"El espíritu elitista que se atribuye al Círculo está lejos de la realidad"
GEOGRAFÍA HUMANA
Federico Roca de Torres, Presidente del Círculo de la Amistad, anuncia una apertura a las instituciones culturales · Uno de los retos de la nueva junta directiva es incrementar el número de socios, dando un papel activo a la juventud
Las recientes elecciones a la presidencia del Círculo de la Amistad trasladaron al resto de la sociedad el debate generado entre las dos candidaturas que optaban al cargo. El abogado Federico Roca, el triunfador de los comicios, tiene ya en marcha la maquinaria para transformar esta centenaria institución en una herramienta moderna al servicio de la sociedad.
–¿Esperaba que la campaña electoral tuviera en la ciudad la repercusión que ha tenido?
–No podía sospechar esa reacción tan positiva por parte de la masa social del círculo y también de la ciudad. Es señal de que el Círculo es un organismo vivo, estaba deseando de que un proyecto le ilusionara. Eso es reflejo de la gran cantidad de votantes que para uno u otro candidato acudieron a las elecciones. Esto refleja que los socios, y Córdoba en general, deseaban un cambio de mentalidad, de talante, de gestión.
–¿Qué análisis hizo usted para decidir presentarse a las elecciones?
–El análisis de ilusión por el cambio. En nuestra candidatura teníamos el emblema de tradición y cambio, de respetar todo lo que tenga el Círculo de bagaje cultural e histórico, mantener aquellos servicios que funcionen bien, pero cambiar y adaptarlo a las necesidades del siglo XXI que, como demanda la sociedad, no se estaban reflejando en la gestión anterior.
–Es ésta una institución fundada a mediados del siglo XIX con unas pretensiones sociales y culturales, pero la imagen que tiene en la actualidad es un magnífico edificio para la celebración de actos sociales. No sé si coincide con este análisis.
–Sí. Quizá el estereotipo que tiene el ciudadano de Córdoba es similar a lo que comenta, pero la realidad es bien distinta. Este espíritu elitista que se puede atribuir al Círculo está también lejos de la realidad. En definitiva, la masa social que compone el Círculo no es muy diferente a la de otros clubes de la ciudad. Es verdad que por esa carga histórica, y porque no ha habido una democratización profunda de su régimen interno y que durante mucho tiempo se ha olvidado el espíritu liberal que propiciaron los socios fundadores ha provocado que el cordobés pueda considerar en algún momento que el Círculo está ajeno a los propios devenires históricos de la ciudad. Creemos que esa opinión va a ser modificada con una gestión joven, de cambio y de apertura cultural y humanista en su más amplio sentido. Queremos incorporar a las asociaciones culturales de la ciudad con una programación constante y racional de actividades, con la presencia del Círculo en la ciudad y con acciones que no tienen porqué desarrollarse aquí, porque se puede llegar a acuerdos con administraciones, entidades bancarias o asociaciones para desarrollar actividades fuera del recinto. También una participación profunda y comprometidamente activa con la candidatura a la Capitalidad Cultural de 2016.
–¿Cómo se puede materializar en el siglo XXI la recuperación de ese espíritu liberal de los fundadores?
–Con el diálogo, con la ilusión y con la participación de todos los socios. Nosotros queremos ilusionar, ser el motor de la ilusión, porque una serie de personas no modifican el talante de una institución, sino que queremos crear el tejido para que se insten las iniciativas particulares de los socios. Ésta es una casa de acogida cultural para todos. Después queremos dialogar con los socios, para los servicios y para la organización de la casa, incluido el aspecto cultural, donde queremos que ellos tengan una actitud decisiva. Tenemos una masa social de nivel cultural elevado que está desaprovechada. Por último, tenemos que decidir sobre las iniciativas en función de nuestras posibilidades económicas y de espacio. Otra parte muy importante es la obligación que tenemos de ejecutar todo lo que sea en beneficio del Círculo y de Córdoba.
–¿Cómo va a acometer la reforma de los estatutos?
–En la modificación de estatutos se hará la incorporación de la mujer, porque vivimos en la contradicción de que el cónyuge, sea del sexo que sea, no tiene la condición de socio, ni tampoco las viudas. También queremos atraer a todos los socios, sean de la edad que sean, porque no hay que tener una actitud paternalista con los jóvenes, con los que hay que programar su estancia en el Círculo. Queremos que ésta sea nuestra segunda cada y que haya convivencia entre todos con diversidad, porque de la diversidad se desarrolla la democracia y el éxito de cualquier empresa humana.
