El 5 de noviembre se celebra el Día Internacional de las Personas Cuidadoras, una figura que sirve de aliento para aquellos que no pueden llevar una vida de forma autónoma por alguna razón, generalmente relacionada con la salud, lo que les crea una necesidad de dependencia.

Según los último datos recopilados por Cruz Roja, la mayoría de las personas dependientes son de edad avanzada, por lo que sus necesidades se van generando con las dolencias y síntomas propios que provoca el paso de los años y, en muchos casos, a esto se le suma la aparición de alguna enfermedad. 

Cruz Roja cuenta con 175 personas cuidadoras en toda la provincia de Córdoba, una cifra que, según apunta la coordinadora del proyecto de atención a personas cuidadoras, Amalia León, es algo superior a la otros años. Una de las razones fundamentales de este aumento de casos se debe a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. 

El perfil mayoritario de las personas cuidadoras siguen siendo mujeres, en concreto, el 80% de las personas que mantiene esta ocupación. Respecto a la edad, las cuidadoras tienen de 50 a 70 años. Según confirma León, el caso de los hombres es diferente, ya que suelen empezar los cuidaos a partir de los 80 años. 

Cruz Roja cuenta con un programa dirigido a cuidadoras de personas dependientes mayores de 65 años. La coordinadora afirma que una de las necesidades más comunes de estos perfiles cuando acuden a la institución humanitaria es la "escucha". "Necesitan mucha descarga emocional y también vienen al voluntariado para buscar un tiempo libre". 

Entre otros proyectos, el catálogo de actividades que desarrolla el voluntariado en los hogares de las personas dependientes va desde la mera compañía hasta el apoyo a la movilidad dentro de la vivienda, tanto para personas dependientes como para cuidadoras.

Cruz Roja cuenta con un programa de ayuda a domicilio complementaria para mejorar la capacidad de la persona mayor y que siga llevando una vida autónoma. También cuenta con la atención a personas que han iniciado un proceso de deterioro de las funciones cognitivas, algo que les impide continuar realizando las actividades de su vida cotidiana.

Destinadas a las personas cuidadoras, está la opción de un voluntariado que las descargue de la tarea del cuidado con espacios de respiro y también proporcionándoles información y formación en las habilidades técnicas y personales del cuidado y autocuidado. "Tenemos grupos de mindfulness y taichí donde las personas cuidadoras pueden aprender técnicas para la relajación y llevarlas a casa", explica León. 

Además, el voluntariado se da tanto fuera como dentro del domicilio, de esta forma, la persona voluntaria puede acudir un día a la semana a cuidar del dependiente ofreciéndole "un respiro" al cuidador. 

Junto al apoyo y atención directa que ofrece a través de su voluntariado, Cruz Roja dispone del multicanal SerCuidadora, además de contar con perfiles propios en redes sociales y una aplicación móvil.