Una crecida histórica de agua y barro

Tras las intensas lluvias, el caudal del río Guadalquivir ofrece una imagen que cautiva y sorprende a la ciudad

Una crecida histórica de agua y barro
Una crecida histórica de agua y barro

El agua corre velozmente estos días por el Guadalquivir. Se supone que es agua porque a simple vista, el río parece un barrizal con vida propia. La crecida del cauce y las intensas precipitaciones caídas durante el último mes han hecho que el Guadalquivir pase por Córdoba con cierta bravura estos días. Esta situación ha provocado que muchos cordobeses visiten la zona de la Ribera de manera obligada para dar fe de que el caudal del Guadalquivir fluye velozmente y que ofrece otra cara de la que acostumbra a dar.

Sin duda, contemplar el paso del río desde el Puente Romano es una ocupación que han tenido muchos estos días. Desde turistas, hasta los propios cordobeses que no quieren perderse esta vista, calificada por algunos como "histórica". Sin embargo, pocos aciertan a dar una fecha concreta de cuándo fue la última vez que el Guadalquivir pasó tan crecido por Córdoba. Juan Pedro Cano no salía ayer de su asombro al ver el río con ese aspecto. Aseguró que "el Guadalquivir suena mucho estos días, sólo hay que escucharlo". Cano acude desde hace varios días a ver el río porque "es asombrososo". A sus 56 años, ayer también acudió al Puente Romano para comprobar el estado del cauce. "Sinceramente, ahora mismo no recuerdo cuándo fue la última vez que pasó así el río, creo que hace 13 ó 14 años hubo una crecida parecida", confesó, al tiempo que lamentó ver "el barro que arrastra". Esto, explicó, "se debe a que el agua lleva muchos sedimentos".

Desde cualquiera de los tres puentes sobre los que el Guadalquivir pasa, la imagen impresiona y es capturada por las cámaras fotográficas de los curiosos. Paula y su marido Alejandro tampoco faltaron ayer a esta particular cita. "Venimos todos los domingos a dar un paseo a media mañana por la Ribera y hoy -por ayer- hemos tardado más de la cuenta porque nos hemos detenido a ver el Guadalquivir", relató Paula. Vestida con prendas deportivas y tras unas gafas de sol negras, destacó la crecida del río. A sus 43 años, esta cordobesa aseguró que "nunca antes lo he visto así".

Y es que sólo en diciembre, Córdoba ha recibido 341,9 litros de agua, según los datos del observatorio meteorológico del aeropuerto y, según la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, el pasado viernes el caudal del río era de 1.200 metros cúbicos por segundo, una cifra que no se registraba desde 1997.

Los turistas también han sucumbido al cauce del río y ayer un nutrido grupo miraba perplejo la bajada del Guadalquivir cerca de la Torre de la Calahorra, donde también muchos cordobeses se hacían fotos para dejar constancia de este hecho; una zona que, además, están enfangada. Entre ellos, Marta Suárez y su novio, Juan Castillo, ambos de Madrid. Además de visitar la Mezquita-Catedral y la Judería, los jóvenes se detuvieron en el Puente Romano, desde el que aseguraron que "nos ha sorprendido que el río vaya así; no lo esperábamos".

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