La lucha contra las catástrofes naturales en Córdoba: recuperar el sector primario y desalojar el territorio inundable para evitar desastres

Las cifras hablan por sí solas: casi 400.000 hectáreas de terreno forestal se han quemado en España este 2025 a causa de incendios forestales, el peor registro de la historia reciente del país. Esta alarmante situación la venían avisando los especialistas "desde hace tiempo". Y es que los incendios comenzaron a comportarse de forma más virulenta hace unos 15 años. Y la causa no es otra que el calentamiento global, el cual "induce un estrés hídrico en la vegetación que la deja mucho más disponible al incendio", es decir, "arde mucho mejor".

Así lo ha explicado este lunes en la sesión pública sobre Córdoba frente al cambio climático y las catástrofes celebrada por la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba el director técnico del Centro Operativo Regional Infoca de Lucha contra Incendios Forestales, César Vicente Fernández, quien ha señalado que "todo ese calentamiento supone, aparte de mayores temperaturas diurnas, mayores temperaturas nocturnas, menor cantidad de agua en la vegetación y, por lo tanto, mayor virulencia del incendio". Y si al calentamiento global se le suma la despoblación, el problema es aún mayor.

"Los incendios que vivimos hoy se empezaron a gestar desde hace 70 años cuando la España rural se vació. Más de seis millones de personas salieron al interior urbano y esto ha hecho que todas las actividades primarias de agricultura y gestión forestal se perdieran y que la biomasa siguiera creciendo. Esto es un tema sociológico y ahora hay un nuevo invitado que es un clima dopado, mucho más fuerte, con más fuerza y que nos amplía las ventanas meteorológicas en tiempo como en virulencia. Es decir, más probabilidad de incendio durante más tiempo, en más territorio y con más intensidad", ha alertado Vicente Fernández sobre este proceso "que va a continuar por los gases de efecto invernadero".

El remedio para superar esta situación es una adaptación "a la mayor velocidad posible, no solo con los dispositivos de extinción, sino con prevención y preparación". Una de esas medidas que los expertos del Infoca proponen pasa por "recuperar actividades primarias", pues "un mundo rural habitado es un mundo rural seguro siempre que tenga alguna actividad que la haga rentable". En la Sierra de Córdoba, por ejemplo, Vicente Fernández aboga por fomentar la actividad cinegética además de la forestal y del aprovechamiento de biomasa, ya que "en extensivo es una garantía para que los territorios se autocuiden".

Parte de esa responsabilidad está en las administraciones, que deben "orientar los esfuerzos financieros locales, regionales y estatales -también los que vienen de la UE- para generar actividades primarias que disminuyan el riesgo de incendio". En definitiva, las administraciones deben "dar facilidades a las personas que se quieran instalar con su ganadería en extensivo, con sus aprovechamientos terrestres o con su gestión de biomasa para generar electricidad".

La ciudadanía también tiene su responsabilidad. Aquellos que viven en zonas de interfaz urbano-forestal tienen "herramientas que les da la normativa para autoprotegerse, que son documentos que señalan qué medidas de protección tienen que tener las personas que viven en esas zonas de riesgo". Preparan, previenen y les señalan lo que deben de hacer en cada caso. El propio Ayuntamiento de Córdoba junto a Infoca lleva 15 años "impulsando esa cultura de la autoprotección en todas las urbanizaciones, asociaciones y parcelaciones que hay en la Sierra", ha destacado Vicente Fernández.

Desalojar zonas inundables

¿Está Córdoba preparada para las catástrofes que pueden venir con el cambio climático? Como ha explicado en esta conferencia celebrada en la biblioteca Viva de al-Andalus el jefe de Coordinación en Córdoba de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Pedro Escribano, "cada vez son más intensas". El cambio climático "es una realidad científica" y "las dudas solo están en si el hombre influye mucho en que se esté produciendo o no", pero la realidad es que cada vez "existe una mayor ocupación del espacio" cuando "la reducción del territorio ocupado sería un arma importante para evitar los efectos de muchas de estas catástrofes que han existido y que seguirán existiendo".

Tanto las labores de "prevención y planificación" del ministerio para la Transición Ecológica como el trabajo del Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables de informar a los ciudadanos "de cómo está su casa, su parcela o su terreno" es fundamental ante los riesgos de inundación. Sin embargo, esto "no evita la inundación, solo avisa", y como ha indicado Escribano, "lo que se evitaría con la ordenación del territorio es que no haya ni pérdidas de vida humana ni daños materiales".

"Antes nos dedicábamos a hacer obra dura para evitar la inundación, pero esa línea ahora solo se aplica en casos extremos. Por ejemplo, tenemos un proyecto en Córdoba que es el de arroyos de la sierra que sí sería una obra dura, pero por algo excepcional: la zona de los arroyos que pasaban por Córdoba está ocupada por la ciudad y no tiene arreglo. Ahora la línea del ministerio es evitar que esa ocupación se produzca y si se ha producido, intentar desalojarla en la medida de lo posible", ha recalcado el responsable de la Confederación, quien ha lamentado que en la urbe, al ser imposible desalojar, "lo que se ha proyectado es desviarlo a otros arroyos antes de que entre en el casco urbano" en caso de inundación "gorda".