Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Toros
Como siempre, impresionante la Real Maestranza de Sevilla. Un marco con el que todos los que comienzan a vestir el chispeante sueñan en hacer el paseíllo. Loable el interés de la empresa Pagés por promocionar a todos los que quieren ser toreros en este Ciclo de Promoción de Jóvenes Valores. Seguramente no todos lleguen, pues ser figura del toreo es un milagro, pero al menos el día de mañana podrán presumir de haber pisado el amarillo albero maestrante y haber cumplido así su sueño de una noche de verano. Todos mostraron sus condiciones, sus avales, con mas o menos fortuna, pero siempre con la ilusión y las ganas por delante.
Abrió plaza Daniel Artazos, que se mostró voluntarioso con el percal. Correcto con la pañosa, hilvanó un trasteo desigual, destacando algún natural de calidad. Labor correcta muy por debajo del novillo que le correspondió en suerte.
El cordobés Manuel Quintana estuvo listo. Airoso a la verónica y con una cabeza despejada que le llevó a entender un novillo muy desigual en sus embestidas. Acertó en distancia y terrenos, cuajando un trasteo interesante, con sabor, buen gusto y con algún pasaje de calidad, como un cambio de mano de cartel. Un pinchazo, previo a una estocada, le privó de tocar pelo, ya que la presidencia se puso muy estricta y no atendió una petición mayoritaria.
Javier Torres, Bombita, es un chico simpático, que conecta fácilmente con el tendido. Cumplió, quiso y estuvo variado. En su debe, la falta de ajuste y una colocación ventajista. Jugaba en casa y se notó, pues se aplaudió con ganas todo lo que hizo. Mató rápido y cortó una oreja pedida por un público muy a favor del torero paisano.
Miguel Vázquez se mostró poco placeado y con poco oficio. Su haber, las ganas. Pero le vino largo un novillo complicado y muy irregular en sus embestidas. No estuvo certero con los aceros y su labor fue silenciada.
A David Gutiérrez le tocó lidiar al peor novillo de la suelta. Complicado, colándose y viniéndose siempre cruzado por el pitón derecho. El pacense estuvo muy firme, cumplidor y valiente. Cuajó un trasteo que, junto al de Quintana, fue lo más firme de la noche. Cuajó buenos naturales y se impuso finalmente con la derecha. Fue volteado y, por prolongar innecesariamente la agonía de su oponente, todo se enfrió y el premio quedó en una vuelta al ruedo.
Cerró plaza el galo Clovis. Un torero eléctrico, bullidor y con buenas facultades físicas, que demostró en el segundo tercio. Con la muleta se mostró variado, aunque acelerado en sus formas. El estoque le privó tal vez de cortar algún trofeo.
Noche entretenida que hizo que el público pasara, gracias a la agradable temperatura, una buena velada, donde Quintana y David Gutiérrez hicieron lo de más fundamento.
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