Ruta navideña

Córdoba sale al rescate de los dulces típicos de las monjas de clausura

Mantecados del convento de Santa Clara de Montilla en la muestra del Palacio Episcopal.

Mantecados del convento de Santa Clara de Montilla en la muestra del Palacio Episcopal. / Miguel Ángel Salas

La venta de dulces caseros sostiene la economía de la gran mayoría de casas conventuales de Andalucía. Son dulces elaborados artesanalmente por las propias monjas, que han hecho del obrador una empresa para sufragar desde las reformas de sus monasterios envejecidos hasta los gastos más comunes de mantenimiento. Una fuente de ingresos construida a base de harina, huevo, azúcar y almendras, revelada en libros de repostería tradicional, que gana protagonismo en familia, con frío y con lluvia.

Córdoba también abraza la Navidad anticipada durante el puente de la Constitución y la Inmaculada a golpe de clásicos. Al encendido del alumbrado en la calle Cruz Conde se le suma la XVII muestra de dulces conventuales que organiza anualmente la hermandad del Calvario en el Palacio Episcopal con la participación de 14 conventos andaluces y extremeños. Es como el "pistoletazo de salida a las fiestas", reconoce el hermano mayor de la cofradía, Francisco Javier Murillo.

La razón de ser de esta iniciativa está en dar mayor alcance a la venta de estos dulces fuera de los muros y la ventanilla de los conventos de clausura, explica Murillo. "Todavía hoy los conventos tienen muchas necesidades y esto es una forma de financiación para ellas: es un sustento enorme, un empuje grande", insiste. Estos puntos de venta, cerca de la Mezquita-Catedral o de paso entre el Casco Histórico y el Centro, son un reclamo para la marea de turistas que visita la ciudad en los festivos: "El 70 o el 80% es cliente de fuera", asegura Murillo.

Repite por segundo año consecutivo la muestra de la hermandad del Descendimiento en el patio de Vimcorsa con los mismos diez conventos que en la primera edición, ampliando la gama de productos y con toda la intención de consolidarse en el calendario, asegura el máximo responsable de esta agrupación, Manuel Aguilera. Una tradición que va por el sexto año en el caso de La Sentencia y a la que se suma El Amor por primera vez con una pequeña muestra en el bulevar del Gran Capitán, frente al Corte Inglés.

"Hay que reinventarse", justifica Aguilera este tipo de muestras convertidas en tendencia entre las hermandades. "Las cosas están más difíciles que antes: suben los precios, pero las cuotas contributivas de los hermanos no suben, y esto es otra nueva manera de autofinanciarse para continuar así con la obra social", asegura. Parte de lo que aquí se recauda irá destinado a Cáritas, entidad con la que trabajan durante todo el año. Lo mismo que sucederá con la caja que haga hasta el final de su muestra la hermandad del Calvario. 

Muestra de dulces conventuales en Vimcorsa. Muestra de dulces conventuales en Vimcorsa.

Muestra de dulces conventuales en Vimcorsa. / El Día

Además, Aguilera valora positivamente estas muestras porque, por un lado, "ponen en valor la tradición por la que se rigen las hermandades a través de estos dulces típicos"; por otro, "esta suma favorece a la visibilidad de un producto que, si no, se queda en los conventos y cuantos más seamos siempre va a ser beneficioso para las monjas porque a más puntos de venta, más repercute en los ingresos", añade.

Una mezcla de clásicos y variedad 

Una familia de Madrid que casualmente regenta una pastelería atiende a este periódico a la salida del Palacio Episcopal después de comprar algunos productos de esta muestra. La bolsa contiene una botella de Pedro Ximénez, pastas de té con sabor a almendra y perrunillas. "Sorprende la amplia gama: hay de todo", afirman. "Especialmente nos han llamado la atención las yemas, que no son fáciles de encontrar en otras muestras o en los negocios de repostería", añaden.

Entre los dulces, sobresalen los famosos bizcochos Marroquíes del convento de la Purísima Concepción de Osuna, que en solo los dos primeros días han agotado todas las existencias en la muestra de la hermandad del Calvario. En la de Vimcorsa se vendieron las 60 cajas encargadas el año pasado y el pedido se ha duplicado hasta las 150 para esta edición. 

El potencial de la provincia corre a cargo del convento de Santa Clara de la Columna de Belalcázar, que ofrece unas tradicionales yemas de huevo y unas empiñonadas -típicas de estas hermanas-, que están elaboradas con un mazapán de piñón español. Además, destacan las mieles elaboradas en el monasterio de San José de Villaviciosa de Córdoba, unos alfajores de Montilla y unos rosquillos de yema de huevo. 

Otro de los productos triunfadores es la mistela procedente del monasterio de la Santísima Trinidad de Baza (Granada). Este licor en base de anís y con un toque de fruta, normalmente de naranja, está elaborado por las Madres Dominicas. Los precios se han visto afectados al alza por el encarecimiento de algunos productos como el azúcar o la almendra, aunque "intentamos amortiguarlo nosotros para que no repercuta en el cliente", señala Murillo. 

Las cofradías tampoco dejan pasar la ocasión para poner en el escaparate su merchandising a base de pulseras, incensarios con forma de nazarenos o costaleros. Entre tanto, la hermandad del Descendimiento también aprovecha para poner en venta unas velas hechas por vecinas de barrios desfavorecidos de Córdoba, cuya recaudación va a fomentar la inclusión de la mujer en estos lugares.

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