenía y tengo con representantes de la derecha, con los que las discrepancias son evidentes. Como está la situación tan mediatizada y polarizada los choques son... Muchas veces he planteado los temas para buscar un punto de encuentro y entendimiento, pero no había forma.

P.¿Es peor la política de hoy en día que la de su época?

R.No tiene nada que ver. Yo soy un hijo de la Transición. Entonces había altura política, había una consideración sobre los objetivos que había que cumplir y se buscaba consenso. La democracia es diálogo y consenso, sino no es democracia. El objetivo era buscar el bienestar de la población porque eso es lo que tiene la política. La política no es insultarse ni discutir. El único objetivo que debe tener es buscar soluciones para los problemas ciudadanos. La única diferencia es que uno los encuentra en un campo y otro, en otros campos. Esa práctica la puse también en el Ayuntamiento: dialogar con todo el mundo. El problema era que todos no querían dialogar, pero conseguí muchos consensos para poder tirar para adelante.

P.Tal y como está hoy el panorama, ¿usted se metería en política?

R.Hoy en día, ni de broma. Hoy para meterse en política, para hacer política, hay que tener la singularidad de saber insultar, mentir... Yo eso no lo he hecho nunca ni sé cómo se hace. Siempre he ido por derecho y por diálogo. Tal y como se practica la política ahora, yo soy absolutamente un marginado, no tendría nada que hacer porque siempre he buscado el entendimiento, el diálogo. Creo que esa era la misión que tenía.

P.Antes los enfrentamientos en política se hacían de otra manera...

R.Eran discrepancias. Cuando un partido exponía su punto de vista y defendía una postura, el otro defendía la suya, intentaba desacreditar lo del adversario y convencer de la suya, pero no se insultaba ni se mentía. Se resaltaban las virtudes y los beneficios de cada propuesta, cada uno defendía su campo sin mentir ni crispar, sin despertar ese odio que vemos en las confrontaciones políticas de ahora. No entiendo esta forma de hacer política, de esto que llaman política, con insultos permanentes y mentiras. También hay otra diferencia importante: los medios de comunicación no estaban tan posicionados en una postura o en otra. Eran más objetivos en plantear lo que decían unos y otros. Siempre ha existido una tendencia, pero no con el descaro que se hace hoy. Han cambiado mucho las cosas.

P.¿Siente nostalgia, le da pena que la política haya acabado de esta manera?

R.Sí. Siento que he fracasado porque he luchado mucho por una idea, he luchado mucho por la ciudad intentado hacer las cosas lo mejor que se podía hacer buscando consensos. Eso ahora no existe. Siento mucha pena cuando miro para atrás, veo cómo se hizo aquello y veo que eso no se podría hacer ahora.

P.¿Cree que el ciudadano está hastiado del debate tan bronco que vemos en los medios de comunicación?

R.Por supuesto. Los métodos que se practican ahora cansan al personal. Primero, obligan a posicionarse, no dejan al ciudadano un espacio donde poder decidir, sino que "o estás conmigo o estás contra mí". En mis tiempos, en la política se llegaba al razonamiento argumental. Ahora se tocan sentimientos y el sentimiento no razona: se admite lo que digan los tuyos y se rechaza lo que digan los demás. Eso no lo entiendo y el ciudadano tampoco. Me manifiestan muchos ciudadanos que están hartos. A los que están posicionados en un lado o en otro les va bien, aunque no puedes hablar con ellos porque en seguida se posicionan con radicalidad y no se paran a razonar o argumentar. También entre la población el diálogo se ha hecho muy difícil.

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