-¿Cuánto de experto es Juan Luis Piqueras?
-Un experto que cada vez sabe más sobre menos, hasta que lo sabe todo sobre nada. Es decir, yo tuve un momento en mi vida de especialización, yo soy arqueólogo, especialista en sistemas de información geográfica. En 2009 trabajaba en la Universidad de Jaén y vino la crisis y me quedé fuera de órbita porque había puesto todos los huevos en la misma cesta. De ser un depredador de grandes piezas pasé a ser un depredador de amplio espectro, a poner huevos en muchas cestas, a buscar posibilidades en muchos sitios. Al año siguiente de salir de la universidad enganché un taller de empleo en Luque, pero ya era todo rodar... Y por eso me fui a trabajar al campo de jornalero, a buscar un trabajo que no fuera intelectual.
-Lo que no te mata te hace más fuerte ¿Ese tener que reinventarse le hizo más fuerte? Supongo que pasaría momentos difíciles.
-En una entrevista fantástica que le hizo Jesús Quintero a Silvio, el rockero, le preguntaba que qué era un ganador, a lo que Silvio respondió que un ganador era a quien le ayudaba la suerte. Luego le preguntó que qué era un perdedor. Su contestación fue pegarle una larga calada a un cigarro, mirar a Quintero y decirle "Jesús, un perdedor es al que se le nota el ansia". Le estaba diciendo que era ansioso, porque se fumaba el cigarro de una sola calada y luego le soltó una verdad absoluta que lo eleva por encima de ser un perdedor situándolo como un mito. Usted me está haciendo una pregunta complicada. Claro que hay momentos de desesperación, pero no te puedes dormir ni se te deben notar.
-¿Por qué ha elegido para la foto de la entrevista una barbería en la que se mezcla lo ruso con lo americano, en la que se palpa aquella guerra fría del siglo pasado?
-Por todo lo contrario. Porque nosotros estamos trayendo a Occidente un proyecto [Krasfarma] que tiene su corazón en Siberia y por la cumbre con Barack Obama. Ahora mismo la Unión Europea está desdibujada, más aún desde el Brexit, hay halcones en Estados Unidos y también los hay en el otro lado que quieren ir a una nueva guerra fría y nosotros lo que modestamente intentamos hacer a través de nuestro proyecto es tender redes, porque hay muchos espacios en los que colaborar.
-¿Y cómo se enfrenta Krasfarma a ese panorama?
-Bueno, krasfarma es a todos los efectos una empresa cordobesa que tiene su matriz depositaria de capital financiero y de conocimiento en Rusia. La empresa que yo dirijo es una empresa española dentro del espacio europeo que depende sí, de una coyuntura de cambio brutal y acelerado, pero eso es la superficie. Hicimos un análisis estratégico desde Rusia para comprar Laboratorios Pérez Giménez en 2011 y aquello sigue siendo válido hoy. Nos estamos instalando y aquí vamos a generar 120 puestos de trabajo directos.
-¿Qué puede significar para Córdoba su asistencia a esa convención de expertos en la que estará presente el expresidente norteamericano Barack Obama?
-Para Córdoba creo que es importante que se haya reconocido en mi perfil a alguien que puede aportar. Nosotros [Krasfarma] hemos visto en Córdoba una oportunidad. Hay una serie de razones objetivas que tienen que ver con la ubicación que tiene la ciudad, el poso cultural que tiene la ciudad, el impacto que un proyecto mediano como el nuestro puede tener en la ciudad, lo bien que se vive en Córdoba, la belleza incluso de esta ciudad. Es cuestión de creérselo, si piensas que nunca irás a un sitio, nunca irás a ese sitio. Córdoba lo tiene todo. Tenemos claro que queremos tener en Córdoba un efecto tractor y que venga más gente a instalarse aquí.
-¿En qué consiste la convención a la que va a asistir?
-Este encuentro tiene varios planos. Tiene un plano relacionado con la proyección profesional, con las relaciones para el negocio, que es el sustrato evidente, el fácil. Luego tiene un plano por encima que tiene que ver con el pensamiento, con recibir pensamiento y también con transmitirlo, porque esa es una de las cosas que queremos hacer con la Fundación que vamos a constituir en Krasfarma. Nuestra Fundación va a tener impacto cultural en la ciudad y tendrá una parte social cuyo enfoque tiene que ver con esto. Es decir, queremos crear un espacio donde se piense cuáles son los grandes retos que tenemos a 15, 20 ó 30 años, por encima del ciclo del mercado de los votos, y que influya además en esas políticas públicas a medio plazo. Lo que hace la Fundación de Juan Verde, que es la que convoca esta convención es un poco eso. Para mí hay tres retos claros, el energético, el tema de los alimentos y la población. Ahora el 80% de la población humana vive a menos de 20 kilómetros de una frontera o de una línea de costa y los territorios de interior se están despoblando. Los territorios limítrofes se están masificando y hay unas cadenas de producción que se tienen que reestudiar para que no nos carguemos todo.
-Están instalándose y ya saben lo que es tener un expediente atascado; en su caso cuatro meses en la Gerencia de Urbanismo.
-Eso debe de cambiar, porque puede cerrar ventanas de oportunidades en una ciudad en la que un tercio de la población activa está desempleada.
-Antes le pregunté que por qué había elegido una barbería en especial para la foto de la entrevista y ahora le pregunto ¿por qué ha elegido la plaza de la Magdalena para la entrevista?
-Porque en ella estoy arraigado y me parece el paraíso. La divisa vital no es el dólar ni el euro, es el segundo, lo único que es finito y que no sabemos cuánto nos va a durar y hay que aprovecharlo.
-¿Qué puede aportar un arqueólogo a una farmacéutica?
-La diferencia que podemos aportar los que no tenemos una formación universitaria en el mundo de la economía es una visión estratégica de mucho más alcance.
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