"El mundo del caballo va a celebrar el 28-F echándose a las calles". Esta frase, pronunciada por el presidente de Córdoba Ecuestre, Rafael Blanco, en Caballerizas Reales se convierte en el pistoletazo de salida de la Marcha Hípica Popular Córdoba a Caballo, que un año más va a recorrer las calles de la ciudad. Escuelas hípicas, clubes, peñas ecuestres, aficionados y ganaderos de toda la provincia, además de otros llegados de otros puntos de la geografía andaluza escuchan al presidente de Córdoba Ecuestre antes de que suene el himno de Andalucía en la voz inmortal de Rocío Jurado. "El mundo del caballo forma parte de nuestra cultura, de nuestra tradición, de nuestra economía y de nuestra vida", reivindica Blanco.

En Caballerizas Reales se han dado cita más de 200 jinetes y al menos 40 enganches, "lo que roza nuestro récord", detalla Blanco. No han faltado a la cita el Club Hípico de Córdoba, el Club de Enganches de Tradición, el Club de Enganches de Córdoba, el Club Higuerón, la Asociación Ecuestre Sierra de la Costilla de Cardeña o los Piostros de Pedroche, entre otros. 

Blanco recuerda que este año, al igual que en las anteriores ediciones, se homenajea a una persona que ha trabajado por continuar haciendo grande el mundo del caballo. "En esta ocasión, el reconocimiento es para Enrique San Miguel Eraso", ideólogo y promotor de Córdoba Ecuestre, "por su impecable trayectoria y aportación al mundo del caballo". 

El tiempo acompaña para la celebración de una marcha "que ya está consolidada", insiste Blanco, "y a la que viene muchísima gente que ya tiene en su agenda acudir el Día de Andalucía a Córdoba; viene gente de toda la provincia y la participación se ha hecho muy plural, vienen jinetes profesionales, caballos de pura raza y enganches de mucho valor, pero además también viene el aficionado de a pie, que llega con su familia y que quiere mostrar a su caballo por las calles de Córdoba en un día especial, cosa que no se puede hacer habitualmente. O sea, una pluralidad que supone que en la marcha se citen gente de todos los tipos de nivel ecuestre y de nivel económico", destaca el presidente de Córdoba Ecuestre.

Detalle de carruajes participantes.

Gente como José Miranda, quien ataviado con una vestimenta de bandolero llega desde Lucena con su caballo Daron, al que tiene en el Centro Ecuestre El Montejo. "Este es un día para que quien desee acercarse al mundo del caballo lo haga; estaremos encantados de asesorarle. Este es un mundo que ya se ve desde la cercanía", sostiene.

O como Estiven Ríos, quien llega desde Málaga desde el Picadero Bichichi con su caballo Elegido defendiendo que "hoy es un día muy grande para el mundo de caballo, para mostrar el pura raza, por ejemplo, en Córdoba". Mientras que Carolina Trenas, a lomos de Pikachu llega del Picadero del Camino Carbonell, de Córdoba capital. "Es el primer año que salgo y la verdad es que es una bonita experiencia", destaca. Carolina se aficionó al caballo "hace poquito, llevo montando a Pikachu desde hace un par de años, pero tengo que decir que en Córdoba hay mucha afición por el mundo equino".  

Llama la atención Ángela López, vestida de árabe a lomos de Regaliz, "un caballo hispano-árabe". Ángela llega desde Córdoba capital, desde el Picadero de Juan Castaño, "que es mi maestro; el doma caballos y yo los monto", señala. Ragaliz va también "recreado con motivos árabes". Como también llaman la atención los Piostros llegados desde Pedroche al mando de Antonio Gómez, presidente de la Asociación Pedroche Caballo. "Venimos nueve personas montando tres yuntas, que son seis mulos y tres caballos, para darle promoción a la romería de nuestro pueblo, una tradición con un montón de años, que es de Interés de Andalucía y que se celebra los días 7 y 8 de septiembre".

Suena el himno de Andalucía. Todo está listo. Los más de 200 jinetes y 40 carros de caballos enfilan un recorrido que los llevará por la avenida del Alcázar, la avenida del Flamenco, el paseo de La Victoria, la Ronda del Marrubial, la avenida de Barcelona y el paseo de la Ribera en un desfile que no se va a perder una multitud de espectadores.