Medio Ambiente

Ecologistas demandan en Córdoba un cambio en la gestión del agua que evite su sobreexplotación

Una mujer muestra una pequeña pancarta en la manifestación.

Una mujer muestra una pequeña pancarta en la manifestación. / Juan Ayala

"Tanto regadío es un desvarío" o "sin agua no hay vida" son algunas de las consignas que han proclamado los asistentes a la manifestación que Ecologistas en Acción ha convocado a las puertas de la Delegación de la Junta en Córdoba para demandar un cambio en la gestión del agua que evite "la sobreexplotación de este recurso". Así lo ha destacado el coordinador del Área de Agua de Ecologistas en Acción Andalucía, Antonio Amarillo.

La manifestación ha puesto el punto y final a la asamblea confederal del colectivo, que este año se ha celebrado en Córdoba.  Ecologistas demanda ese cambio en la gestión de un recurso, "que es un derecho humano", en un momento en el que "está en el centro del debate político, ya no solo estatal, sino fundamentalmente andaluz; de hecho el gobierno andaluz ha declarado que esta iba a ser la legislatura del agua, dándole la máxima importancia por lo que significa estratégicamente para la economía de nuestra región", ha indicado.

Amarillo ha insistido en que Ecologistas defiende que el problema de falta de agua que sufre Andalucía no es exclusivo de que llueva menos que la media histórica de precipitaciones, "sino que tiene más que ver con un concepto de escasez por la demanda excesiva que hay de agua; no hay agua para atender tanta demanda con este recurso tan sobreexplotado". El miembro de Ecologistas ha relatado que, si bien el agua es un recurso fundamental para la economía andaluza en general y para distintas actividades económicas que dependen de ella en particular, fundamentalmente la agricultura y la agroindustria, "también es un recurso indispensable para el mantenimiento de ecosistemas naturales de importancia, como es el caso de Doñana, que tiene una importancia internacional".

Amarillo ha apuntado por ello que Ecologistas viene demandando a las administraciones que se deje de considerar el agua exclusivamente como un bien económico "y que se pongan en valor todas las funciones ecosistémicas que supone la gestión del recurso". "Estamos hablando de una sobreexplotación y nosotros lo que estamos reivindicando es que se haga una transición hídrica hacia un tipo de modelo en el que que se gestione la demanda en función de los recursos disponibles, fundamentalmente hay que ir en ello de la mano del sector agrícola, porque es el mayor consumidor del recurso", ha puntualizado. De hecho ha referido que en la Cuenca del Guadalquivir la agricultura consume el 87% del agua total frente a un "8 o un 10% de consumo doméstico".

Asimismo, ha recordado que está a punto de aprobarse un nuevo ciclo de planificación hidrológica y que después de que se haya informado favorablemente en el Consejo Nacional del Agua de los planes hidrológicos de las cuencas intercomunitarias, "entre ellas la Cuenca del Guadalquivir, los datos hablan de que en los últimos seis años, que son los que dura cada uno de esos planes, se ha pasado de 600.000 a cerca de 900.000 hectáreas de superficie regable en esta cuenca". "Se pone en el centro del debate político la satisfacción de la demanda, y lo que nosotros reivindicamos es que de la mano del mayor consumidor de agua hay que llegar a un acuerdo y apostar por un tipo agricultura distinta. El agua es un derecho humano como recoge el mínimo vital en la Ley Andaluza de Cambio Climático", ha insistido. "Reivindicamos una transición hídrica justa donde con nuestros recursos disponibles podamos atender con suficiencia a todas las demandas existentes", ha añadido.

Amarillo ha puntualizado que no se puede seguir considerando el agua como un recurso factor ilimitado, destacando que "el agua tiene unos límites" y que habrá que determinar qué tipo de agricultura es el que se quiere llevar a cabo con el agua que hay disponible. "Se debe decidir si se quiere apostar por esos fondos de inversión, por ese capital financiero que está entrando en muchos cultivos y en variedades en régimen de intensividad o si se quiere apostar por esa agricultura familiar y tradicional que fija la población al territorio y es la que verdaderamente genera riqueza y empleo; ese capital financiero que lo que busca es rentabilidad en un plazo medio y acaba expulsando a la gente del territorio", ha concluido.

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