"El deporte me ha servido para todo: para ser normal y para creérmelo"
alfonso otero. federación andaluza de deportes para personas con discapacidad física
Lleva en la presidencia de la organización de deportistas discapacitados físicos andaluces desde 1992 y, a pesar de todo lo logrado, relata todo lo que todavía queda por conseguir



Alfonso Otero, presidente de la Federación Andaluza de Deportes para Personas con Discapacidad Física, va camino de las obras de la piscina cubierta del Figueroa. "¿Cuándo vamos a poder bañarnos, Alfonso?", le pregunta una vecina. "Cuando vea que la piscina está abierta no me lo voy a creer", relata él. El proyecto es su máxima preocupación en estos momentos; impulsado por la propia federación a finales de los años 90, parece que verá la luz este mismo septiembre. Un sueño que el cordobés espera ver cumplido cuanto antes. Cuando habla de todos los años que lleva en la federación se le vienen en numerosas ocasiones a la boca las palabras "igualdad" y "necesidades".
-¿Cúando empezó la aventura de la federación?
-En el 88, el Gobierno central transfiere la materia de deporte a las comunidades autónomas y entonces los distintos grupos provinciales nos pusimos en contacto con la Junta. Yo era presidente en Córdoba y nos reunimos aquí, de donde salió el equipo para constituir la federación. Tuvimos reuniones en todas las provincias y en el 89 se hacen las primeras elecciones, en la que sale presidente el responsable en Sevilla. En el año 92 ya fue cuando yo entré de presidente. Es decir, que la inquietud nació en Córdoba.
-¿Y qué tal el trabajo?
-Alucinante. Es un trabajo que se hace con agrado y vocación, porque si no, es difícil. Nos recompensa y los logros que hemos conseguido nos dan toda la satisfacción. En Andalucía se daban los Premios Andalucía del Deporte, de discapacitados no había nada y conseguimos que se crearan. El Instituto Andaluz del Deporte no hablaba de nada relacionado con los discapacitados y nosotros fuimos los que introdujimos cursos y seminarios. Después se crea la asociación Andalucía Olímpica y recuerdo que cuando se presentó en Córdoba yo fui y levanté la mano para preguntar por qué se discriminaba a los deportistas paralímpicos. Allí cogieron el guante y nos dijeron: "Para el lunes quiero un proyecto". También conseguimos las becas para el deporte con planes como el Estrella o Salto; nosotros tampoco estábamos considerados ahí y lo reivindicamos. Así nos fuimos situando poco a poco y saliendo de la beneficencia pura y dura para reivindicar únicamente el derecho al deporte. Rompimos una barrera muy importante, no la de las administraciones, sino la de los familiares que tenían discapacitados.
-¿Por qué de las familias?
-Hace 20 años sería imposible que estas familias estuvieran reivindicando una actividad deportiva para sus hijos. Hemos conseguido que el deporte entre en la familia con normalidad como lo que es, salud. Y ya no hablamos de competir, sino de que aquellas personas con cualquier tipo de discapacidad si quieren hacerlo, lo hagan. El parapléjico que está todo el día en la cama o en la silla de ruedas es un vegetal, cuando se le ofrece un programa de natación y se mete en el agua… eso es una sensación que se convierte en derecho y que al fin y al cabo es deporte. Es tarea y obligación de todos facilitarle eso.
-¿Por qué cree que los deportistas discapacitados no tienen tanta visibilidad?
-Esto funciona así. La misma prensa deportiva a la hora de tratar el fútbol no lo hace igual que el baloncesto o el tenis, y punto. Y si los deportes minoritarios lo tienen complicado, imagina nosotros, que no vendemos nada. Por muy grande que sea un campeonato, por muy buenos deportistas que tengamos, no llenamos nada, no generamos recursos propios. Ya conseguimos algo importante y es que los empresarios que te ayudaran en competiciones tuvieran favores en los impuestos. Pero si no sale en ningún lado... las empresas van a lo que genera dinero. Estamos huérfanos porque hay una barrera que no se acaba de eliminar. Pero si la gente se pusiera a ver unos juegos paralímpicos con, por ejemplo, los nadadores amputados con los tiempos que hacen, los saltadores de altura… son atletas. Le dedican el mismo tiempo de trabajo que le dedican los olímpicos. Si a la gente se le ofrece, lo ve seguro.
-¿Y qué tal se portan las administraciones?
-Existe un problema y es que a la hora de hacer el reparto nunca se preocupan de ver cuáles son nuestras necesidades especiales. Eso es lo que queremos, que se atiendan nuestras necesidades, no que se nos dé más o menos. En el llamado café para todos lo que recibimos es simbólico. Desde 2008 la financiación de la Junta se ha reducido casi en un 80%. Están desapareciendo equipos de baloncesto en silla de ruedas porque mantenerlo es muy caro, las sillas, el desplazarse para jugar… La ayuda es mínima y algunos de los planes que se hacían antes también se han mermado. Al deporte se le ha recortado mucho, pero es cierto que hay federaciones que viven bien como la de caza o la de fútbol, porque generan los recursos que nosotros no generamos. Somos muy dependientes y ahora estamos atravesando una mala racha. En Córdoba había 15 monitores en los programas de Lepanto para atender a cerca de 400 personas y ahora hay tres. Las subvenciones que te daban para ello las han quitado. Así no se puede atender a nadie.
-¿Han ido a las administraciones para exigir más ayudas?
