La realidad invisible de las agresiones de hijos a padres: 62 casos en un año en Córdoba
Los expedientes incoados a jóvenes por violencia filio-parental en la provincia caen a mínimos, lo que no oculta el "problema existente"
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Córdoba/La violencia filio-parental es un fenómeno que, en muchas ocasiones, se queda oculto en el ámbito privado, convirtiéndose en una realidad invisible. Porque las memorias de la Fiscalía General del Estado, en función de los datos que cada entidad territorial le facilita, reflejan año tras año que es un "problema existente" que requiere de respuestas especializadas para su abordaje, con el último fin de reconducir la situación y retomar el vínculo afectivo dentro de la unidad familiar.
Porque tras años de considerarse como un tema tabú que los padres sufrían puertas adentro de sus hogares, la violencia ejercida por los hijos hacia sus padres ha empezado a ganar visibilidad. En parte gracias a la labor de colectivos como la Fundación Amigó, que anualmente realiza un informe en el que recoge los expedientes incoados en España por este tipo de delito. El último, que hace referencia a 2023 y ha sido publicado hace unas semanas, refleja que el país se mantiene por encima de los 4.000 casos anuales.
Concretamente, durante ese año los expedientes abiertos por casos de violencia filio-parental ascendieron a 4.416, lo que supone un leve incremento (+1,94%) sobre el balance anterior, que se cerró con 4.332 casos. Esa tendencia alcista se quebró en Andalucía, donde se pasó de 1.095 a 1.012 (-7,58%) -a pesar de eso es la región con más casos, seguida de la Comunidad de Madrid (764), la Comunidad Valenciana (680), Canarias (483) y Cataluña y Galicia, ambas con 255-, y también en Córdoba, donde los casos acumulan cuatro balances de caída. En el informe más reciente, los procedimientos abiertos cayeron a su cifra más baja de la serie, iniciada en 2018, con apenas 62 que, aún así, suponen más de uno a la semana.
Córdoba alcanzó su techo en 2019 con más del doble de los registrados durante 2023, pues según los datos publicados por la Fundación Amigó se abrieron hasta 127 expedientes. Eso supuso un aumento notable sobre los registrados un año antes (97), si bien a partir de ahí los datos han ido en continuo decrecimiento. De esta manera, en 2020 se anotaron 115 casos, para desde entonces mantenerse por debajo de la barrera del centenar: 88 en 2021 y 77 un año más tarde. Esos referidos 62, 15 menos que en 2022, suponen un descenso del 19,48%.
Con esos datos, Córdoba es la tercera provincia de la comunidad andaluza con menos expedientes abiertos durante el ejercicio 2023, sólo con Huelva (28) y Jaén (10) con mejores cifras acumuladas. Ligeramente por encima, aunque todavía por debajo del centenar de procedimientos, se sitúan Granada (72), Almería (82) y Cádiz (84); mientras que de manera destacada aparecen Málaga, con 204 casos, y sobre todo Sevilla, que se dispara hasta los 470.
Mirando al resto del país, Córdoba está en una posición intermedia con esos 62 expedientes, que apenas representan el 1,40% del total. Con cifras por debajo de las que anota la provincia se encuentran las aragonesas Zaragoza (55), Huesca (16), Teruel (5); la totalidad de las que integran Castilla y León -Burgos (39), León (31), Valladolid y Ávila (17), Zamora (13), Palencia y Segovia (8), Soria (6) y Salamanca (3)-; las cinco de Castilla-La Mancha -Guadalajara (22), Toledo (19), Albacete y Ciudad Real (11) y Cuenca (5)-; las catalanas de Tarragona (42) y Lleida (15), con Girona con los mismos 62; las gallegas Orense (46) y Lugo (19); las vascas Guipúzcoa (45) y Álava (6); Cantabria (43); Cáceres (23); y Navarra y La Rioja 19.
¿Qué es la violencia filio-parental?
Este tipo de violencia abarca el conjunto de conductas reiteradas de violencia física, psicológica o económica, dirigida de los hijos e hijas a sus progenitores, o a aquellos adultos que ocupan su lugar. Del mismo modo, se excluyen las agresiones puntuales, las que se producen en un estado de disminución de la conciencia que desaparecen cuando ésta se recupera, el autismo o la deficiencia mental grave y el parricidio sin historia de agresiones previas, según destaca la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio-Parental (Sevifip). Este organismo, precisamente, organizará este año su cuarto congreso internacional sobre la materia en Andalucía, entre el 22 y el 24 de mayo en Málaga.
Con todo, como se encargan de recoger tanto Sevifip como la Fundación Amigó, este tipo de agresiones suelen tener una serie de pautas reconocidas. De un lado, suelen aparecer de la mano de psicopatologías diversas (adicciones, trastornos psicóticos graves, autismo) o como situaciones de reflejo intrafamiliar, ya sea como protección de otras agresiones de otros miembros de la familia, venganza o reflejo de un estilo relacional violento en el ámbito familiar.
El perfil de los agentes implicados en la VFP
El estudio realizado por la Fundación Amigó revela que la edad media de los hijos que cometen agresiones se sitúa en torno a los 15 años y medio, mientras que la edad de sus padres alcanza los 43. Además, el 56% de la violencia es ejercida por los hijos, y el 44% por las hijas, mientras que en tres de cada diez casos se trata de hijos únicos.
Por otro lado, el informe se detiene en que en el 54% de los expedientes, los jóvenes han disminuido su rendimiento escolar, un porcentaje similar al de hijos que presentan algún tipo de adicción (49%). Además, en casi un cuarto de los casos, los menores han sufrido acoso escolar, mientras que en el 32% los menores han sido testigos de algún tipo de violencia.
En lo que respecta al tipo de familia, el 51% es nuclear, es decir, formada por madre, padre e hijo(s), por un 23% monoparental materna -en el caso paterno el porcentaje se queda en un 7%- y un 19% es reconstituida, en la que uno o ambos miembros de la pareja tiene uno o varios hijos de uniones anteriores.
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