Córdoba

El Reina Sofía espera normalizar su actividad trasplantadora tras bajar un 58% en el estado de alarma

Valle García, María Jesús Botella y José María Dueñas, hacen un corazón como símbolo de la donación.

Valle García, María Jesús Botella y José María Dueñas, hacen un corazón como símbolo de la donación. / Juan Ayala

El Hospital Reina Sofía espera que su actividad trasplantadora vuelva ya a la normalidad tras haber sufrido un descenso del 58% durante el estado de alarma. Desde el 14 de marzo, los profesionales del centro han realizado 23 trasplantes y se han registrado cinco donaciones. En el mismo periodo del año anterior se llevaron a cabo 55 injertos, mientras que 14 familias mostraron su solidaridad diciendo "sí" a la donación.

Esto supone una bajada del 58% en los trasplantes y del 64% en las donaciones, que son imprescindibles para que esta actividad siga adelante y se logre salvar vidas de personas que están a la espera de un órgano. En lo que va de año, se han hecho 129 injertos de órganos y tejidos.

Además, el hospital cordobés ha presentado este lunes su Semana del Donante, que este año cumple 18 ediciones y se celebrará en gran parte de manera virtual, con la que quiere que los ciudadanos recuerden la importancia de la donación para salvar vidas. 

Hace 41 años que el Reina Sofía inició su programa de trasplantes y desde entonces ha registrado 1.100 donaciones, 8.238 trasplantes de órganos (4.904) y tejidos  (3.334). De ellos, 1.847 han sido de riñón, 1.465 hepáticos, 661 de pulmón, 704 cardíacos y 237 de páncreas. Respecto a los tejidos, 1.926 han sido de médula y 1.416 de córnea.

En este sentido, la delegada de Salud, María Jesús Botella, ha animado "a todos a que demos el paso para ser donantes" y ha apuntado que "existe la posibilidad de inscribirse a través del registro de últimas voluntades".

El coordinador de Trasplantes del hospital cordobés, José María Dueñas, ha destacado que durante el estado de alarma "la actividad trasplantadora no ha cesado", además, "tenemos que seguir adelante y así lo demostramos con la Semana del Donante". Así, ha recordado que "la sociedad cordobesa ha conseguido que nuestras tasas de donación sean de las más altas del mundo", mientras que el Reina Sofía es el centro más trasplantador de Andalucía. "Estoy seguro de que va a volver a la normalidad, confío en que va a ser desde ya", ha agregado.

Las tasas de donación y de injertos han decrecido durante la pandemia, aunque en este último mes de mayo "se está retomando la normalización de la actividad", de hecho, ha habido más que en marzo y abril. Por eso, Dueñas espera "no solo que volvamos a la normalidad, sino que siga creciendo la tasa de donación".

En general, ese decrecimiento se ha sentido en toda España, donde se ha pasado de 16 trasplantes diarios a menos de uno y la tasa de donación ha disminuido más de un 85%. Afortunadamente, en el Reina Sofía esa bajada ha sido menor. De hecho, algunos de los programas ni siquiera lo han notado, como el cardíaco, que ha hecho más injertos que los realizados en el mismo periodo de 2019.

Como ha confesado Dueñas, se han realizado menos trasplantes de los que deseaban, pero sí se han hecho los código cero (situación de preferencia) y los más complejos, esto es, los que eran imprescindibles para salvar la vida del paciente.

Uno de los problemas en plena pandemia era el temor a que el receptor se contagiase, lo que podía ser fatal teniendo en cuenta que se trata de pacientes inmunodeprimidos, o que un donante estuviera contagiado y el coronavirus se pudiera transmitir al receptor. 

"No ha sido fácil, porque el proceso del trasplante se vuelve más complejo al tener que garantizar que no haya dudas o sospechas de que los órganos, el donante, estuvieran contaminados; esta valoración del riesgo supone descartar muchas opciones", ha puntualizado el intensivista.

En esa línea, Dueñas ha aclarado que por ejemplo en trasplante pulmonar hay mucho riesgo, sin embargo en renal "el ambiente externo es menor y se pueden asumir ciertos riesgos". Eso sí, la decisión se ha tomado de forma individualizada sobre cada receptor, calibrando los beneficios y posibles efectos adversos.

Además, el Reina Sofía cuenta con un plan postcovid que incluye unos protocolos para que este tipo de intervenciones se realicen con total seguridad y garantías, también en caso de que hubiera una segunda ola de coronavirus.

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