Clases de economía con Don Mario

El profesor Mario Fernández subió anoche al estrado y se dispuso a dictar la "décima" lección del día ante un público que pudo parecerle hostil pero que quizá estaba esperando su llegada para ponerle cara a los nuevos dueños de un cosa tan importante para la ciudad como Cajasur. Don Mario tomó el vaso de agua y pidió disculpas a la amplia concurrencia -unas 400 personas de los distintos sectores sociales, empresariales y económicos de la ciudad- porque debía tomar aliento tras haber tenido que intervenir una decena de veces en su apretada gira por los nuevos territorios de BBK. La concurrencia esperaba su discurso, uno más.

Porque las sesiones habían comenzado de mañana. Visita al alcalde y cigarro express a la salida del Consistorio y encuentro con los sindicatos y una petición expresa de que todos hagan los deberes: los que se quedan, los que se van y los que tienen que articular todo este complicado proceso. Luego Francisco Pulido en la Diputación. A la salida, nuevo cigarro por aquello de la ley antitabaco y camino de una nueva clase. Esta vez la más complicada, ante la prensa. Y Fernández subió al encerado y sin un mal folio desgranó datos y detalles de los nuevos planes para Cajasur. Ratios, cores capital, solvencias, ratings... términos que identifican a la entidad vasca como un referente que él, sin petulancia, denominó el "éxito de la BBK". Pero lo mejor vino cuando empezó a comparar la economía y el sistema bancario español con el resto en una detallada alocución -quizá por ello luego bebía agua por la noche antes de comenzar su discurso-. En su particular lección magistral ante los periodistas, Fernández llegó a decir que el país está en tela de juicio por la inquina que nos tiene todo el mundo angloparlante, prensa incluida. "Quizá les dé coraje que aquí en el sur tengamos un sistema que es el más solvente de Europa y por eso siempre nos ponen en la picota". Para ello tiró de datos tan relevantes como la deuda relativa en términos de PIB por habitante o como el hecho de que desde los tiempos de Mariano Rubio el Banco de España tiene previstas reservas anticíclicas para cuando lleguen vacas flacas como las actuales. Por eso, la de ayer, por momentos, más que una rueda de prensa parecía una lección magistral dada en el encerado y la tarima del salón de actos de Cajasur. En el ambiente, además, significativos cambios. El primero, que un señor presidente de la BBK se plante con la única muleta de las palabras delante más de 40 periodistas para dar pelos y señales de lo que pasa o pasará en Cajasur. ¿Recuerdan la última comparecencia seria de un presidente de Cajasur ante los medios para hablar con transparencia de lo que pasaba en la entidad? Ustedes no. Pues yo, tampoco. Que las formas han cambiado, es evidente. Se palpa el aire fresco que dan esos 800 millones y la perspectiva del beneficio y se atisban ganas de trabajar, un término que el profesor Don Mario repitió ayer hasta en 10 ocasiones, tantas como comparecencias tuvo.

Por cierto, que en la última, ante los 400 citados y ya entrada la noche, Mario Fernández, señaló que no se debería hablar de la extinta Cajasur para referirse a la desaparición de la caja, sino que se debe plantear la cuestión en términos de "Cajasur renacida" , en referencia a que la cordobesía y la naturaleza cercana de las siglas y del nombre se mantendrán en la ciudad. Para el recuerdo quedará también el encuentro del presidente de BBK con el obispo, Demetrio Fernández, que quizá por haber sido el antiguo dueño de la casa entró antes incluso que el propio banquero, cuando todavía se estaba restringiendo la entrada para la mayoría. Como tampoco tuvo desperdicio, por significativo, el saludo de Fernández al empresario José Romero, de Prasa.

Luego llegó la copa de vino español, fundamental si BBK quiere que Cajasur siga vinculada a la ciudad. ¿Y a que no saben cuál era el tema estrella de conversación en los corrillos? Pues, por goleada, la candidatura de Rafael Gómez a las municipales. Y es que él también estaba muy vinculado a la caja.