Instituciones y entidades agrarias resaltan el "impulso" que Deoleo supone para la ciudad

La vuelta de la sede social de la multinacional oleíca Deoleo a Córdoba, concretamente, a la planta de envasado que la compañía tiene en la barriada de Alcolea, fue ayer un motivo de satisfacción en el ámbito institucional y entre las organizaciones agrarias. Ambas coincidieron en que el retorno es una "magnífica" noticia para Andalucía y, sobre todo, para Córdoba, puesto que supondrá un "impulso económico" para la ciudad.

El consejo de administración de Deoleo, la principal compañía aceitera española, propondrá a la junta de accionistas que se celebrará el 11 de junio el cambio de la sede social de la compañía a Córdoba. Las organizaciones agrarias COAG-A, Asaja y UPA valoraron ayer de una forma muy positiva esta decisión, aunque aprovecharon ese momento para reclamar una apuesta "clara" por el sector y la calidad del producto. El responsable del aceite de oliva de COAG Andalucía, Juan Ávila, lamentó el "juego de españolidad" en torno a Deoleo cuando "lo importante", a su juicio, es que la compañía "trabaja de cara a los intereses de un sector importantísimo para España". En este sentido, apuntó a Europa Press que "una mayor españolidad puede acercar a la empresa a un cambio de tendencia", ya que "Deoleo no viene de tener un actitud favorable para los agricultores sino que ha presionado para conseguir precios bajos en origen". "Lo que queremos es que Deoleo tenga en cuenta al sector, al productor, que apuesten por que toda la cadena de valor gane y por la calidad del aceite", subrayó.

El secretario general de Asaja-Sevilla, Eduardo Martín, por su parte, valoró "lo acertado" de traer la sede social a Córdoba, "al núcleo de la esencia del producto" y lo consideró "un gesto importante". Así, resaltó la importancia de Andalucía dentro del sector del aceite de oliva en el mundial, por lo que traer la sede social a Córdoba "reafirma el interés de que Deoleo tenga un sello español". No obstante, recalcó que el objetivo de los productores es que conseguir un "compromiso" para poner en valor el producto, la calidad y que tenga una repercusión en el sector.

El secretario general de UPA-A, Agustín Rodríguez, por último, valoró el traslado a Córdoba al entenderlo como "un compromiso" de la empresa con la zona olivarera por excelencia, con Andalucía. Asimismo, ha insistido en que el objetivo de Deoleo debe ser poner en marcha un plan de expansión en mercados internacionales del aceite de oliva, de manera que se apueste por las marcas "importantes" que ya tiene frente a la marca blanca que "está tirando los precios".

Desde las instituciones públicas el primero en expresar su satisfacción ante la decisión de Deoleo fue el alcalde, José Antonio Nieto, que insistió en que permitirá que Córdoba se sitúe como "referente del sector agroalimentario en España". El regidor además subrayó que el gobierno municipal del PP en el Ayuntamiento "va a seguir trabajando para que Córdoba se consolide como un lugar atractivo para la inversión y desarrollo de apuestas importantes del sector agrario y ganadero".

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, aprovechó su visita a la capital cordobesa para afirmar que "tenemos que sentir satisfacción" por la decisión de Deoleo, que viene a responder a la apuesta que, en este sentido, habían hecho "los gobiernos autonómico y central" por "la primera operadora mundial de aceite de oliva", que el pasado año "cerró con una facturación de entorno a unos 800 millones de euros y con una plantilla de unos 800 trabajadores". En consecuencia, para Díaz, el que Deoleo quiera trasladar su sede a Alcolea "es una decisión estratégica y fundamental" que muestra una apuesta de los inversores de la multinacional "por ese carácter andaluz que siempre hemos reivindicado" para dicha sociedad.

Los sindicatos de CCOO y UGT en Córdoba, por su parte, señalaron que el cambio de sede es únicamente fiscal, que supone una inyección de más actividad económica y tributaria en la ciudad. Ambos sindicatos también coincidieron en que de esta forma "se hace justicia" con la zona productora del aceite de oliva, puesto que "no era razonable que en el lugar en el que se producía el producto no se tributara".