De la Chiquita Piconera al toro Islero
turismo
Los museos de Córdoba cobran vida en un atípico lunes -día en el que cierran- de un puente, el del Día de Andalucía, en el que se espera una ocupación hotelera media del 70%

Los ojos de la Chiquita Piconera miran fijamente a la pequeña Paula desde su posición privilegiada en una de las galerías del Museo Julio Romero de Torres, mientras Paula le devuelve la mirada a la musa del pintor. Es lunes y puente por el Día de Andalucía, un puente en el que según baraja la Asociación Provincial de Empresarios de Hospedaje (Aehcor) los hoteles tendrán una ocupación media de 65%; y del 80%, según Hostetur.
La familia de Paula es de las que contribuirá a esa cifra de pernoctaciones. Llegada desde Madrid, ha decidido ir de museos tras enterarse de que iban a abrir. "Hemos estado otros puentes en Córdoba y nos los hemos encontrado cerrados", refiere Raúl Contreras, el padre de Paula. Los Contreras Reyes han pasado previamente por el Alcázar de los Reyes Cristianos, donde no creían que tuvieran que aguantar largas colas "en un día de diario como hoy" y posteriormente han hecho escala en la Mezquita-Catedral, donde hasta se han hecho un selfie delante de su celosía número 17, desconociendo que en unos días esa celosía se convertirá en la segunda puerta del que es el primer templo de la diócesis. Y han presenciado como se concentraba en el Patio de los Naranjos buena parte de los embajadores árabes citados en Córdoba para una cumbre diplomática en el día previo a la celebración del orgullo patrio andaluz. Desde la Mezquita-Catedral, la familia madrileña apenas tenía tres horas para visitar los Baños Califales, la Posada del Potro-Centro Flamenco Fosforito, el Museo Taurino y el Museo Julio Romero de Torres. En el caso de los Contreras Reyes, han decidido empezar por este último, donde comprueban, como relata Ana [la madre de Paula] que seis salas acogen las obras distribuidas temáticamente. De ellas, dos en el piso inferior reúnen lienzos y esculturas del entorno familiar del pintor, además de cuadros de su primera época. Y cómo en el piso superior se agrupan las obras místicas en la sala denominada La Capilla y las que giran en torno al flamenco en la llamada El origen de lo jondo. Como Ana también detalla a Raúl, la faceta retratística de Romero de Torres se concentra en el espacio Semblanzas y las obras emblemáticas de la producción del pintor en relación con su ciudad, en la sala llamada El espíritu de Córdoba.
Precisamente, a la búsqueda del espíritu de Córdoba y del de Belalcázar han llegado un grupo procedente de Mallorca. En ese grupo figuran Javier Malo y Teresa Sanz Revaliente. Vienen de la localidad de Los Pedroches, "de donde es la madre de Teresa [Maruja Revaliente]; gran castillo el que tiene el pueblo, además del convento de las monjas de Santa Clara. Los hemos visitado", cuenta Javier después de que parte del grupo se haga una fotografía detrás del inmóvil toro que espera a los visitantes a las puertas del Museo Taurino. Dentro, Arthur Connely y Dorothy Malone -que porta con orgullo el nombre y el apellido de la actriz que ganó un Oscar por su papel secundario en Escrito en el viento (1956)- contemplan la piel, las dos orejas y el rabo de Islero, el toro que acabó en Linares con la vida de Manolete. La pareja estadounidense se ha escapado por un momento de la visita guiada que están realizado con otro grupo de compatriotas. Cuentan que han dejado a sus compañeros en la Sinagoga. "Estoy muy mayor ya y me siento agobiada en los lugares en los que hay mucha gente", comente Dorothy mientras por el lugar aparece Paula y su familia, a quienes ya les queda menos para completar esa ruta de los museos que pensaban que estarían cerrados.
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