"Zapatero se ha dejado arrastar por sus necesidades electorales"

ENTREVISTA · FRANCISCO SOSA WAGNER, CANDIDATO DE UPyD A LAS EUROPEAS

El candidato del partido de Rosa Díez a las europeas defiende en una visita a Córdoba la necesidad de romper el bipartidismo y modificar la política territorial del PSOE

El candidato de UPyD Francisco Sosa Wagner, ayer en los Jardines de la Victoria.
Félix R. Cardador

16 de enero 2009 - 01:00

El catedrático Francisco Sosa Wagner comenzó su carrera política en el Partido Socialista Popular de Tierno Galván, colaboró posteriormente con los gobiernos de Felipe González y ahora ha decidido integrarse en las filas de UPyD, partido del que será cabeza de lista en las próximas europeas. Profesor de Rodríguez Zapatero cuando éste cursaba estudios de Derecho en León, Sosa Wagner se muestra desencantado con la política territorial del que fue su discípulo.

-Llevaba un tiempo alejado de la política, ¿qué le ha llevado a volver y a hacerlo en UPyD?

-Pues me han movido varias razones. La primera, el carácter de Rosa Díez y el de la bandera que ella enarbola en este proyecto político, que yo considero que es muy necesario. Ahora mismo vivimos en España una situación complicada, con dos partidos mayoritarios que se enfrentan a diario por asuntos baladíes, algo que no es normal en un sistema democrático. El nuestro es un proyecto pequeño por ahora pero que da respuesta a una demanda creciente de la ciudadanía: la de romper con el bipartidismo. También me ha movido a implicarme en UpyD la necesidad que observo de defender algo tan obvio como que todos los españoles somos iguales nazcamos donde nazcamos. Ahora mismo eso no es así y los derroteros que ha tomado el proceso autonómico apuntan a que vamos hacia la fragmentación del Estado.

-Usted ocupó altos cargos de los gobiernos socialistas de los 80. ¿Qué ha pasado en estos años para que ahora esté donde está?

-Lo que ha cambiado es que en aquella época se gobernaba de una forma muy distinta a la actual. En la política autonómica emprendimos entonces un proceso de consolidación, que estaba dirigido en su totalidad desde el Gobierno de Felipe González y Alfonso Guerra, que tenían claro lo que querían. Ahora eso no es así, pues el Gobierno español actual no es capaz de dirigir este proceso sino que, en todo caso, trata de coordinarlo. Y, claro, no es lo mismo una cosa que la otra.

-¿Se ha corrompido el modelo autonómico, en cuyo diseño usted participó?

-Sí, creo que se ha pervertido por completo lo que se aprobó en aquella época. El problema fundamental ahora mismo es que se ha iniciado un proceso de reforma de los estatutos y de la financiación sin tener una idea clara de lo que perseguimos. Hacer eso es como meterse en un quirófano a realizar una operación de alto riesgo alumbrado tan sólo con una vela. En un caso así, todos saldríamos corriendo.

-En alguna ocasión ha hablado con afecto del padre de Zapatero, al que conoce...

-Sí, pero no sólo de su padre, sino de su familia en general...

-¿Cómo describe al presidente, del que usted fue profesor?

-Pues mire, yo definiría a Zapatero como un político extraordinariamente optimista que se ha dejado arrastrar por sus necesidades electorales. Aborda la construcción del Estado atendiendo tan sólo a las coyunturas políticas, que son cambiantes. Sin embargo, la política territorial es algo muy serio y hacer eso es grave. Esta forma de actuar ha dado lugar además a que los partidos territoriales cada vez hayan ido incrementando su capacidad de influencia, mientras que en el PSOE y el PP se observa a su vez un proceso de descentralización. En UPyD creemos que eso no puede ser así y que para tener un Estado descentralizado que funcione hacen falta partidos que sean fuertes, que es a lo que nosotros aspiramos. Los únicos estados federales que funcionan correctamente en el mundo son Estados Unidos y Alemania, y en ambos es así.

-A menudo se habla de la Europa de los pueblos en contraposición de la Europa de los estados. ¿En qué Europa cree usted?

-Eso me parece una guerra de conceptos que no tiene mucho sentido. Lo que es verdaderamente importante es que necesitamos construir un proyecto europeo unitario y sólido, pues en unas circunstancias como las actuales los Estados no tienen la suficiente fuerza para actuar de forma correcta.

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