–Aparte de estas líneas de trabajo, está también la resolución de las instalaciones deportivas.
–Es algo que tenemos que acometer de forma inmediata. Esto está en una situación de stand by, que hay que desarrollar con actuaciones simultáneas: seguridad jurídica de permanencia en las instalaciones de Turruñuelos a través de un convenio con la Gerencia de Urbanismo para que en ese tiempo, mientras se ejecutan las nuevas, podamos permanecer allí. A la vez, las instalaciones nuevas se puedan planificar y ejecutar en el más leve plazo posible. Es decir, un matrimonio de circunstancias para que no haya ningún desfase. A pesar de todos los inconvenientes tenemos que mejorar las instalaciones con actuaciones que puedan ser desmontables para que el socio tenga el servicio correspondiente de forma digna. Además, hay que acometer inmediatamente el desarrollo del deporte federado. El Círculo vivió una época dorada de actividades deportivas a un gran nivel, de donde salieron deportistas muy cualificados a nivel nacional y tenemos que volver a alcanzar ese nivel. Necesitaremos el apoyo de las instituciones y de la masa social con su colaboración, comprensión y participación.
–¿Es suficiente el actual número de socios?
–Nuestro proyecto es recuperar en estos cuatro años a los socios que están dados de baja y hacer otros nuevos. Para ello habrá que reducir la cuota, algo que propondremos a la asamblea, porque hay gente que está deseando incorporarse. La idea es alcanzar en este mandato los 2.000 socios de cuota íntegra.
–Otro proyecto de su candidatura es el de abrir el edificio de Alfonso XIII a las visitas como Bien de Interés Cultural.
–Vamos a iniciar el expediente administrativo para que se consiga la declaración BIC, que era un proyecto de la otra candidatura y que consideramos acertado. Al igual que la catalogación de las obras pictóricas, pero como nuestro programa era genérico y no entraba en demasiados detalles, así lo vamos a hacer. También esta la catalogación de la biblioteca y una mejora sustancial de la restauración tanto para los socios como para los actos que se celebren. Queremos también solicitar autorización administrativa para celebrar bodas civiles y dar así un servicio integral.
–¿Cómo puede ser acogida esta medida?
–Con el mismo aire de apertura y de democratización que creemos impera en la casa. El Círculo tendrá que adaptar su espíritu liberal a las circunstancias históricas de cada momento. Tenemos los brazos abiertos a Córdoba y vamos a llegar a un acuerdo con el Consorcio de Turismo para que el Círculo sea visitable, para que esté dentro del circuito turístico.
–Los activos de la institución son diversos: el inmueble, el bagaje histórico, la masa de socios, el patrimonio artístico, las instalaciones deportivas. ¿Cómo se conjuga todo esto?
–Hay que hacerlo mirando al presente para el futuro. El presente nos está gritando a todos porque tenemos un compromiso histórico con los socios que se fueron y con los que vendrán, que tendrán que recoger el testigo de un Círculo adaptado a las necesidades del siglo XXI: saneado, democrático, con un nivel cultural mayor, con una apertura y una integración en la ciudad.
–¿Qué va a ser lo primero en que se va a notar este cambio de rumbo?
–Ya se han practicado medidas y ya se ha ordenado la modificación de los estatutos para regular el proceso electoral. La apuesta por Córdoba 2016, programación de las actividades culturales, integración de las asociaciones dentro del Círculo que no tengan aparato administrativo o espacio. Además tenemos la idea de hacer un gimnasio, crear un aula flamenca, otra de música, potenciar el club de esgrima, taller de manualidades para los socios más mayores; en definitiva, el enriquecimiento de la institución. Estaremos abiertos a lo que no se nos ocurra, porque esto ha cambiado. Ha habido una época anterior donde las juntas han tenido que tomar unas medidas económicas, de saneamiento, de obras. Independientemente, de que nosotros sigamos con esa política, hay un punto de inflexión donde la sociedad cordobesa demanda un cambio que ha llegado y queremos liderarlo. El ser socio del Círculo debe ser una seña de identidad, no elitista, sino por estar vinculado al humanismo y a la cultura en su más amplia extensión. También estará el apoyo a los más necesitados. El Círculo no puede estar ajeno a estos para lo que dedicaremos esfuerzos y concienciaremos al socio para que participe.
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