La Gloria de San Agustín

Piscinas

  • En fin, que la cosa tiene su complicación, que esto no es como era antes, que podíamos ir a los sitios a puñados

Dos mujeres tumbadas en unas hamacas en una piscina.

Dos mujeres tumbadas en unas hamacas en una piscina. / El Día

Esta semana hemos estado un poquito más frescos, pero en la anterior, quien tiene una piscina, tuvo un auténtico tesoro, oro en estado puro, vaya que sí. Y no nos confiemos porque volverá a pasar, que este fresquito es temporal, que a estas alturas la calor no nos va a engañar, y menos a nosotros, los cordobeses, que somos especialistas, y cuando menos lo esperemos estará de vuelta. Ya verán como sí.

El otro día estuve escuchando a dos amigos del barrio que se mudaron a una urbanización de esas que tienen piscina comunitaria y vaya cómo está la cosa, porque ya no es solo que no pueda entrar todo el mundo a la vez, es que también tienen que contratar a alguien para que controle la gente que hay o deja de estar. Y es que, como en los bares, tiene que haber distancia entre unos y otros, que todavía estamos en tiempo de tomar precauciones.

En fin, que la cosa tiene su complicación, que esto no es como era antes, que podíamos ir a los sitios a puñados, y mientras antes nos acostumbremos mejor para todos, me parece a mí. Por eso, quien tenga una piscina para él y su familia, es el que ha triunfado, porque puede bañarse y hacer lo que le dé la gana, siempre que respete algunas cosas.

Pero el de la comunitaria se las va a ver y desear para poder darse un chapuzón. Espero que no pase lo mismo con las playas, que como nos dé a todos por ir se puede montar una buena. Porque en eso hay que reconocerlo, cuando nos da por algo somos muy seguidos y no tenemos hartura. Como digamos de ir a la playa, van hasta los que no le gustaban, esos que renegaban y que no ponían medio pie en la arena y se iban directamente al chiringuito.

Y es que algo parecido nos está pasando con el deporte, que yo no creo que hayamos sido tan deportistas en nuestra vida como hasta ahora, que sales a las ocho de tarde y si no te atropellan tres ciclistas, te llevan por medio diez corredores. El que venda la ropa esa tan rara que se ponen y el desodorante, porque anda que no sudan, se tiene que estar poniendo las botas y hasta los zancos, que vaya manera de vender.

En fin, que en cualquier caso el que estemos hablando de piscinas y de playas tiene su parte positiva, que por lo menos así ya nos hablamos de lo mal que lo hemos pasado en los últimos dos meses, que para nosotros se quedan. Pues eso, que con prudencia y buena letra, despacito, que las prisas siempre son malas, vamos a seguir con nuestras vidas, tratando de disfrutar lo más posible.

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