Córdoba

El analfabetismo de Gómez centra la defensa del empresario

  • Los abogados del empresario y sus hijos alegan que delegaban la responsabilidad en el equipo contable

Rafael Gómez llega a los juzgados acompañado de su familia.

Rafael Gómez llega a los juzgados acompañado de su familia. / barrionuevo

Analfabetismo y delegación de funciones. Estas son las dos bazas sobre las que se sustentaron los alegatos del equipo de abogados defensores de Rafael Gómez y sus hijos en un juicio que ha quedado visto para sentencia. Tras dos semanas de plenario, la última vista del juicio se celebró ayer con la lectura de conclusiones de los abogados de los vástagos del empresario. La defensa, con todo ello, pide la absolución de los procesados por varios delitos contra la Hacienda Pública a través de los cuales se dejaron de pagar al fisco, supuestamente, 57 millones de euros. El discurso de los letrados de la defensa tuvieron dos puntos clave: por una parte los estudios primarios de todos los procesados (a excepción de la hija, Esther Gómez, que acabó la carrera de Derecho en 2002) lo que derivaría a su vez en una delegación de funciones en el departamento de contabilidad de las empresas implicadas. Es decir, la defensa se basó en las pocas capacidades de conocimiento administrativo y en una responsabilidad que recaía en este caso en los trabajadores encargados de los asuntos contables, a los que, aseguraron, nunca se llegó a presionar o a aconsejar para que hicieran de una manera u otra la labor que les había sido encomendada.

También dejaron entrever la poca credibilidad que, a su juicio, tiene el perito judicial en el que se ha basado parte de la acusación (Fiscalía y Abogacía del Estado). Y a ello añadieron que no tiene cabida la visión del caso en conjunto, dado que los supuestos delitos de los que se les acusa se habrían cometido en años distintos, de forma separada. En resumidas cuentas, las irregularidades que supuestamente habrían cometido Gómez y su familia se basan en el impago del impuesto de sus sociedades y de parte del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).

"No sé escribir ni leer, un poco los periódicos, cuatro cosillas; no sé lo que es el IRPF, yo no entiendo de eso. Soy analfabeto"

En la sesión de ayer, donde intervino la defensa de los hijos, después de que el pasado jueves lo hiciera el Ministerio Público, la acusación particular y el abogado de Gómez y de las sociedades implicadas, el juicio quedó visto para sentencia tras dos semanas de vistas y siete años de investigaciones. Por una parte, la abogada de la hija de Gómez hizo alusión a la incredulidad que le suponía a la Fiscalía que la mujer, licenciada en Derecho, no tuviera conocimientos en materia fiscal. La letrada alegó que terminó la carrera en 2002 y se refirió a la "complejidad de la materia" que requiere "conocimientos continuos". De la misma forma, habló de la "ignorancia deliberada" en la que la Fiscalía basó parte de sus conclusiones para entender que se actuó por "dolo" al "no querer conocer"; la letrada de la hija del empresario afirmó que es algo que "no es verificable" y que, de ser así, nunca existió porque el interés se vio cuando delegaban esas funciones en "profesionales de gran prestigio". Los otros dos letrados de la defensa se ciñeron a este discurso y uno de ellos se refirió a las palabras del fiscal que durante sus conclusiones habló de la "ejemplaridad" que para la sociedad tendría que tener el caso. Y es que, apuntó el defensor, "si se habla de ejemplo a la sociedad también se podría hablar de los 10.000 trabajadores que tenían las empresas o las 20.000 viviendas que se construyeron".

Tras las conclusiones, el empresario, joyero, constructor y en su momento aspirante a la Alcaldía de Córdoba quiso intervenir. Fiel a su discurso, Gómez se remitió a la época en la que aún no estaba casado con su mujer y tan siquiera era joyero. Instado por el juez a que se ciñera al caso, Gómez, que llegó a emocionarse y tuvo que parar de hablar para no llorar, rememoró luego su época de joyero y la primera compra que hizo de "unas huertas" para hacer viviendas, lo que supuso, añadió, que la gente "hiciera cola hasta la una o las dos de la mañana" porque querían una de esas casas. Después compró "más suelos" aunque, aseveró, "no tenía dinero, me lo dejaba el banco". Al igual que hicieran sus abogados, el exconcejal apuntó que "soy analfabeto" y llegó a contar una anécdota de hace dos años cuando fue a renovar el DNI y no sabía escribir sus apellidos en el papel a cumplimentar. A ello añadió que en sus empresas siempre había "personal para hacer las cosas" referentes a la contabilidad y "en ningún momento le hemos dicho que lo hicieran de una forma u otra. Jamás intervenimos en esas cosas". Su mujer también intervino, a pesar de no estar acusada ya, para decir que su marido "se ha dado siempre a los demás".

En unos días se sabrá la decisión tomada por el magistrado del caso. Gómez se enfrenta a 40 años de cárcel y sus cuatro hijos a 19 años y tres meses cada uno.

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