La fórmula magistral del Jardín Botánico para acabar con los mosquitos en Córdoba

Medio Ambiente

Un proyecto desarrollado en Las Moreras soluciona la presencia masiva de este insecto en el estanque del Centro de Servicios Sociales Comunitarios Noroeste

Una de las investigadoras del proyecto.
Una de las investigadoras del proyecto. / El Día

Un proyecto piloto desarrollado por dos investigadoras del Instituto Municipal de Gestión Medioambiental Jardín Botánico de Córdoba (Imgema) ha conseguido solucionar la presencia masiva de mosquitos en el estanque del Centro de Servicios Sociales Municipales Comunitarios Noreste, en el barrio de Las Moreras.

Este proyecto, vinculado a la iniciativa Del Cloro a la Biodiversidad, surgió hace cinco meses a instancia de la dirección de este centro que se puso en contacto con el Imgema, que con el apoyo del Área de Infraestructuras, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento, comenzó la naturalización de este estanque que, hasta esa fecha, era un importante foco de mosquitos con los consiguientes problemas y molestias para los usuarios y trabajadores del centro.

Tras la identificación por el experto entomólogo Rafael Obregón de la especie de mosquito existente en este estanque (determinada como Culiseta longiareolata), se puso en marcha un proyecto piloto consistente en naturalizar este estanque. Para ello, se sustituyó la forma tradicional de gestionar estos espacios, basado en cloraciones del agua y vaciado posterior para su limpieza, por un manejo mucho más sostenible eliminando e introduciendo, entre otras acciones, plantas acuáticas autóctonas.

De esta manera se transforman infraestructuras grises inertes por puntos verdes de elevada biodiversidad que consiguen un equilibrio entre las especies de flora y fauna que coexisten en estas fuentes

evitando la eutrofización del agua e impulsando el desarrollo de predadores de larvas de mosquito (libélulas, caballitos de diablo, barqueros, caracolas de estanque y anfibios). Además, la plantación de algas del género Chara, conocidas como ovas, ayuda a combatir la presencia de mosquitos por su efecto larvicida.

El resultado de este proyecto piloto arroja unos datos muy prometedores: en apenas cinco meses la erradicación de los mosquitos en este estanque es una realidad y se ha dotado a la zona de un punto de biodiversidad que, además, aporta un beneficio ambiental a la ciudad.

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