El cambio integral de una zona sensible
Reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, las obras de la Junta han cambiado de forma relevante la fisonomía de la parte central de la Ribera. La torre de la Calahorra fue limpiada, restaurada y se mejoró su entorno inmediato creando una zona de estancia. El Puente Romano, varias veces derruido desde su creación, fue consolidado en la estructura y sometido a un proceso de limpieza (el exterior era mortero) y reurbanización. En el solar del centro de visitantes había un aparcamiento mientras que la Puerta del Puente se ha convertido en una suerte de mirador a la zona de la Albolafia. Por último, a la Ronda de Isasa se le ha eliminado su función de carretera nacional, tal y como quedó a mediados del siglo pasado, para convertirse en una zona de paseo. Ha sido una obra larga, no exenta de polémicas y donde se han desarrollado multitud de iniciativas paralelas. El pintor Luis Gordillo cubrió el Puente Romano con sus telas y se creó un gran mirador para seguir las obras.
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