La UCO impone un plan de mejora a los docentes con calificación negativa

Los profesores también tienen sus propias evaluaciones en la Universidad de Córdoba (UCO) y tienen que cuidarse de no bajar el listón a menos de 50 puntos en sus calificaciones. De lo contrario, están obligados a elaborar y cumplir un plan personalizado de mejora de la calidad docente. Ésta es de una de las medidas incluidas en el Programa Docentia-Córdoba que tiene en marcha la institución académica.

El citado programa, que se convoca tres veces al año, tiene como misión "proporcionar un sistema de evaluación de la actividad docente del profesorado universitario y, como visión, dotar a la Universidad de Córdoba de un punto de referencia y de un procedimiento integral de evaluación válido, fiable, útil, viable y preciso", según indica el mismo. El objetivo de la evaluación, señala, es "la mejora y el perfeccionamiento de las actuaciones ligadas con la docencia, promover acciones que refuercen y estimulen las buenas prácticas continuadas y que permitan erradicar y evitar aquellas menos eficaces". Pues bien, como cualquier evaluación que se lleva a cabo ésta tiene varias consecuencias, según los resultados que obtenga cada profesor. Así, si la evaluación es favorable -lo que supone tener entre 50 y 100 puntos-, los docentes obtienen desde un informe favorable para la concesión de complementos de calidad docentes, hasta un informe favorable para obtener la acreditación nacional a los cuerpos docentes de universidad y, además, la autorización para dirigir e impartir cursos de formación para la mejora de la calidad docente. En el caso contrario, es decir, aquellos profesores que obtengan tras la evaluación menos de 50 puntos, además de tener que cumplir el citado plan de mejora, obtendrán un informe desfavorable para la acreditación nacional a los cuerpos docentes. Según consta en el programa Docentia, el departamento al que esté adscrito el profesor que no obtenga todos esos puntos también se le podrá recomendar "la modificación de la asignación docente, de forma que no pueda elegir aquella asignatura en la que sistemáticamente haya sido mal evaluado".

El vicerrector de Personal de la UCO, Isaac Túnez, aclara que el objetivo de la evaluación "es la mejora y el perfeccionamiento de las actuaciones ligadas con la docencia" y añade que en el caso del profesorado que no alcance la puntuación mínima "se promoverán todas aquellas acciones que refuercen y estimulen las buenas prácticas continuadas y que permitan erradicar y evitar aquéllas menos eficaces".

Pero, ¿quién se encarga de hacer las evaluaciones? Pues, los alumnos, a través de encuestas de opinión sobre las clases que reciben, los responsables académicos -como los decanos o los directos de centro o de departamento-, el propio profesor que se acoja a la convocatoria y el Vicerrectorado responsable en materia de calidad. Por cierto, que según consta en el programa Docentia, "los agentes implicados en la evaluación docente suscribirán un código ético de conducta que regirá su actuación antes, durante y después de las evaluaciones en las que participen".

Planificación de la docencia, desarrollo de la misma, resultados e innovación y mejora son las cuatro dimensiones básicas de análisis que se tienen en cuenta a la hora de evaluar la función del profesorado con este programa. La primera de ellas se refiere, por ejemplo, a la distribución de las asignaturas o la elaboración de las guías docentes, mientras que el desarrollo de la docencia va desde el cumplimiento de la planificación a los sistemas de evaluación que se utilizan. Los resultados, por su parte, agrupan desde el rendimiento del alumnado a los niveles de satisfacción de otros agentes, como instituciones u organismos externos-. La dimensión de innovación, por su parte, incluye variables ligadas a los procesos de cambio que introduce el profesor para mejorar su actuación docente.