Música

41 Festival de la Guitarra: Scofield, 'comeback home' o yanqui, regresa pronto a Córdoba

Un momento de la actuación del Jonh Scofield.

Un momento de la actuación del Jonh Scofield. / Miguel Ángel Salas

¡Viva la guitarra!, ha clamado John Scofield en un momento de su concierto en la 41 edición del Festival de la Guitarra, él, que hace hablar a las guitarras. Para disfrutar de la música de John Scofield en concierto, uno tiene que ir a verlo con todas las garantías traídas de casa. Por más que sea posible de antemano aventurar por dónde van a ir los tiros, lo previsible en el caso de este hombre es promesa firme de satisfacción y lo imprevisible, doblemente más. Retomo estas últimas dos frases que ya escribí hace unos años, en la anterior visita del estadounidense al Festival, porque vuelven a venir como anillo al dedo para describir lo que ha ofrecido el estadounidense en su recital del Gran Teatro, dentro de la 41 edición de la cita con las seis cuerdas.

Scofield, quien parece sentirse en Córdoba como en su propia casa, presentaba su último trabajo, Yankee go home! (Yanqui vete a casa) ante un público incondicional, que ha podido comprobar como el de Dayton (Ohio) se nueve como pez en el agua cuando se trata de ofrecer un concierto redondo, generoso, bien discurrido y mejor ejecutado, pero sobre todo, de una limpieza infinita. Un recital en el que se han dado la mano el rock, el funk, el country, el jazz y la música libre gracias a unos músicos que, capitaneados por la guitarra de Scofield han disparado un chute de melodías en un viaje al pasado recreando versiones de éxitos del rock americano en clave de roots-rock-jazz, combinadas con canciones folk y country. Todo un recital de música con raíces pasada por filtros jazzísticos.

Con Jon Cowherd al piano y teclados, Vicente Archer al contrabajo y Josh Dion en la batería en Córdoba, quien ha despachado álbumes de jazz originales y aclamados por la crítica como Time on My Hands (1990), Hand Jive (1984), el excepcional Quiet (1996), que acusa la influencia de Gil Evans y A Go Go (1998), ha tomado prestadas canciones de otros para llevarlas a su terreno, el terreno de quien un fiel acólito de la estética de la pulcritud. 

Old Man (de Neil Young), Wichita Lineman (Jimmy Webb), The Creator Has A Master Plan (Pharoah Sanders), Uncle John's Band (Grateful Dead), Jesus Children (Stevie Wonder), Somewhere (Leonard Bernstein), Not Fade Away (Buddy Holly), John Hardy (tradicional), Fields of Gold (Sting), The Grand Tour (George Jones), Only Love Can Break Your Heart (Neil Young) y Estimated Prophet (Grateful Dead) son algunas de las propuestas de Scofield dentro de su gira llamada como su último disco, Yanquee Go Home!. Tampoco falta el revisitado a temas propios como su magnífica balada Mrs. Scofield’s Waltz y una nueva versión de Honest I Do.

Después de anunciar que "vamos a hacer temas clásicos del siglo XX", en Córdoba han sonado algunos de ellos en un repertorio en el que no han faltado Gloves, Mr. Tambourine Man (de Bob Dylan), Wichita Lineman, The Creator Has a Masterplan, I Can,t Go For That (No Can Do) (de Daryl Hall & John Oates), Only Love Can Break Your Heart, Last Train o Happy George.

Un momento de la actuación de John Scofied. Un momento de la actuación de John Scofied.

Un momento de la actuación de John Scofied.

Una vez más en Córdoba, este músico criado en los suburbios de Connecticut y que comenzó con solo 11 años su romance con la guitarra ha vuelto a demostrar el por qué es uno de los grandes, por qué es un prodigio de la improvisación considerado como el guitarrista que más han influido en el mundo del jazz desde finales de los años 70, y por qué todo amante de la música debería al menos asistir a uno de sus conciertos en los que hace gala de una técnica depurada a la hora de ejecutar estilos que ha mamado desde muy joven. En su adolescencia, Scofield tocaba rythm & blues, blues urbano, soul y rock and roll de grupos locales, pero pronto se sintió fascinado por la guitarra de jazz y asimiló muy deprisa los estilos de Wes Montgomery, Tal Farlow, Barney Kessel y Jim Hall, todos ellos destacados jazzistas de los 60.

Este músico virtuoso que a lo largo de su carrera también ha tocado y grabado con muchos otros jazzistas del más alto nivel, como los guitarristas Pat Metheny, Bill Frisell y John Abercrombie, los bajistas Steve Swalow y Charlie Haden y los percusionistas Dennis Chambers y Jack DeJohnette ha vuelto a demostrar también en Córdoba que sigue siendo ese guitarrista enorme capaz de poner el virtuosismo al servicio de la emoción, lo que tanto (aún) conviene agradecerle. Y que es una auténtica gozada poder disfrutar, de nuevo, de su imaginación a la hora de llevar los cauces melódicos a aquellos cauces no por (re)conocidos menos amables, con todos los recursos sobre la mesa a la hora de apurar las posibilidades de su instrumento (incluida su fabulosa facilidad para la creación de armónicos) sin que, insisto, sobre ninguno.

E insisto, este virtuoso músico que en su curriculum puede presumir de ha colaborado con otros grandes artistas como Miles Davis, Jaco Pastorius, Phil Lesh, Billy Cobham, Medeski Martin & Wood, Dennis Chambers y George Duke, entre otros, ha logrado en su vuelta a Córdoba, , donde ha destacado en varias ocasiones que “tenéis un gran Festival”, que el público lo vuelva a recibir con los brazos abierto y que tras la última nota del concierto hubiera un deseo compartido en el Gran Teatro: el de despedirlo con un Yankee, comeback home (Yanqui regresa pronto a casa, regresa pronto a Córdoba).

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