Los cordobeses son los andaluces más longevos con una media de 79,4 años

Si se quiere llegar a viejo, gastar bastón y ver cómo crecen los nietos no es una mala decisión instalarse en la provincia de Córdoba. Al menos, eso es lo que se desprende de los últimos datos del Movimiento Natural de la Población de Andalucía, que ayer hizo públicos el Instituto de Estadística de la Junta (IEA). El informe precisa en ese sentido que las cordobesas viven actualmente una media de 83,52 años, mientras que los hombres viven 77. O sea, que tanto en un caso como en el otro se trata de las cifras más altas de toda la comunidad autónoma andaluza y situadas por encima de la media de la región, que se queda en 76,4 en el caso de los hombres y en 82,5 en el de las mujeres. Las estadísticas muestran en definitiva que los cordobeses cada vez cuidan más de su salud y una evidencia inequívoca de ello es que la media de vida se ha elevado desde la Transición hasta nuestros días en más de diez años en el caso de las féminas y en casi seis en el caso de los varones.

Este notorio avance tiene también su lectura negativa, pues significa que la sociedad cordobesa está ahora más envejecida, aunque los datos del IEA también revelan una tendencia muy positiva en ese sentido: que las cordobesas tienen ahora una media de 1,46 hijos a lo largo de su vida según el Indicador Coyuntural de Fecundidad. Esta cota supone una subida de seis décimas respecto a hace dos años y de más de diez si se compara con la que se daba entre 1991 y 2004, etapa en la que se vivió un preocupante declive demográfico. Pese a esta mejora, lo que no cambia es el hecho de que las mujeres tienen su primer hijo con una media de más de 30 años, algo que viene sucediendo de forma continuada desde que comenzó el siglo XX, ni que, pese a los avances, todavía está Córdoba lejos de la media andaluza, que ya es de 1,51 hijos con mujer con casos como el de Almería en el que se llega a 1,64.

La suma de todos estos factores, a la que hay que añadir la llegada de inmigrantes en la última década, ha dado lugar a que la provincia haya superado los 788.000 habitantes, aunque este dato también tiene su envés negativo: que Córdoba ha perdido peso demográfico en el conjunto andaluz. Y es que los cordobeses suponen ahora sólo el 9,88% de la población andaluza cuando en el año 2000 suponían el 10,48% y en 1900, en los albores del siglo XX, un 12,54. Esto significa en suma que Córdoba ha crecido en habitantes durante las últimas décadas de manera incesante, pero lo ha hecho y lo sigue haciendo de forma más lenta que otras zonas más dinámicas socialmente.

Esta crecida ralentizada se observa también en el caso del balance migratorio, que resulta de restar el número de los emigrantes al de los inmigrantes. En el caso de Córdoba, este cálculo arrojó en 2006, último año estudiado, un registro positivo de 2.009 personas, que se queda muy lejos del de provincias como Málaga o Almería. Este dato confirma una tendencia que ya se observaba en años anteriores: que el número de inmigrantes crece, pero que el de cordobeses que se marchan fuera también, ya que se van 5,3 de cada mil a otras zonas andaluzas, 6,7 al resto de España y 0,5 al extranjero. Y es que la promesa de llegar a una sosegada ancianidad en el lugar donde se nació no parece suficiente contraprestación para tantos jóvenes que encuentran fuera de Córdoba mejores oportunidades.