Artes escénicas

Belén Rueda trae al Gran Teatro de Córdoba una visión humanizada del personaje bíblico de Salomé

Una escena de 'Salomé', obra protagonizada por Belén Rueda.

Una escena de 'Salomé', obra protagonizada por Belén Rueda. / Jero Morales

El Gran Teatro acoge el sábado, 2 de marzo, Salomé, un montaje que cuenta con Belén Rueda en el papel del personaje bíblico, humanizado por la versión de Magüi Mira, responsable también de la dirección. El espectáculo se estrenó con gran éxito en el pasado Festival Internacional de Teatro de Mérida.

Acompañan a la protagonista un elenco de 19 personas entre coro y actores, entre ellos Luisa Martín, que interpreta a la reina Herodías, madre de Salomé; Juan Fernández (Rey Herodes Antipas), Sergio Mur (Sirio) y Pablo Puyol (Juan El Bautista), personajes principales de un relato que muestra a Salomé como una mujer que reivindica su lugar en el mundo, un mundo patriarcal en el que sentir deseo sexual está penado.

La historia se sitúa en los primeros años de nuestra era, cuando los romanos continúan invadiendo las tierras ribereñas del Mediterráneo, en las que colocan a monarcas dictadores para someter a sus habitantes. Llegan a Judea y allí una princesa, Salomé, apoya en secreto a los rebeldes que se oponen al gobierno del Rey Herodes, un títere de Roma corrupto y sin moral. Juan el Bautista, líder espiritual de su pueblo, anuncia un nuevo mundo y grita contra el invasor desde su prisión, donde está encerrado por orden de la reina Herodías.

Ese hombre íntegro enciende, en palabras de Magüi Mira, la pasión de Salomé, expresión “del poder sexual absoluto”. Sin embargo, es rechazada por el Bautista, que se mantiene fiel a sus principios y no cree que la princesa quiera liberar al pueblo, pues es miembro de la realeza.

Salomé “extrema su deseo y se convierte en una mujer sangrante” cuyas ansias “se desbordan en muerte”, señala Mira. Así, enloquecida de dolor, esta mujer que es la expresión máxima de hasta donde puede llegar la seducción femenina, no consigue su objetivo y despechada, pide la cabeza del Bautista.

Para la autora del texto y directora, la obra es un relato de fuego, pasión y compromiso, basada en hechos reales. Destaca, por otra parte, la relevancia atemporal de la historia y la profundidad de sus personajes, cuyos conflictos y deseos continúan resonando en el imaginario colectivo hasta nuestros días.

En su opinión, en la sociedad existen diversas armas, desde las bélicas hasta las más sutiles, como la palabra y la seducción, que son las que se abordan en el texto. Mira afirma que las mujeres, históricamente limitadas en su acceso al conocimiento, luchaban por encontrar un espacio en un terreno poco propicio para ellas con el único poder que tenían: el sexo.

Para Belén Rueda, la Salomé que ha creado Magüi Mira “es como una montaña rusa” y resalta la humanización y la complejidad del personaje que ha logrado plasmar la valenciana en su puesta en escena. La actriz invita al público a sumergirse en una experiencia teatral que combina el drama con el humor, la emoción con la reflexión y en la que los actores “nos hemos metido en quienes eran realmente esas personas a las que interpretamos”, concluye.

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