-Claro. Para Lepanto, por ejemplo. Un club que no sea de discapacitados necesita un monitor para dirigir dos calles con 30 niños desde arriba; en nuestro caso, hay que meterse en el agua, tiene otro coste. Ya nos reunimos con el exconcejal de Deportes, Miguel Reina, para decirle que no podíamos pagar la piscina y que por favor buscara un tipo de subvención. Nos dijo que se iba arreglar, luego vinieron las elecciones y a empezar a otra vez. Probablemente se nos eche de la piscina de Lepanto porque no podemos pagar. Pero tenemos una cosa muy clara: damos un servicio por delegación de la administración que tendría que dar el Ayuntamiento. No podemos pagar. Es verdad que hacen una rebaja en el precio público pero un niño con 6 o 7 años necesita a una persona que entre con él, un monitor que hay que pagar. Eso no lo puede pagar una familia con dos hijos, uno de ellos discapacitado que necesita mucho más. Ahí debería entrar la sensibilidad de los que gestionan lo público, empezar sabiendo la necesidad.
-¿Y cuál es exactamente la necesidad que hay en Córdoba?
-Pues, por ejemplo, podrían ser muchos más usuarios. En Lepanto son algo más de 380, pero la demanda es mayor. Allí sólo tenemos unas horas. Y hablo de Lepanto porque es natación y es el deporte, tanto para competir como por salud, más completo que hay. Después, si una persona quiere hacer cualquier otro deporte y tiene algún tipo de discapacidad tiene que venir aquí. Tenemos todas las modalidades deportivas paralímpicas y nuestra obligación es organizar nuestros campeonatos. Nosotros somos federación polideportiva, aglutinamos todos los deportes, pero estamos trabajando para que los clubes también sean polideportivos.
-Entonces, da la sensación de que la realidad es que se hace poco desde las administraciones.
-Yo prefiero hablar sin acritud. Llevo haciendo deporte desde que tenía 14 años, balonmano y luego bádminton. Hace seis años, antes de que me diera un infarto, quedé en Tailandia segundo del mundo. Hay que tener conciencia. Sé que los políticos tienen montones de papeles en sus despachos, pero el tema del deporte para nuestro colectivo tienen que mirarlo. Y que intenten enterarse de cuál es la necesidad, porque si no, no ayudan. Sólo con que ayuden en natación ya vale, porque es un deporte barato. A un niño no discapacitado, sus padres le regalan para Reyes un chándal y unas zapatillas y se va a Don Bosco a echar un partido. Nosotros no somos así. No queremos ayudas por cumplir, queremos que se enteren de cuáles son nuestras necesidades.
-¿Y qué tal los deportistas discapacitados cordobeses?
-Tenemos preseleccionados para los Juegos Paralímpicos. Hay por ejemplo una mujer que trabaja en Hacienda y lleva una carrera de natación tremenda. Hemos quedado campeones varias veces de España en natación paralímpica. En los juegos de escolares, también. Hay un chaval que se llama Guillermo que despunta en bádmiton, Vicente Henares. Y hay una cantera tremenda de chavales que tienen un futuro tremendo. Además, a este deporte le ha ayudado mucho el poder acceder a las becas. Hay un muchacho que lleva tres paralimpiadas y con la beca que le da el Consejo General de Deportes a él y a su entrenadora van bien, es un logro. Él viene todos los días desde Andújar aquí y va a la cuarta paralimpiada ya.
-Quizá Alfonso Cabello, ciclista de La Rambla, es una de las caras más visibles de todo esto...
-Sin duda. Él empezó aquí con 7 años y lo que hoy es Alfonso se lo debe a sus padres. Venían de La Rambla tres veces a la semana a Vistalegre, y en el camino recogían a otros tantos. Yo me reuní con los ayuntamientos y le saqué que el departamento de Asuntos Sociales le ayudara con el desplazamiento. Después empezó con el ciclismo y se hizo un equipo andaluz y ahí está. Paralímpico con el récord del mundo en las últimas preolimpiadas. Eso sí, aquí sí que hay una cosa que me da coraje y es que ahora le dan el premio en la gala del deporte de Andalucía pero cuando estaba abajo no le ayudaron. Se entra en la vulgaridad política de fijarse en el elemento cuando ya se ha hecho público y es un figura. Pero no se pregunta a los que están formándose desde abajo, desde chiquitos… Habría más figuras todavía.
-Y el deseo que tiene Alfonso Cabello de saltar de las paraolimpiadas a las olimpiadas, ¿será posible?
-Me gustaría, porque la discapacidad que tiene Alfonso no le limita. Él se ve con fuerza porque al tener prótesis avanzadas es prácticamente igual que el resto. Sería un logro de lo que no hay en los escritos.
-¿Se estrechan las diferencias entre los Juegos Olímpicos y los Paralímpicos?
-Poco. Las diferencias siguen existiendo. Sólo hay que ver los patrocinadores y las fuentes de ingresos que tienen… Es harina de otro costal.
-¿No sería mejor informar a los niños de los deportistas de los que usted me habla en lugar de tanto Messi y tanto Ronaldo?
-Igual que se venden para los niños los grandes futbolistas, que a la vez también salgan este tipo de deportistas discapacitados. Nosotros, cuando estamos en plenitud con el entrenamiento, le damos un mensaje a la sociedad muy importante: imposible no hay nada.
-¿Qué supone para una persona con discapacidad el deporte?
-Te lo digo en primera persona. El deporte me ha servido para todo: para ser normal, para creérmelo. Cuando empecé con 14 años jugando a balonmano, no había ni deporte para discapacitados y decían "mira el cojo jugando a balonmano". La persona a través del deporte adquiere la normalidad, la interacción. Y nosotros siempre tenemos aún más afán de superación. Adquirir la normalidad es un reto y eso se obtiene a través del deporte.
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