La Junta pone punto y seguido a la transformación de la Ribera
El alcalde llama a que se produzca un consenso para que se le dé continuidad a la restauración ambiental del cauce y de las zonas por recuperar de ambas orillas.
Las autoridades civiles y militares inauguraron la reforma de la Ronda de Isasa (la parte central del Paseo de la Ribera), que lleva siendo disfrutada meses por la ciudadanía como lugar de paseo. Y el acto tuvo lugar, en el Centro de Recepción de Visitantes, ubicado junto a la Mezquita-Catedral, que tal y como quedó inaugurado y se marcharon los políticos quedó cerrado a cal y canto, a modo celtíbero, porque no ha habido dinero público para dotar de muebles y personal el amurallado edificio firmado por Juan Cuenca. La incógnita ahora es si esto es un punto y final o un punto y seguido.
Punto y final, seguro, a una década de larga de planeamiento teniendo en cuenta que todo empezó cuando José Mellado le rechazó el dinero autonómico para financiar el puente de Miraflores (acabó haciéndolo Prasa por medio de un convenio urbanístico) y que el arquitecto Juan Cuenca ganó el concurso de ideas en un ya lejano 2001, con el jurado reunido en los bajos de la plaza de la Corredera. Punto y seguido, dijo el alcalde, José Antonio Nieto (PP), porque la tarea de la reversión secular de la ciudad de separarse de un cauce que ha sido más amenaza que otra cosa tiene todavía hitos pendientes empezando por la intervención ambiental urgente que las administraciones buscan cómo financiar.
El presidente de la Junta, José Antonio Griñán (PSOE), declaró abierta una obra, dijo, que es de interés local pero, además, de relevancia andaluza y europea y que consiste, dijo la consejera de Fomento, Elena Cortés, en hacer la ciudad un poco más humana, más amable. Griñán y Nieto recordaron lo que la Ribera fue, hasta los años 90, el trazado de la carretera nacional, una "aberración urbanística", dijo el presidente del Gobierno andaluz, que ahora no sería posible ante el interés de los ciudadanos en las cosas que ocurren.
El presidente de la Junta aseguró que el proceso de regeneración de la Ribera, de ambas orillas, está siendo un proceso gradual que convierte zonas degradadas, como el "erial" de Miraflores, en lugares que aportan a la vida de la ciudad y suponen una fuente de usos económicos. El Gobierno autonómico tiene previsto, en su estrategias de pactos por Andalucía, uno por la protección de la cultura. El PP está inmerso en la negociación de esos consensos en una serie de reuniones que, de momento, no se han roto. Griñán anunció la puesta en marcha del concurso de gestión del C4, el acabado centro de creación contemporánea, que, aseguró, se convertirá en un taller de innovación y vanguardia para proporcionar herramientas a la economía de la comunidad.
El alcalde aprovechó el acto para dar un pildorazo político a la Junta de Andalucía cuyo presidente, como es conocido, nunca ha dado respuesta a la multitud de cartas reclamándole una reunión. Nieto activó el modo consenso para asegurar que el desarrollo de las actuaciones en esta parte de la ciudad son de tal envergadura que ninguna institución sería capaz de hacerlo por su cuenta. El regidor tendió la mano para llegar a un acuerdo que permita desarrollar las iniciativas que "los ciudadanos nos demandan". Lo fundamental, dijo Nieto, es que las instituciones se pongan de acuerdo en los objetivos porque, en lo demás, los procedimientos para llevarlo a cabo, el acuerdo es a su juicio siempre posible.
Fue una inauguración de guante blanco. No hubo ningún tipo más alusiones que las veladas a las posiciones adoptadas por unos y por otros en el pasado. Ni las críticas que se han escuchado al resultado estético del proyecto -que en su día secundó el Partido Popular- ni las demandas de una mayor peatonalización de la Ribera, prohibiendo el paso del transporte público, que en los últimos tiempos se demandaban desde algunos sectores de la izquierda. El alcalde felicitó efusivamente al arquitecto responsable de todo el proyecto y ni el presidente de la Junta ni la consejera de Fomento se metieron en camisa de once varas sobre la repercusión del final de la obra a pesar del debate de las últimas semanas donde los portavoces provinciales de la Junta indicaron que ese era el problema para que no se produjese a la apertura de la Ribera, dos obras en las que se han gastado, dijo Griñán, más de 17 millones de euros.
El Centro de Visitantes, se ha dicho, quedó cerrado ayer tras el acto oficial de inauguración. Además, sin fecha precisa de apertura. El Ayuntamiento dice estar preparando un pliego de condiciones para la explotación del bar y la tienda que servirá, entre otras cuestiones, para ahorrarse los gastos de gestión del centro. La función tiene que ser la de "zaguán de la ciudad", dijo Elena Cortés, un punto donde se encauce la llegada de los visitantes y se les forme en la experiencia turística de conocer el Casco Histórico. Además, está previsto que se mude allí el Consorcio de Turismo, razón por la cual asistieron al acto de ayer no pocos responsables del sector y de la patronal. El Ayuntamiento ha eliminado, por su coste, uno de los principales atractivos que iba a tener el centro, una maqueta realizada sobre pantallas led y que fue la que se utilizó -alquilada- durante la visita del jurado de la Capitalidad de 2016.
Las obras de reforma integral de la Ribera se iniciaron en 2004 (tendrían que haberlo hecho en 2003) y han concluido en 2012, aunque deberían haberlo hecho en 2008. Dos presidentes de la Junta y tres alcaldes han desarrollado su mandato en este inversión, financiada íntegramente por fondos autonómicos (con la entrada de iniciativas comunitarias). La actuación comenzó con Concepción Gutiérrez en la Consejería de Obras Públicas y ha concluido con Elena Cortés, de IU, en esta responsabilidad. El presupuesto oficial de la iniciativa ha ascendido a 30 millones, ampliamente superados por la dificultad y la complejidad de las actuaciones.
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