Un estudio revela que la calima que pasó por Córdoba en 2022 portaba material radiactivo

Medio ambiente

Una investigación de las universidades de Oviedo y París-Saclay detecta radiactividad en los restos, pero en una cantidad tan baja que no supuso "ningún riesgo para la salud humana"

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Panorámica de Córdoba con la Mezquita-Catedral de fondo, desde el mirador de Osario Romano.
Panorámica de Córdoba con la Mezquita-Catedral de fondo, desde el mirador de Osario Romano. / Miguel Ángel Salas

Córdoba/En marzo de 2022, el fenómeno meteorológico con presencia en la atmósfera de partículas muy pequeñas de polvo, cenizas, arcilla o arena en suspensión llamado calima tiñó de ocre gran parte del continente Europeo. España fue de los países que se vieron más afectados, sobre todo en la zona sur por su cercanía al Sáhara, de donde provenía dicha tormenta de arena. Durante varios días, el paisaje de toda Córdoba se volvió marrón y el mobiliario se llenó de polvo, dejando una imagen curiosa de los diferentes paisajes cordobeses con un aspecto apocalíptico.

Casi tres años después de aquellos días en los que la calima pasó por Córdoba, una investigación liderada por las universidades de Oviedo y París-Saclay ha confirmado que aquellas tormentas de polvo sahariano que pasaron por el sur de España -incluyendo Córdoba- originarias del sur de Argelia portaban radiactividad. Eso sí, el estudio ha revelado que los niveles de sustancias radiactivas que transportaba no conllevaron riesgos para la salud humana, pues su contenido era muy bajo.

Según el estudio, la investigación obtuvo unos niveles medios de cesio radiactivo en esas muestras de 14 Bq/kilogramo, cuando los niveles autorizados en productos alimenticios se sitúan en 1000 Bq/kilogramo y en 400 Bq/kilogramo en el caso de productos de alimentación infantil. Realizando cálculos de la cantidad de cesio radiactivo suspendido en aire durante estos fenómenos de calima, el estudio estimó que en marzo de 2022 estos niveles fueron mil millones de veces inferiores a los autorizados por la Unión Europea.

Los investigadores de este estudio analizaron la composición mineralógica y geoquímica de todas las muestras, además de un análisis detallado de la concentración de 31 elementos químicos y de isótopos de plomo en una selección de localidades. Estos análisis, junto al estudio de fotografías satélite tomadas durante marzo de 2022 y de los datos existentes de estaciones de medición de calidad de aire en Europa, se utilizaron para identificar con precisión el origen de este episodio de calima. La abundancia del mineral arcilloso palygorskita, junto al análisis de las proporciones de isótopos de plomo y de tierras raras, mostró un patrón característico de sedimentos localizados en el sur de Argelia, lo que también corroboraron las imágenes de satélite.

La investigación, encabezada por Germán Orizaola, profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo, y Olivier Evrard, de la Universidad París-Saclay, acaba de ser publicada en la revista Science Advances de la Academia Americana para el Avance de las Ciencias. El investigador destaca que "estos fenómenos de calima son muy llamativos y suelen generar cierta alarma social por la cantidad de material radiactivo que pueden contener, y porque uno de los principales lugares de origen coincide con la zona en la que Francia realizó pruebas de 17 bombas nucleares hace unos 60 años".

Puente Romano durante los días de calima.
Puente Romano durante los días de calima. / Miguel Ángel Salas

Francia llevó a cabo en el desierto argelino un total de 17 ensayos nucleares, cuatro atmosféricos entre 1960 y 1961, y 13 subterráneos entre 1961 y 1966. Una preocupación frecuente cuando se producen fenómenos de calimas saharianas es la probabilidad de que estos episodios transporten a Europa material procedente de esas pruebas nucleares disperso en el desierto argelino. Sin embargo, el estudio ha determinado que el material radiactivo transportado no estaba relacionado con las pruebas de bombas nucleares francesas en el desierto argelino: "Este trabajo representa el primer análisis sólido que descarta que con las calimas llegue material radiactivo asociado a las pruebas nucleares realizadas en el Sáhara", ha afirmado Germán Orizaola.

"Nuestro trabajo demuestra que el material radiactivo transportado en este episodio de calima no representó ningún riesgo para la salud humana", ha añadido este investigador sobre este trabajo internacional, fruto de la colaboración ciudadana, el cual descarta que ese material radiactivo proviniera de las pruebas nucleares realizadas por Francia en el Sáhara en los años 1960 y apunta su origen en los ensayos nucleares realizados por la Unión Soviética y Estados Unidos durante décadas.

Participación ciudadana

Este estudio se organizó alrededor de una llamada a través de redes sociales para fomentar la colaboración ciudadana en la recogida de muestras a lo largo de diversos países europeos. La recogida de muestras, coordinada por Ana Elisa Valdés, investigadora del IMIB-Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo-CSIC-Principado de Asturias), obtuvo un total de 110 muestras de polvo sahariano recogidas por 69 colaboradores provenientes fundamentalmente de España (80 muestras), Francia (14) y Austria (12).

Este muestreo realizado sin planificación previa, a lo largo de miles de kilómetros y en un intervalo temporal de escasos días, habría sido imposible de realizar sin la colaboración de la población, como ha destacado el propio estudio. La gran participación ciudadana en este proyecto, junto a la interacción entre diversas instituciones públicas internacionales, y el uso de datos generados y mantenidos por agencias climáticas y medioambientales proporciona lecciones muy útiles acerca del interés social en la ciencia y el valor de mantener estructuras científicas públicas.

Un empleado de Sadeco limpia el polvo de la calima.
Un empleado de Sadeco limpia el polvo de la calima. / Miguel Ángel Salas
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