Adiós definitivo a las cabinas de teléfono en Córdoba: el Ayuntamiento retirará medio centenar

Los quioscos sin uso -o uso ilegal- y las cabinas de teléfono que siguen estando repartidas por las calles de Córdoba pasarán pronto a ser historia de la ciudad. El Ayuntamiento ha aprobado este lunes en junta de gobierno local el expediente de contratación de las obras para retirar un total de siete quioscos y de 50 cabinas telefónicas que ya no se utilizan, así como la restauración posterior del pavimento una vez se retiren dichos enseres de la vía pública.

El delegado de Infraestructuras en el Ayuntamiento de Córdoba, Miguel Ruiz Madruga, ha explicado que los siete quioscos que se van a retirar no están siendo explotados económicamente y que corresponden a actividades de prensa y principalmente de venta de chucherías y bebidas. Además, ha señalado que en las inmediaciones de uno de esos quioscos se estaba llevando a cabo una actividad ilegal de venta de droga, concretamente en el ubicado en el distrito Levante. Los propios vecinos han denunciado la situación en varias ocasiones, por lo que el Consistorio prevé acabar con el problema definitivo retirando la estructura.

Tanto los quioscos en desuso como las cabinas telefónicas "afean la estética urbana de la ciudad y dificultan el tránsito de las personas por zonas de influencia", ha recalcado Ruiz Madruga, justificando esta medida que tiene un presupuesto de 64.000 euros y un plazo de ejecución de dos meses. Los elementos a retirar verán repuesta la pavimentación sobre la que se apoyan con la misma disposición existente en la vía pública sobre la que se ubican.

También es objeto de este proyecto la renovación de la pavimentación de otras cabinas telefónicas retiradas en el año 2022 que no cumplieron esta premisa en ese momento, y que en ciertos casos están suponiendo un riesgo para la seguridad de la movilidad urbana. En situación similar se encuentran las 26 cabinas telefónicas que aún quedan instaladas por toda la ciudad, en tipologías diversas, y que no fueron retiradas por sus titulares, por diferentes motivos, cuando acometieron estas tareas en años precedentes.

Todos estos elementos, además de afectar a la estética urbana y a la seguridad y accesibilidad de los ciudadanos, presentan un estado de abandono que puede incluso originar diversas afecciones peligrosas para la salud al ser propicias para la presencia de roedores o insectos.