Discurre de forma paralela y escondida a la calle de la Feria. Esta circunstancia la hace pasar inadvertida para muchos visitantes -cordobeses, incluso- que desconocen uno de los itinerarios en donde es más fácil percibir la imagen que tuvo la ciudad décadas o siglos atrás. Desde su trazado hasta el caserío, pasando por destacados inmuebles de todas las épocas orlan un trayecto que se encuentra incluido en la zona Patrimonio de la Humanidad.

Desde la imponente y casi inédita fachada de la casa de los marqueses del Carpio -cuya parte posterior, construida en el siglo XX y recayente a la calle de la Feria es más conocida-, uno de los más importantes legados de la arquitectura civil medieval, hasta los edificios populares en callejones sin salidas, todo tiene interés en esta calle, donde es decorativa hasta la vegetación que sobresale de las tapias de los solares.

El alcalde Antonio Cruz Conde abrió la calleja de los Arquillos en un acto donde Ramón Menéndez Pidal glosó la leyenda de los infantes de Lara que sitúa en este lugar el final de la tragedia desarrollada en campos castellanos.

Recientemente, el Ayuntamiento ha abierto la denominada Casa de Góngora, un centro donde se piensa proyectar la vida y la obra del más importante personaje de las letras cordobesas.

La belleza de esta calle es tal que ya sido inmortalizada en el cine. El director Vicente Aranda no dudó en incluirla en su película Carmen. El empedrado humedecido a la luz de los faroles es la verdad actual de la calle Cabezas que se trasladó sin ningún tipo de artificio a lo que quería Aranda, la Córdoba del siglo XIX.