La Córdoba 'chica'

Miles de cordobeses huyen de las altas temperaturas de la capital y pasan el verano en las playas de Fuengirola

Redacción

01 de agosto 2010 - 08:42

Dicen que Málaga es la playa de los cordobeses, que miles de vecinos de cualquier punto de esta céntrica provincia andaluza -de una punta a otra, de Belalcázar a Iznájar y de Palma del Río a Villa del Río- acuden cada año a la Costa del Sol en busca de esos necesarios y merecidos baños de sol y agua marina y, sobre todo, que este punto del litoral situado entre Granada y Cádiz vale como refugio vacacional y sistema antiestrés después de un año que ha quedado marcado por la crisis económica. Pero si hay una playa que sobresalga por encima del resto por la masiva presencia de cordobeses es Los Boliches, de algo más de un kilómetro de longitud y en torno a unos 40 metros de anchura. Acuden tantos entre los meses de julio y septiembre que los malagueños hace años que la bautizaron como la "Córdoba chica". El vínculo es tan elevado en este caso concreto que incluso hay una plaza de San Rafael en la que se levanta una estatua del Arcángel. "Allí quedamos las amigas como si se tratara de la plaza de las Tendillas", dice Toñi Relaño.

En Los Boliches sopla una ligera brisa y, aunque el reloj apenas si marca las 10:30, ya hay decenas de familias dirigiéndose a la playa con la sombrilla a cuestas. La sorpresa de algunos -los que llevan menos tiempo acudiendo a esta parte del litoral malagueño- es que, a pesar de que todavía es temprano, apenas quedan sitios ya en los que clavar la sombrilla. Algunos, incluso, optan por utilizar las hamacas y los parasoles de alquiler para evitar precisamente las molestias que les puede ocasionar la masificación. Otros, por su parte, aseguran que han madrugado para "coger un buen sitio". El objetivo es común: tratar de permanecer unas horas lo más cerca de la orilla y, cómo no, tomar el sol hasta que llegue la hora de la cervecita y la fritura de pescado.

Engracia Carreras, Margarita Parra y María Cruz son tres de las muchas cordobeses que acuden cada año Los Boliches en verano. Son amigas y suelen compartir hotel o piso cuando optan por pasar unos días en la playa. En esta ocasión, han hecho parada en el chiringuito Blanco, un punto de referencia para numerosos personas por la fama de sus espetos y el "buen trato" de los camareros. Engracia comenta que "ya vinimos aquí hace algunos años, nos gustó y solemos repetir cada vez que podemos". Margarita añade que "hasta en invierno nos hemos llegado al chiringuito para comer espetos, así que no se puede decir que se trata de algo exclusivo de los meses de verano".

Son cordobesas y, como tales, no se olvidan de que, aunque se encuentran a cerca de 200 kilómetros de su ciudad, "hay que seguir la actualidad". Hablan prácticamente de todo, de cine, música y del último programa que vieron en televisión, pero Cajasur parece que es el tema estrella. Parece preocuparles el futuro de la caja cordobesa y alguna de ellas suelta un "espero que se haya arreglado ya todo". Entre unas y otras tratan de reconstruir una realidad que durante meses se convirtió en la principal preocupación de miles de familias de Córdoba. "Todo el mundo conoce a alguien que trabaja allí o en alguna de sus empresas, cómo no nos va a preocupar", exclama otro de los clientes del chiringuito Blanco de Los Boliches.

Aunque pueda parecer extraño, la "tranquila" rutina es lo que hace que tanto estas tres amigas como otros muchos cordobeses pasen unos días en esta playa de Fuengirola. Engracia, Margarita y María relatan que las jornadas "se repiten cuando estamos aquí". Tras levantarse y desayunar, se marchan a la playa para tomar el sol y bañarse y después se toman la "clásica" cervecita con el "espetito". Los paseos y el "buen ambiente" son los quehaceres vespertinos. "Tratamos de relajarnos cuando podemos", explica una de ellas.

En la zona de Los Náufragos Jesús Cabezas se pasea con una camiseta del Córdoba CF, una elección que levanta cierta euforia tanto entre aficionados cordobesistas como de otros equipos andaluces. "Hay que hacer gala de nuestros colores, ¿o no?", apunta mostrando la elástica blanquiverde y señalando su escudo. A pocos metros, Carmen Ruiz y David Villanueva, también cordobeses, juegan con su hijo Alejandro, de sólo tres años de edad. Para esta familia, como para otras muchas, es una "tradición" pasar algunos días en Los Boliches, pues llevan haciéndolo así alrededor de 15 años. Ellos son de los que dicen además que no les importa "en absoluto" que la playa esté llena de cordobeses y que haya que levantarse a saludar a todos aquellos con los que comparten calle y comercios durante el resto del año. "No sólo no nos importa, sino que nos encanta", afirman. Su vida no difiere demasiado de la del resto de personas consultadas a pie de costa. A los típicos baños de sol y agua y el "refrigerio" en el chiringuito se les suma el castillito de arena y el remojón con el más pequeño, así como los partidos de tenis o pádel "para sudar algo".

Parece claro que Los Boliches es una playa muy familiar y un punto de encuentro de muchos miles de cordobeses. Así la ven también Antonia Martínez, vecina del barrio del Parque Figueroa en la capital cordobesa y los familiares que han viajado junto a ella al retiro costasoleño -Óscar Romero es el benjamín del grupo con apenas cinco años de edad-. Entre los días más especiales que han vivido este año en Los Boliches se refieren al día en el que España se impuso a Holanda en la final del Mundial de Suráfrica. "Fue un día de muchísima alegría", detallan tanto Antonio como su consuegra, Pepi Carretero, que no paran de echarle una "miradita" a los nietos pese a que la mar está tranquila y apenas hay riesgo de que las olas puedan darles un revolcón. Mariano Muñoz y Jesús Lara, por su parte, son otros de los cordobeses que pasan unos días en esta playa malagueña y aseguran que, aunque en la distancia, "seguimos muy de cerca todo lo que pase con el Córdoba, Jesús es un gran forofo del equipo", puntualiza Mariano.

Casi al salir de la playa, un grupo de bolicheros preparan unos espetos en una especie de chiringuito "privado" en el que se puede leer "Varadero de los Boliches". Afirman que cada año están más seguros de que su playa es "también de los cordobeses y por eso decimos que es como la Córdoba chica".

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último