Las familias de Encinares de Alcolea tendrán tres meses para regularizar la instalación eléctrica y evitar el apagón

Barrios

Arrancan las obras provisionales para eliminar la peligrosidad de la acometida

El grito de auxilio de los vecinos de Encinares de Alcolea: "Estamos abandonados"

Transformador eléctrico de Encinares de Alcolea.
Transformador eléctrico de Encinares de Alcolea. / Cristina del Moral

Córdoba/Las familias de Encinares de Alcolea han logrado una moratoria de tres meses para regularizar la instalación eléctrica en el barrio y evitar así el apagón en las viviendas. El portavoz de los vecinos, Rafael Salinas, ha informado a El Día de Córdoba de que las obras provisionales para eliminar la peligrosidad de la acometida arrancaron hace unos días, y acto seguido lo hará la intervención definitiva. De esta manera, confían en que en el periodo estipulado pueda solucionarse el problema del cableado, que llevó a la Consejería de Industria a dictar una orden de desconexión que estuvo a punto de materializarse el pasado 15 de mayo.

Desde entonces, los vecinos se han turnado día y noche para evitar que los operarios enviados por Endesa procedieran a cortar la luz. En paralelo, la entidad de conservación ha llevado a cabo una serie de negociaciones con las administraciones y la compañía eléctrica. El resultado de esta fuerte oposición ha sido una moratoria de tres meses para regularizar la situación. Salinas ha explicado que ha sido un acuerdo "verbal", sin documentos escritos, pero que confían en la voluntad de todas las partes para que las viviendas no se queden sin luz.

Las casas afectadas por esta situación se encuentran en tres calles (Chaparrera, Quejigo y Fresno), en las que residen unas 70 familias, con menores de edad, personas mayores y dependientes. La urbanización de Encinares de Alcolea ha vivido numerosas vicisitudes desde que empezó a ejecutarse a finales del siglo XX. Se construyeron tres fases, la última de las cuales, la ahora afectada, sufrió el estallido de la burbuja inmobiliaria, con cambio de promotora incluido y viviendas que quedaron sin comercializar, propiedad de los bancos y expuestas a los okupas en los primeros momentos. Con el paso de los años, el vecindario se llenó de vida y todas las casas se vendieron, aunque el suministro eléctrico siguió siendo provisional, con los cables apenas protegidos por tubos corrugados al pie de las fachadas.

16 años viviendo en un bucle

Desde el principio, los afectados han achacado esta situación a la falta de entendimiento entre la compañía e Industria, que "llevan años sin ponerse de acuerdo" sobre la situación de la instalación eléctrica en el vecindario.

Cable corrugado a la entrada de las casas de Encinares de Alcolea.
Cable corrugado a la entrada de las casas de Encinares de Alcolea. / El Día

Hace 16 años, cuando la obra se fue a recepcionar, Endesa alertó de que la red no cumplía la normativa y obligó a hacer una obra en la que los propietarios gastaron en torno a 150.000 euros. Los residentes hicieron el pago pero, según explica Salinas, "cuando se entregaron los papeles, fue una sorpresa porque nos dimos cuenta un poco de que había cambiado otra vez la normativa y todo lo que se había metido no servía otra vez". Es decir, la normativa había cambiado y la obra no se ajustaba a los requisitos de seguridad, de manera que desde entonces la electricidad llega a las viviendas con una instalación provisional, con el cable corrugado, ya desgastado, al pie de las fachadas.

Las viviendas, así, nunca lograron la licencia de primera ocupación: "Pagamos una casa que costó en su día 270.000 euros y hemos estado viviendo sin esa licencia, por lo que la luz y el agua es más cara; muchos bancos no te daban la hipoteca que querías, tenías que acogerte al banco que te diera la hipoteca". Y el tiempo pasó hasta que en mayo, para sorpresa de los vecinos, llegó una orden de desconexión que ha quedado postergada durante tres meses mientras se ejecutan las obras. "De todas formas, no hemos bajado la guardia", advierten los afectados.

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